La ley del m¨¢s rico
Existe la ¡°inflaci¨®n de la codicia¡±, la que diferencia entre los salarios y los beneficios
A lo largo de los ¨²ltimos lustros cada crisis acrecienta la brecha social. As¨ª ha sucedido en la Gran Recesi¨®n, la pandemia y en el aumento desbocado de los precios de los alimentos y la energ¨ªa. Por ello en Davos se habla cada vez m¨¢s, a?o tras a?o, de desigualdad. No porque las ¨¦lites que all¨ª se re¨²nen se hayan vuelto m¨¢s justas y piadosas, sino por el temor a que el planeta reviente social y clim¨¢ticamente ante tanta ine?quidad. Hace mucho tiempo ya que Davos se convirti¨® en la capital de las ¨¦lites y que all¨ª fue donde se sustituy¨® el concepto de establishment para denominar a las personas situadas en las m¨¢s altas posiciones, y que ostentan un enorme poder.
Si alguien sigue habitualmente lo que all¨ª se habla y lo compara con lo que luego se hace, puede llegar a la conclusi¨®n de que todas las ¨¦lites son extractivas, tal es la lentitud de los cambios. Las ¨¦lites extractivas son aquellas que se apartan del bien com¨²n y dedican los esfuerzos a su propio bienestar y al del grupo al que pertenecen; estas ¨¦lites elaboran un sistema de captura de rentas que les permite, sin crear riqueza, detraer rentas de la mayor parte de la ciudadan¨ªa en beneficio propio.
En Davos se conversa mucho y luego cada uno a su casa. No hay m¨¢s que seguir los informes que ejercicio tras ejercicio presenta all¨ª la organizaci¨®n no gubernamental Oxfam. Por ejemplo, en 2014 sus responsables aparecieron con un informe titulado Gobernar para las ¨¦lites, cuyos contenidos valdr¨ªan perfectamente para hoy, incluso aumentados. La mayor parte de la poblaci¨®n mundial opinaba entonces algo tan desmoralizador como que las leyes est¨¢n concebidas para beneficio de ¡°los otros¡± (generalmente los m¨¢s ricos) y por tanto martillea una desigualdad sobre otra. En Espa?a, 8 de cada 10 ciudadanos estaban de acuerdo con esa afirmaci¨®n. Las ¨¦lites econ¨®micas logran ejercer una influencia clara sobre las pol¨ªticas p¨²blicas (sobre todo en materia de impuestos) mientras los ciudadanos de a pie a duras penas consiguen tener un influjo limitado o nulo. All¨ª se hablaba de ¡°monopolio de oportunidades¡± tras la apropiaci¨®n de los procesos pol¨ªticos por parte de las ¨¦lites econ¨®micas.
Este a?o, Oxfam ha presentado un informe titulado La ley del m¨¢s rico en el que analiza una ¨¦poca sin precedentes marcada por la acumulaci¨®n de m¨²ltiples crisis simult¨¢neas. Como consecuencia de ellas, el desarrollo humano, medido por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), registra un retroceso en 9 de cada 10 pa¨ªses. El ¨ªndice de desarrollo humano es una forma de medir la calidad de vida del ser humano en el medio en el que se desenvuelve. La ONG habla de la ¡°inflaci¨®n de la codicia¡±, pues mientras alrededor de 1.700 millones de trabajadores de todo el mundo ven crecer sus salarios menos que la inflaci¨®n, los ultrarricos han multiplicado exponencialmente su riqueza y los beneficios empresariales han alcanzado niveles r¨¦cord.
Hay al menos dos ideas que han permeado machaconamente en la reuni¨®n del Foro Econ¨®mico Mundial de este a?o y que han ganado terreno ideol¨®gico: la de gravar m¨¢s a quien m¨¢s tiene, bajo la tesis de que m¨¢s impuestos a los m¨¢s ricos contribuye a reducir la concentraci¨®n de poder de las ¨¦lites y no solo a mitigar la desigualdad econ¨®mica sino tambi¨¦n la social, colonial y de g¨¦nero; y la de que se ha de producir un choque para evitar el colapso clim¨¢tico dado que ¨¦ste est¨¢ paralizando, cada vez con m¨¢s frecuencia, la econom¨ªa de algunas regiones con fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos como las sequ¨ªas, los ciclones y las inundaciones. En presencia de algunos de sus responsables, el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, acus¨® a las multinacionales de combustibles f¨®siles de mentir sobre el impacto de su negocio en el medio ambiente: ¡°Al igual que la industria tabaquera, deben rendir cuentas¡±.
Ahora hay un a?o por delante para medir la distancia entre la dial¨¦ctica y la pr¨¢ctica pol¨ªtica.
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