Mara Dierssen, neurocient¨ªfica: ¡°Para tomar una decisi¨®n importante, lo mejor es dejarse llevar¡±
La investigadora espa?ola tiene una gran capacidad para divulgar los misterios del cerebro. Afirma que las personas que no tienen inteligencia emocional deciden peor
Mara Dierssen muestra una gran capacidad para divulgar los secretos de un ¨®rgano tan desconocido como el cerebro. Domina el escenario. Incluso cuando esta neurobi¨®loga santanderina de 61 a?os canta con su grupo de pop-rock, From Lost To The River, cumple con la m¨¢xima cl¨¢sica de ense?ar deleitando. Supervisora del Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica de Barcelona, Dierssen es una de las investigadoras m¨¢s destacadas en el ¨¢mbito internacional del s¨ªndrome de Down y una defensora del contacto con el paciente, el objeto de estudio, como incide en esta entrevista que tuvo lugar frente al mar de D¨¦nia (Alicante), tras su participaci¨®n en el Festival de les Humanitats.
PREGUNTA.??C¨®mo lleg¨® a estudiar el cerebro?
RESPUESTA.?De peque?a conviv¨ª con el m¨¦todo cient¨ªfico de mi padre [el neurocirujano Guillermo Dierssen] y la sensibilidad art¨ªstica de mi madre [la pintora Trinidad Sotos]. Yo tambi¨¦n era biling¨¹e: estaba acostumbrada a la estructura del alem¨¢n ¡ªen el que esperas hasta el final de la frase para saber de qu¨¦ va¡ª, que combinaba con el espa?ol, que es m¨¢s din¨¢mico. Todo eso te da una gran flexibilidad mental. En casa, los domingos debat¨ªamos y al final desarroll¨¦ pensamiento cr¨ªtico. Ese fue el motor para dedicarme a la ciencia. Quer¨ªa estudiar el cerebro, pero no ser neurocirujana. Soy emp¨¢tica y me pon¨ªa demasiado en la piel del paciente. Luego encontr¨¦ la forma de estar en contacto con la gente con la neurociencia transaccional. Estudio el s¨ªndrome de Down y conozco a las familias y su realidad. No puedes entender un problema sin conocer a la gente que hay detr¨¢s.
P.?Incide en la importancia de la emoci¨®n, cuando t¨®picamente se contrapone a lo cerebral.
R.?Nuestro sistema m¨¢s antiguo en el cerebro es el sistema emocional: las emociones tienen un tremendo valor adaptativo. Sobrevivimos porque tenemos miedo y nos protegemos. Sentimos placer con las relaciones sociales y podemos mantener a la especie. Eso permea todos los sistemas. Las personas que no tienen capacidad emocional toman peores decisiones. Cuando tienes que tomar una decisi¨®n importante es mejor dejarse llevar, no pens¨¢rselo mucho, porque cuando hay sobreinformaci¨®n nuestro cerebro tiende a aplicar sesgos cognitivos [una interpretaci¨®n err¨®nea de la informaci¨®n]. Si te vas a comprar una casa, c¨®mprate esa con la que digas: ¡°Oh, esta es la que quiero¡±.
P.?El ser humano ha evolucionado gracias a la plasticidad del cerebro, pero al mismo tiempo puede ser su peor enemigo, ?no?
R.?Tampoco el peor, la plasticidad es muy positiva. Pero esa capacidad de cambiar del cerebro lo hace m¨¢s vulnerable. Genes relacionados con la esquizofrenia tienen que ver con la plasticidad; genes de esa plasticidad son factores de riesgo del alzh¨¦imer: las regiones que primero degeneran son las m¨¢s pl¨¢sticas. Hay cierta relaci¨®n entre plasticidad y vulnerabilidad.
¡°Es muy duro tener un hijo y competir como cient¨ªfica. Los permisos paternos deben extenderse¡±
P.?Hay cerebros extraordinarios entre las personas con trastornos
R.?Se han visto diferencias en la conectividad, algunos rasgos sugieren que son cerebros hiperconectados. Hay personas mucho m¨¢s inteligentes de lo habitual con el s¨ªndrome de Asperger. Hay una tendencia en la neurociencia que estudia estos cerebros extraordinarios.
