La huella nazi en los primeros pasos del franquismo
Sectores intelectuales y pol¨ªticos de la derecha espa?ola colaboraron ideol¨®gicamente entre 1931 y 1945 con el nazismo. El fil¨®logo Marco Da Costa reconstruye esa relaci¨®n en el libro ¡®La Espa?a nazi¡¯
El mismo d¨ªa en que las tropas germanas invad¨ªan Polonia, Adolf Hitler firmaba uno de los pocos documentos que le involucrar¨ªa directamente en el primer proceso de exterminio dirigido por el Tercer Reich hacia un colectivo por razones puramente raciales. La carta, dirigida a su m¨¦dico personal, Karl Brandt, y al jefe de la Canciller¨ªa del Reich, Philipp Bouhler, abri¨® la puerta durante los siguientes dos a?os al asesinato de miles de enfermos mentales de todos los asilos y centros psiqui¨¢tricos diseminados por Alemania y Austria.
Esta orden que incriminar¨ªa a gran parte del colectivo cient¨ªfico alem¨¢n formado por m¨¦dicos, enfermeras, personal sanitario y qu¨ªmicos, con la colaboraci¨®n de las administraciones municipales, llevaba el nombre en clave de ¡°Aktion T4¡å. A finales de agosto de 1941, Hitler tuvo que suspender temporalmente el programa debido a las protestas de las iglesias cat¨®licas y protestantes, encabezadas por el cardenal Von Galen, y a las sospechas de los familiares de los pacientes, que comenzaron a desconfiar de las justificaciones y explicaciones ofrecidas en los certificados de defunci¨®n.
Si bien en Espa?a se desconoc¨ªa el exterminio de aquellos pacientes en las c¨¢maras de gas instaladas en centros operacionales como Hartheim o Grafeneck, no era nuevo, en cambio, el caluroso debate que hab¨ªa originado en 1933 entre la comunidad cient¨ªfica espa?ola la legislaci¨®n nacionalsocialista que implant¨® la obligatoriedad de esterilizar las lebensunwertes leben (vidas in¨²tiles). Durante la Segunda Guerra Mundial, y a diferencia de la intromisi¨®n propagand¨ªstica en los ¨¢mbitos pol¨ªtico, econ¨®mico, social o cultural, la bibliograf¨ªa sobre la cuesti¨®n racial en t¨¦rminos biol¨®gicos y gen¨¦ticos tal y como se planteaba en el ideario nacionalsocialista no tuvo tanta ascendencia en la Espa?a ultraconservadora de los a?os cuarenta. Cabe destacar, aun as¨ª, el volumen Du und das Leben del futuro premio Nobel en 1973 y descubridor del lenguaje de las abejas Karl von Frisch, que llegar¨ªa a Espa?a en 1942 ¡ªescasos meses despu¨¦s, por tanto, de la cancelaci¨®n de la Aktion T4¡ª de la mano de la Editorial Labor con el t¨ªtulo en espa?ol T¨² y la vida. Una biolog¨ªa moderna para todos.
¡°La degeneraci¨®n de la raza¡±
En este libro destacaban, por encima de todo, aquellas p¨¢ginas en las que el et¨®logo austriaco y profesor de la Universidad de M¨²nich achacaba la degeneraci¨®n de la raza humana a la protecci¨®n excesiva que se hac¨ªa de los deficientes mentales, mientras que ¡°la parte sana y valiosa del pueblo¡± limitaba su descendencia. De ah¨ª que tomara partido por una pol¨ªtica eugen¨¦sica del tipo genetista (potenciaci¨®n de matrimonios racialmente puros, prohibici¨®n de la mezcla racial, obligatoriedad de la esterilizaci¨®n...) ¡ªque no conductista como la defendida por Vallejo-N¨¢gera a trav¨¦s de los consejos prematrimoniales, que Von Frisch consideraba insuficientes para ¡°evitar el mal¡±¡ª.
