?lisabeth Roudinesco, historiadora: ¡°El sexo biol¨®gico existe. No responde a una elecci¨®n¡±
La investigadora francesa, autora de una biograf¨ªa de referencia sobre Sigmund Freud, publica nuevo libro. Cree que vivimos en la locura identitaria
En el peque?o despacho de ?lisabeth Roudinesco (Par¨ªs, 78 a?os), desbordante de libros y adornado con un peque?o div¨¢n, durante una conversaci¨®n de m¨¢s de dos horas el visitante se siente transportado al mundo de los grandes debates de ideas en Francia en los caf¨¦s y apartamentos como este en la rive gauche de Par¨ªs. La historiadora del psicoan¨¢lisis y autora de biograf¨ªas de referencia de Sigmund Freud y Jacques Lacan habla, casi como si fuesen de la familia, de Sartre, C¨¦saire, Fanon. A estos y otros autores los convoca en El yo soberano, ensayo que publica la editorial Debate y en el que aplica su bistur¨ª intelectual a uno de los debates centrales de nuestro tiempo: el auge de las ideolog¨ªas identitarias, a izquierda y derecha. Roudinesco busca el matiz, pero no reh¨²ye el choque: ¡°Lo valiente hoy es estar en una posici¨®n moderada, nuestra ¨¦poca est¨¢ enloquecida¡±.
PREGUNTA.?Habla en el libro de locura y neurosis identitaria. ?En qu¨¦ consiste?
RESPUESTA.?Vivimos en una ¨¦poca de extremismos, en la que la b¨²squeda de las identidades ha ocupado el lugar de las rebeliones de anta?o, que eran m¨¢s sociales y emancipadoras. La locura identitaria es el repliegue total en una sola identidad, un repliegue en vez de una libertad.
P.??Por qu¨¦ el repliegue?
R.?En todas las reivindicaciones identitarias que yo critico est¨¢ la idea de rechazar la biolog¨ªa. Si decimos que, desde el nacimiento, estamos asignados a una identidad de g¨¦nero que rechazamos, significa que negamos la existencia de la diferencia anat¨®mico-biol¨®gica de los sexos. Uno no es esclavo cuando nace en un sexo u otro. Durante siglos se redujo al ser humano a su naturaleza biol¨®gica y ahora se le quiere encerrar en su construcci¨®n social. No. El ser humano es a la vez un sujeto biol¨®gico, un sujeto social, un sujeto ps¨ªquico.
P.??Habla de la cuesti¨®n trans? ?O de la raza tambi¨¦n?
R.?Mire lo que sucede con las reivindicaciones identitarias negras. Hay una primera etapa que es la emancipaci¨®n, la igualdad, ligada a una lucha social. Las razas no existen cient¨ªficamente. Pero ahora se dice que las razas s¨ª existen ¡ªporque hablar de personas racializadas es esto¡ª y a m¨ª me plantea un problema.
P.?Las razas no existen, pero s¨ª el racismo.
R.?De acuerdo. Los racistas, que son de extrema derecha desde hace mucho tiempo, consideran que hay razas. ?Pero no los progresistas!
P.?Y usted considera que ahora la raza vuelve y es la izquierda la que la abandera.
R.??Acaso son de izquierdas? La extrema derecha es nacionalista y cree en la existencia real de las razas. La deriva identitaria del otro campo ¡ªyo dir¨ªa de la ultraizquierda, pues para m¨ª no es la izquierda¡ª dice que los negros y las mujeres negras est¨¢n explotados, pero ante esta explotaci¨®n la posici¨®n es que debemos luchar en tanto que negros. ?Y yo no tengo derecho a participar en un combate antirracista por ser blanca? Es lo que dicen ellos.
P.?Hay una frase de los a?os setenta que vuelve en estos debates del siglo XXI. ¡°?Desde d¨®nde hablas?¡±. Es decir, nuestro discurso viene condicionado por nuestra posici¨®n ideol¨®gica, social, biogr¨¢fica¡ ?Desde d¨®nde habla usted?
R.?Desde ning¨²n lugar.
P.??Se puede hablar desde ning¨²n lugar? Uno tiene una clase social, un origen, una educaci¨®n.
R.?Una vez me dijeron: ¡°Usted es rumana. Y si no, ortodoxa¡±. Nac¨ª en Par¨ªs en 1944, mi padre abandon¨® Rumania 40 a?os antes. ?Qu¨¦ tengo de rumana?