P.?Santiago Ram¨®n y Cajal afirm¨® hace un siglo que hay infinidad de continentes por descubrir en el cerebro. ?Hoy podemos decir lo mismo?
R.?S¨ª, aunque sabemos mucho m¨¢s. La pregunta fundamental sigue siendo: ?c¨®mo surge la actividad mental de esa amalgama qu¨ªmica, electroqu¨ªmica, celular, de sistemas, de todas esas escalas temporales, desde los nanosegundos hasta los a?os, desde lo at¨®mico hasta lo macrosc¨®pico? ?C¨®mo salen las ideas? ?Y la creatividad?
P.??O la espiritualidad?
R.?A pacientes con epilepsia se les ha podido extirpar la zona que produce las convulsiones. Para poder hacerlo, deben estar conscientes. Ah¨ª se han hecho mapas de estimulaci¨®n cerebral. Ha habido casos en los que tocando determinadas ¨¢reas se consiguen experiencias cercanas a la muerte, en las que uno se ve desde fuera. Se refieren tambi¨¦n experiencias m¨ªsticas. Es muy posible que haya un sustrato neural, pero es dif¨ªcil determinar cu¨¢l.
P.??Puede sintetizar su estudio referencial sobre el t¨¦ verde, que mejora al parecer el aprendizaje en las personas con s¨ªndrome de Down?
R.?Cuando uno aprende se producen peque?os cambios bioqu¨ªmicos en las c¨¦lulas que se traducen en plasticidad a nivel estructural. Esto genera m¨¢s conexiones f¨ªsicas entre las neuronas. Comprobamos que los cerebros de los ratones tris¨®micos no eran capaces de generar esa plasticidad. Entonces estudiamos qu¨¦ genes pod¨ªan estar relacionados. Encontramos uno, el DYRK1A: al aumentar la dosis un 50% produc¨ªa alteraciones de plasticidad muy parecidas a las de los ratones. Esto est¨¢ muy bien, pero no puedes hacer terapia g¨¦nica en personas. As¨ª que pensamos: ¡°Vamos a ver si hay alg¨²n compuesto que nos permita actuar sobre el DYIRK1A para inhibirlo¡±. Y, efectivamente, una mol¨¦cula presente en el t¨¦ verde revert¨ªa las alteraciones cognitivas en el rat¨®n tris¨®mico. Hicimos cuatro ensayos. Tiene efectos modestos, pero mejora determinadas funciones cognitivas, la capacidad adaptativa y parte de las funciones prefrontales relacionadas con el lenguaje. Acompa?ado siempre de esfuerzo, por supuesto.
La pregunta fundamental sigue siendo: ?c¨®mo surgen las ideas? ?Y la creatividad?
P.??Cu¨¢ndo se produce la estigmatizaci¨®n de la discapacidad intelectual?
R.?La gente de forma innata tiende a rechazar lo diferente y se activa el reconocimiento del miedo. Pero es algo que culturalmente puedes soslayar. La exposici¨®n muchas veces reduce el estigma. Los estereotipos condicionan las oportunidades de las personas. Es preocupante. A las ni?as se les dice que no valen para la ciencia cuando tienen seis a?os, seg¨²n un estudio de Science, cuando en realidad sacan mejores notas en matem¨¢ticas, por ejemplo.
P.??C¨®mo ha sido su experiencia como mujer cient¨ªfica?
R.?He sufrido injusticias. Es una lucha en la que tenemos que estar todos implicados. Ahora hay en la base mujeres cient¨ªficas, pero se van perdiendo en el camino. Es muy dif¨ªcil combinar maternidad y competitividad. Es posible, yo tengo cuatro hijos. Tuve suerte, tengo un marido inteligente, me apoy¨® en todo. Los permisos paternos deben extenderse. Tambi¨¦n hay sesgos en la evaluaci¨®n. Sabemos, y hay datos, que a las mujeres se les pone m¨¢s en duda. Hace poco hicimos un test: con el mismo curr¨ªculo, sali¨® el hombre casi dos veces por encima de la mujer. Y los evaluadores eran hombres y mujeres. Todos estamos sesgados. El problema es que la situaci¨®n en 20 a?os casi no ha cambiado. Hay un 30% de investigadoras, pero en posiciones de liderazgo, menos del 3%. Las ganadoras del Premio Nobel apenas son un 4%.
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