Desde la Ley para la Protecci¨®n de la Salud Hereditaria y las Leyes de N¨²remberg, estas medidas estaban protegiendo a la raza humana (aria) frente al paciente enfermo, que era una carga y una amenaza para la sociedad. Al final (recordemos que el libro fue publicado en su primera edici¨®n en 1936), su autor vaticinaba, con un lenguaje eufem¨ªstico similar al documento que el F¨¹hrer firmar¨ªa tres a?os despu¨¦s, el cumplimiento de las ¡°muertes dignas¡± de la Aktion T4: ¡°Si el hombre intenta alguna vez llevar a cabo la supresi¨®n de los incapaces, debe emplear para ello, naturalmente, m¨¦todos de humanidad¡±.
Aquella frase retumb¨® en los o¨ªdos de las altas jerarqu¨ªas eclesi¨¢sticas espa?olas, que censuraron el libro de Karl von Frisch no tan solo por hacer apolog¨ªa de la esterilizaci¨®n y de la eutanasia, sino tambi¨¦n porque defend¨ªa la teor¨ªa darwinista del origen del hombre. Y es que la injerencia religiosa de la Iglesia sobre asuntos (pseudo)cient¨ªficos no se distanciaba tampoco del influjo que, por otra parte, ejerc¨ªa el ideario nacionalcat¨®lico en la obra de personalidades como Antonio Vallejo- N¨¢gera. La coyuntura internacional, con un Tercer Reich en la c¨²spide de sus conquistas, continu¨® manteniendo la llama del an¨¢lisis y la formulaci¨®n del concepto de raza, con el nazismo como referente, entre la intelectualidad espa?ola y, muy especialmente, entre sus m¨¢s prominentes cient¨ªficos, m¨¦dicos y psiquiatras. En este ¨²ltimo aspecto, tanto Vallejo-N¨¢gera como Misael Ba?uelos, que hab¨ªan mantenido diferentes posiciones a la hora de pensar en la regeneraci¨®n de la decadente raza hispana en Pol¨ªtica racial del Nuevo Estado y Problemas de mi tiempo y de mi Patria, respectivamente, volv¨ªan a verse confrontados a trav¨¦s de los ensayos que publicaron a principios de la d¨¦cada de 1940.
Las teor¨ªas biotipol¨®gicas de Ernst Kretschmer
En la producci¨®n de Vallejo-N¨¢gera de estos a?os hay que destacar el volumen Ni?os y j¨®venes anormales. Siguiendo la estela de sus libros publicados durante la Guerra Civil, el psiquiatra palentino continuaba abordando una de sus principales l¨ªneas de investigaci¨®n: la degeneraci¨®n racial. Como se?alaba en la introducci¨®n, su objetivo consist¨ªa en estudiar la biopsicolog¨ªa de individuos ¡°anormales¡± para indagar en m¨¦todos educativos que corrigieran desde la m¨¢s tierna infancia sus defectos. Esto comprend¨ªa los casos de ¡°deficiencia intelectual juvenil¡±, excluyendo ¡°los grados profundos de idiotez e imbecibilidad¡± que resultaban ¡°ineducables¡±. En comparaci¨®n con la c¨²pula cient¨ªfica nazi que durante la publicaci¨®n del libro estaba asesinando sin distinci¨®n a todos aquellos ¡°oligofr¨¦nicos¡±, ¡°ni?os imb¨¦ciles¡±, ¡°d¨¦biles inestables¡±, ¡°d¨¦biles pasivos¡± o ¡°d¨¦biles activos¡± que eran susceptibles, seg¨²n el autor, de ¡°escolaridad¡± en centros especiales, Vallejo-N¨¢gera volv¨ªa a rechazar la preeminencia del cuerpo (l¨¦ase rasse en t¨¦rminos nacionalsocialistas) por encima del alma, puesto que en la personalidad y enfermedades mentales de un individuo influ¨ªan diferentes fuerzas ambientales: climatol¨®gica, familiar, escolar, religiosa, econ¨®mica, est¨¦tica, social, pol¨ªtica, etc. Abogaba, en cambio, por una simbiosis entre lo som¨¢tico y lo espiritual que le llevar¨ªa a exponer y a defender las teor¨ªas biotipol¨®gicas de Ernst Kretschmer ¡ªquien lleg¨® a colaborar con el r¨¦gimen nazi a pesar de sus protestas iniciales en 1933¡ª, en las que se establec¨ªa una conexi¨®n entre la figura corporal y las enfermedades psicol¨®gicas.