P.?En Francia le dir¨ªan: ¡°Usted es parisiense, de la rive gauche¡
R.?Los marxistas eran burgueses. Se encierra a alguien en su clase social, no se piensa en qu¨¦ se ha convertido. Me sucede todo el tiempo porque vengo de la gran burgues¨ªa. Pero soy de izquierdas, de siempre. Y adem¨¢s mi padre, que era de derechas y gaullista, era un anticolonialista convencido.
P.??Son equivalentes los identitarios de derecha y de izquierda?
R.?En absoluto. No hay simetr¨ªa, aunque se alimentan unos de otros.
P.??Qu¨¦ diferencia, entonces?
R.?La extrema derecha es siempre igual, no hay deriva. Para ellos lo importante es la ra¨ªz, la raza, el territorio.
P.??Y en el caso de la izquierda?
R.?Son derivas, es distinto. Se parte de algo positivo y se acaba neg¨¢ndolo.
P.??C¨®mo se llega a esta situaci¨®n?
R.?Empieza con el fin del comunismo. Se sabe en ese momento que el mayor movimiento de emancipaci¨®n ha fracasado, se ha convertido en su contrario. Es normal, entonces, que demos un giro hacia nosotros mismos: ya no hay un destino colectivo de emancipaci¨®n. Pero, aunque no seamos todos iguales, hay cosas comunes que definen a la humanidad y de las que no se puede escapar. Se es hombre o mujer. Despu¨¦s, con eso, hacemos algo. Pero la biolog¨ªa existe.
P.?Las identidades de g¨¦nero son un tema central en el libro. ?Ha seguido el debate sobre la ley trans en Espa?a?
R.?Este pa¨ªs ha estado dominado durante tiempo por el franquismo y el catolicismo m¨¢s reaccionario y ahora es el m¨¢s abierto a todas las cuestiones de sociedad.
P.??Qu¨¦ piensa de esta ley?
R.?Puede ser corregida. Ha dividido a la izquierda, son cuestiones que no deben politizarse. Ata?en al derecho y a la ciencia. Esta ley privilegia el deseo de personas que sufren. El sexo biol¨®gico existe y no responde ni a una demanda, ni a una voluntad de asignar, ni a una elecci¨®n. No se puede ni anular el g¨¦nero en beneficio del sexo ni anular el sexo en nombre del g¨¦nero. Estamos hechos de varios componentes.
P.?Como sabe, la ley permite el cambio de identidad en el registro civil, a partir de los 16 a?os por voluntad propia y entre los 14 y los 16 con la autorizaci¨®n de los padres, sin necesidad de tratamientos m¨¦dicos.
R.?No veo d¨®nde est¨¢ el fundamento jur¨ªdico, habr¨¢ que precisarlo. La transidentidad ha sido despsiquiatrizada para los adultos, pero las personas trans siguen medicalizadas durante toda la vida en los servicios de endocrinolog¨ªa. Por tanto, son tributarias de la medicina. Habr¨¢ tratamientos.
P.?No tiene por qu¨¦.
R.??No? ?Puede uno mantenerse biol¨®gicamente en un sexo y declarar que est¨¢ en otro sin haber pasado por una cirug¨ªa de reasignaci¨®n completa? No lo creo, a menos que creemos una tercera categor¨ªa: sexo neutro, que supone que se conserven los rasgos de los dos sexos. Crear esta categor¨ªa tendr¨ªa un sentido, pero en el caso de la ley espa?ola es el propio sujeto quien decide ser del otro sexo. No veo aqu¨ª un fundamento jur¨ªdico. ?Un d¨ªa mujer, otro hombre, luego los dos? ?Cu¨¢ntas veces se puede cambiar? ?Por qu¨¦ tres y no diez? ?En nombre de qu¨¦?
P.??Del derecho de la persona a definirse por s¨ª misma?
R.?De acuerdo. Pero si introducimos en la ley la autodeterminaci¨®n de cada uno, entonces los criterios habituales del derecho quedan trastocados. Bastar¨¢ con que alguien declare que le han violado para que se reciba su testimonio como verdadero. Ocurre que, en el derecho, hay que establecer las pruebas. Si no, es la dictadura. Con la autodeterminaci¨®n, ?qu¨¦ prueba tengo de que una persona diga la verdad cuando se autodefine como mujer u hombre? El derecho no se funda sobre la demanda ilimitada, sino que se construye sobre los l¨ªmites que hay que dar a las demandas y al deseo.
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