La cultura de la indiferencia
Ahora no se opera con ¡°relativa predictibilidad¡± sobre el futuro inmediato, como dijo la gerente del FMI
Ha surgido una mayor¨ªa ciudadana ap¨¢tica, desprovista de inter¨¦s, f¨¢cilmente aplacada con trivialidades y mentiras evidentes. Lo escribe Hannah Arendt en el prefacio a la primera edici¨®n de su obra magna, Los or¨ªgenes del totalitarismo, en la mitad del siglo pasado. Lo cuenta la escritora estadounidense de origen polaco Anne Applebaum en un art¨ªculo aparecido hace unos meses con motivo de la guerra de Ucrania y que cada d¨ªa que pasa sin tregua adquiere m¨¢s actualidad: Por qu¨¦ debemos leer a Hannah Arendt ahora (Letras Libres, mayo de 2022). Applebaum dice en ¨¦l que a Arendt le fascinaba la pasividad de tanta gente, cuando apenas hab¨ªa pasado un lustro del final de la Segunda Guerra Mundial, la extendida disposici¨®n, e incluso el af¨¢n, de creer mentiras y propaganda. Pensemos ¡ªreflexiona¡ª en la mayor¨ªa de los rusos actuales, que ignoran que hay una guerra en el pa¨ªs vecino y que tienen prohibido llamarla as¨ª. Las masas ¡°lo creen todo y no creen nada, creen que todo es posible y que nada es cierto¡±.
Con mucha menos prosopopeya te¨®rica, coincide esta tesis con las que el papa Francisco lleva expandiendo desde hace tiempo, y que repiti¨® muy expl¨ªcitamente en su ¨²ltimo discurso de Navidad: vivimos en una sociedad amenazada por la cultura de la indiferencia. La indiferencia es la gran enfermedad de hoy: mirar para otro lado.
La guerra de Ucrania se aproxima al primer a?o natural y nada permite pensar que nos vamos a librar de ella, so pena de que aparezca en el horizonte un cisne negro (el peor ser¨ªa entrar en su fase nuclear). El hecho de forzar una negociaci¨®n se hace cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil, pues las condiciones m¨ªnimas que pone cada una de las partes resultan antag¨®nicas. Ah¨ª anda Europa, que ha puesto fuerzas f¨ªsicas y materiales a trav¨¦s de la OTAN, y que desde el 24 de febrero pasado ¡ªd¨ªa oficial del comienzo de las hostilidades¡ª ha aplicado casi una decena de paquetes de sanciones al agresor, Rusia, y a sus mandamases.
Ello tiene efectos econ¨®micos y energ¨¦ticos devastadores, tambi¨¦n sobre los pa¨ªses europeos enredados. Los m¨¢s directos han sido la necesidad de buscar fuentes energ¨¦ticas alternativas a las rusas (debido a la gran dependencia de ellas) y, en algunos casos, la recuperaci¨®n de fuentes de energ¨ªa que ya hab¨ªan sido descartadas como malignas en la lucha contra la emergencia clim¨¢tica y en favor de una transici¨®n verde que urge cada d¨ªa m¨¢s (carb¨®n y nuclear). Y tambi¨¦n tiene consecuencias sobre el poder adquisitivo de la mayor¨ªa de las poblaciones y sobre el aumento de la inflaci¨®n.
No deben pasar inadvertidas las declaraciones de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, la b¨²lgara Kristalina Georgieva, a la cadena de televisi¨®n CBS, que emit¨ªan dos mensajes cruzados muy significativos: que el a?o que ahora ha entrado ser¨¢ m¨¢s duro que 2022 para la mayor parte del planeta; se va a producir una ralentizaci¨®n simult¨¢nea de las tres grandes zonas econ¨®micas del mundo, EE UU, Europa y Asia, y como secuela un tercio de la econom¨ªa mundial entrar¨¢ en recesi¨®n, entre la cual estar¨¢ la mitad de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Segundo mensaje: la pandemia de coronavirus (especialmente en lo que afecta ahora a China), la invasi¨®n de Ucrania o la inflaci¨®n tienen, una tras otra, impactos agravados que hacen que los gobiernos deban tener una aproximaci¨®n m¨¢s precavida. Corolario: ¡°Ya no operamos con relativa predictibilidad sobre lo que puede suceder en el futuro¡±.
Se ha pasado de una guerra en blanco y negro a una guerra en color, y el precio, tanto de los alimentos como de algunas materias primas y productos energ¨¦ticos, no depende ahora tanto de las pol¨ªticas econ¨®micas nacionales como del marco geopol¨ªtico externo. En este contexto, que algunos comparan con una segunda guerra fr¨ªa en la que China tiene un papel m¨¢s preponderante que en la primera, Espa?a asumir¨¢ la presidencia rotatoria de la UE en el segundo semestre del a?o en curso. En medio del desorden mundial.
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