Aunque Vallejo-N¨¢gera, como pedagogo y psiquiatra, busc¨® en los tres ¡°biotipos¡± de Kretschmer una determinada orientaci¨®n pedag¨®gica para solventar la educaci¨®n de los ¡°ni?os y j¨®venes anormales¡±, aquellas clasificaciones gen¨¦ticas o biotipol¨®gicas quedaron tergiversadas por el contexto del Tercer Reich al que solo le importaba llevar a cabo una biopol¨ªtica racial que justificara el exterminio de deficientes mentales, gitanos, eslavos o jud¨ªos. Lejos de postulados educativos, pedag¨®gicos, espirituales o religiosos se situaba, por el contrario, su partenaire en cuestiones eugen¨¦sicas, el doctor Misael Ba?uelos. Con su obra m¨¢s importante de los a?os cuarenta (Antropolog¨ªa actual de los espa?oles), Ba?uelos aportaba a la bibliograf¨ªa espa?ola uno de los pocos vol¨²menes sobre estudios raciales en consonancia con la pol¨ªtica racista del Tercer Reich y con todos aquellos pioneros e inspiradores de la rassenkunde (ciencia racial) nazi como el conde de Gobineau, Houston Stewart Chamberlain, Alfred Rosenberg, Georges Vacher de Lapouge o Hans F. K. G¨¹nther. Emulando a este ¨²ltimo antrop¨®logo en Rassenkunde des deutschen Volkes (Ciencia racial del pueblo alem¨¢n, 1922) y su tesis de que los rasgos f¨ªsicos de una raza correspond¨ªan a un car¨¢cter y temperamento espec¨ªficos, Ba?uelos se dedicaba a analizar todas las clases de razas que conviv¨ªan en Espa?a. Destacaba el componente n¨®rdico ¡ªpondr¨¢ como modelo hist¨®rico a Cervantes¡ª, cuyos rasgos biotipol¨®gicos coincidir¨ªan, tanto en su belleza f¨ªsica como en la superioridad cr¨ªtica e intelectual, con los de la mayor¨ªa de los ¡°dominadores, se?ores y conductores de todos los pueblos del mundo culto¡±.
Ba?uelos se apuntaba sin miramientos a la teor¨ªa rosenberguiana de que el esplendor o la decadencia de las naciones e imperios depend¨ªan de la cantidad de sangre n¨®rdica que tuvieran sus dirigentes. Esta se encontraba especialmente entre la nobleza de Castilla, responsable directa de episodios de la historia de Espa?a de fuerte germanizaci¨®n como la presencia de los visigodos, el esp¨ªritu de la Reconquista o la colonizaci¨®n de Am¨¦rica. Sin embargo, este elemento n¨®rdico hab¨ªa ido disminuyendo desde la ¨¦poca de los Austrias, repercutiendo en el ¨¢mbito moral e intelectual de la vida nacional, hasta el punto en que pod¨ªa observarse como en la Espa?a contempor¨¢nea prevalec¨ªa el componente racial preasi¨¢tico, jud¨ªo y oriental. Lo que no pod¨ªa ocultar aquel volumen, que beb¨ªa desordenadamente del Ortega de Espa?a invertebrada o, especialmente, del ¨²ltimo Jos¨¦ Antonio de Germ¨¢nicos contra bereberes, era su deplorable contenido racista: un racismo sin veladuras para afirmar no solo que la mezcla racial iba en perjuicio de la pureza aria, sino tambi¨¦n para reiterar la obligaci¨®n que ten¨ªan los pa¨ªses de proteger a los individuos mejor dotados a partir de una legislaci¨®n como la alemana. Podemos concluir que, al igual que la ideolog¨ªa nacionalsocialista, su interpretaci¨®n biol¨®gica de la raza no ser¨ªa el ¨²nico elemento que le distanciar¨ªa del catolicismo antirracista de Vallejo-N¨¢gera. Misael Ba?uelos dudaba, a la postre, de la eugenesia conductista promovida por su colega, porque dec¨ªa estar seguro de la escasa influencia sobre las razas del ¡°medio ambiente, nutrici¨®n, condiciones clim¨¢ticas, g¨¦nero de vida y profesi¨®n¡±.
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