Marina Gon?alves, la joven ministra que ha revolucionado la pol¨ªtica de vivienda en Portugal
La socialista propone poner en el mercado de alquiler, con la garant¨ªa del Estado, las m¨¢s de 700.000 viviendas vac¨ªas que hay en el pa¨ªs
Todo en la vida de Marina Sola Gon?alves va deprisa. A los 34 a?os, la edad media a la que los j¨®venes portugueses acostumbran a irse de casa de sus padres porque su precariedad les impide emanciparse, ella se ha convertido en ministra de la Vivienda, el miembro m¨¢s joven del Gobierno luso. Nacida en una aldea de Caminha, en la regi¨®n del Minho, y licenciada en Derecho por la Universidad de Oporto, ha tenido una mete¨®rica carrera que la ha llevado de asesora pol¨ªtica a la c¨²pula de un ministerio en siete a?os. La juventud se ha usado a menudo en su contra, incluso entre los suyos. D¨ªas despu¨¦s de nombrarla, el primer ministro, Ant¨®nio Costa, le dio en p¨²blico un ultim¨¢tum que sonaba a ri?a paternalista: le conced¨ªa tres meses para resolver una crisis que se arrastra desde hace a?os. Para la diputada socialista Maria Begonha, que comparti¨® bancada parlamentaria con Gon?alves en el pasado, hay algo contradictorio en las cr¨ªticas a su juventud: ¡°No nos cansamos de decir que esta es la generaci¨®n m¨¢s cualificada y preparada de la historia de Portugal. Tambi¨¦n lo es para servir al pa¨ªs. Ella es una mujer resuelta, preparada y trabajadora que ha destacado siempre en sus funciones¡±.
Lo cierto es que antes de cumplirse los tres meses, la ministra compareci¨® en Lisboa junto al propio Costa y el ministro de Finanzas, Fernando Medina, para anunciar un paquete de medidas que pretende resolver uno de los mayores quebraderos de los portugueses: acceder a una casa digna a un precio asumible. Entre 2010 y 2022 el precio de la vivienda ha crecido un 77% en Portugal, mientras que los salarios solo subieron un 30%. En el plan hab¨ªa medidas decididas por el primer ministro (la supresi¨®n de los visados dorados de residencia a cambio de comprar casas) y por el titular de Finanzas (exenciones fiscales para propietarios que alquilen), pero la que ha removido el avispero es una defendida por la ministra: el arrendamiento obligatorio de casas devolutas (vac¨ªas durante m¨¢s de un a?o y sin se?al de consumo de luz o agua) al Estado para que las subarriende a cambio de garantizar las rentas y asumir las reparaciones.
La medida ha sido tildada de ¡°comunista¡±, ¡°bolivariana¡± y creadora ¡°de una nueva generaci¨®n de okupas¡±. El presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, ha mostrado dudas sobre su constitucionalidad. La ministra ha repetido en un sinf¨ªn de entrevistas que ¡°el Estado no ataca el derecho de la propiedad ni va a entrar en las casas¡±. Su defensa de la intervenci¨®n p¨²blica en el mercado de alquiler se sustenta en un dato (hay 723.000 casas devolutas) y una convicci¨®n: ¡°El deber de poner el patrimonio al servicio del uso para el que fue creado es transversal a todos, tambi¨¦n al Estado¡±.
En septiembre de 2022, cuando era solo la secretaria de Estado de la Vivienda, avanz¨® en la Asamblea de la Rep¨²blica una idea que la sit¨²a pol¨ªticamente: ¡°Todo el mundo tiene derecho a vivir en las zonas m¨¢s caras de Lisboa y del pa¨ªs¡±. La frase fue aprovechada por Iniciativa Liberal, una fuerza emergente en el Parlamento, en una campa?a ir¨®nica que la presentaba como agente de la supuesta inmobiliaria ¡°ReMarx¡±. M¨¢s all¨¢ de la mofa, la frase es una declaraci¨®n pol¨ªtica de intenciones. ¡°Ella ve la vivienda como una causa social¡±, dice Maria Begonha.
En el juego de corrientes del socialismo luso, a Marina Gon?alves la colocan en el ala de su antiguo jefe. ¡°En la socialdemocracia¡±, puntualiza Frederico Francisco, actual secretario de Estado de Infraestructuras, que coincidi¨® con ella en el equipo del exministro de Infraestructuras y Vivienda Pedro Nuno Santos, que aspira a liderar el partido cuando se retire Costa. Fue Nuno Santos quien la capt¨® para la gesti¨®n pol¨ªtica, aunque Gon?alves, que procede de una familia socialista, se hab¨ªa vinculado al partido por su cuenta a trav¨¦s de las Juventudes Socialistas. Parad¨®jicamente, la salida de Nuno Santos propici¨® la carambola para convertirla en ministra. Tambi¨¦n la determinaci¨®n del primer ministro de realzar una cartera que tape el gran agujero por el que se est¨¢ perdiendo la clase media.
Tras licenciarse en 2010, ejerci¨® dos a?os como pasante en una firma y trabaj¨® como asesora jur¨ªdica del grupo parlamentario socialista entre 2011 y 2015. Ese a?o una alianza de la izquierda convirti¨® a Ant¨®nio Costa en primer ministro tras una moci¨®n de censura. Pedro Nuno Santos, secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios, eligi¨® a Gon?alves como adjunta. Cuando ascendi¨® a ministro en 2019, la nombr¨® jefa de gabinete, un cargo que abandon¨® al obtener un esca?o en la Asamblea de la Rep¨²blica, donde acabar¨ªa siendo vicepresidenta del grupo parlamentario. En septiembre de 2020 regres¨® al equipo de Pedro Nuno Santos como secretaria de Estado de Vivienda. Sus cr¨ªticos aluden a estos dos a?os como la prueba de su fracaso para resolver la crisis a la vista del escaso impacto que han tenido las iniciativas para incentivar el alquiler. Ella siempre responde que requieren tiempo.
Ahora dispondr¨¢ de recursos extraordinarios (2.733 millones de euros de los fondos Next Generation van para ayudas para alquilar y construir nueva vivienda p¨²blica), pero no de mucho tiempo para cumplir una promesa de Ant¨®nio Costa para celebrar en 2024 los 50 a?os de la Revoluci¨®n de los Claveles: garantizar una vivienda digna a todos los portugueses. Aunque es un derecho consagrado en la Constituci¨®n, hoy parece una utop¨ªa.
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