Madelaine B?hme, la paleont¨®loga que sacudi¨® el dogma sobre la cuna de la humanidad
Con sus investigaciones sobre el hom¨ªnido europeo, la investigadora alemana desat¨® la pol¨¦mica al discutir que el origen de la humanidad est¨¢ en ?frica
Si Charles Darwin estuviera vivo se tirar¨ªa de las barbas ante sus pol¨¦micos hallazgos. La paleont¨®loga alemana Madelaine B?hme no s¨®lo ha provocado que la comunidad cient¨ªfica gire la mirada, sino que est¨¢ sacudiendo un dogma de casi dos siglos, seg¨²n el cual, la cuna de la humanidad est¨¢ en ?frica. Ella vuelve la mirada a Europa, a un continente que hace millones de a?os se parec¨ªa a la sabana africana, a simios hasta ahora desconocidos que podr¨ªan caminar sobre dos patas y a una historia fascinante con nazis y tesoros escondidos como en una aventura de Indiana Jones.
El relato aceptado por la ciencia es que el camino de los grandes simios y del ser humano se separ¨® hace siete millones de a?os en ?frica. Nuestro pariente m¨¢s cercano ser¨ªa el chimpanc¨¦, con el que compartimos el 99% de los genes. No se sabe c¨®mo fue esa transici¨®n o c¨®mo apareci¨® el bipedismo, si de los orangutanes aferrados a los ¨¢rboles o de los gorilas que se apoyan en sus nudillos. B?hme cree haber encontrado una de las piezas que faltan del rompecabezas de la evoluci¨®n humana, un eslab¨®n perdido.
La llave del misterio la ten¨ªa un nazi, el ge¨®logo Bruno von Freyberg. Mientras constru¨ªa b¨²nkeres alrededor de Atenas durante la Segunda Guerra Mundial, encontr¨® una mand¨ªbula que parec¨ªa de un mono. En los a?os setenta un estudio determin¨® que pertenec¨ªa a un nuevo hom¨ªnido, el Graecopithecus.
B?hme estudiaba la evoluci¨®n del medio ambiente y de la fauna sin saber que la vida le guardaba una sorpresa: un molar de un gran simio que encontr¨® en 2009 en Azmaka, Bulgaria. De joven hab¨ªa escuchado la historia de Von Freyberg y, de repente, se vio en el centro de un puzle que siempre hab¨ªa so?ado resolver.
Esa b¨²squeda la comenz¨® de ni?a cuando le regalaron una piedra del mar. A los 6 a?os particip¨® en su primera excavaci¨®n, a los 12 organiz¨® una exploraci¨®n y a los 19 encontr¨® un f¨®sil de un elefante prehist¨®rico. De padre alem¨¢n y madre b¨²lgara, la investigadora naci¨® en Plovdiv, la segunda ciudad de Bulgaria, el asentamiento humano ininterrumpido m¨¢s antiguo de Europa, con m¨¢s de seis milenios. Deambular por all¨ª es como estar sobre una tarta gigante de mil hojas, cada trozo est¨¢ lleno de capas y enigmas.
¡°Madelaine es una de esas raras investigadoras que tienen la determinaci¨®n y el coraje de perseguir una idea tan impopular como el origen del linaje humano en Europa. Hay personas con ideas inusuales, pero no logran mucho. Madelaine obtiene resultados con f¨®siles de primates, as¨ª como evidencia ambiental del sedimento que los cubre¡±, describe el paleont¨®logo sueco Per Ahlberg. Profesor de la Universidad de Uppsala, investiga con B?hme el origen de una huella fosilizada en una playa de la isla de Creta, Grecia. La huella, parecida a la humana, tiene seis millones de a?os, anterior a casi todos los f¨®siles africanos.
B?hme, profesora de la Universidad de Tubinga, de Alemania, acaba de terminar un art¨ªculo para la revista Nature en el que describe una nueva especie de gran simio en Europa. Ella no cree que nuestro antecesor se pareciera a un chimpanc¨¦, pero s¨ª a Danuvius guggenmosi, un simio hallado en un bosque de Baviera que podr¨ªa caminar sobre dos patas y desplazarse entre los ¨¢rboles. A diferencia de Lucy, la hom¨ªnida africana de hace 3,2 millones de a?os se?alada como una madre de la humanidad, Udo, como lo han bautizado, data de hace 11,6 millones. Su existencia se dio a conocer en 2019 con una investigaci¨®n que sacudi¨® los postulados de El origen de las especies, de Darwin. El naturalista ingl¨¦s se?alaba a la sabana africana como el lugar donde comenz¨® el bipedismo.
?frica siempre estuvo en la cabeza de B?hme: ?por qu¨¦ ocurri¨® todo en el mismo continente? Experta en paleoclimatolog¨ªa, explica que hace siete millones de a?os Europa no era como la que conocemos, se parec¨ªa m¨¢s a la sabana descrita por Darwin, con elefantes y jirafas. ¡°Los camellos evolucionaron en Norteam¨¦rica, pero nadie los asocia con ese lugar. La gen¨¦tica nos dice que la divisi¨®n entre chimpanc¨¦s y humanos sucedi¨® entre hace 13 y 7 millones de a?os. Hay que buscar m¨¢s atr¨¢s, aunque ello suponga cambiar paradigmas y escenarios¡±, detalla la investigadora por videoconferencia desde un despacho repleto de libros y recuerdos de viajes.
Sus cr¨ªticos se?alan la escasez de pruebas, mas no la autenticidad y el rigor de las investigaciones. B?hme encontr¨® la mand¨ªbula nazi dentro de una fiambrera olvidada durante d¨¦cadas en un archivo. Y la dat¨®: 7,2 millones de a?os. Como el molar, pertenec¨ªa a hom¨ªnidos. Luego apareci¨® un tatarabuelo, Udo.
¡°Madelaine no es s¨®lo una m¨¢quina de investigaci¨®n. Ella tambi¨¦n tiene otro lado, una persona que ama la belleza, una bohemia, capaz de sonre¨ªr y encontrar el placer de la vida en una conversaci¨®n con amigos alrededor de una copa o en un viaje a un lugar enigm¨¢tico. Sin amor por la naturaleza y la vida es imposible resolver el rompecabezas cient¨ªfico¡±, detalla Nikolai Spassov, paleont¨®logo del Museo de Historia Natural de Bulgaria.
Los hallazgos de B?hme plantean adem¨¢s que el bipedismo se pudo desarrollar en diferentes partes del planeta. Con lo cual, habr¨ªa que preguntarse nuevamente qu¨¦ nos hace humanos. ¡°El alma¡±, sonr¨ªe la investigadora, ¡°es lo que nos hace especiales¡±.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.