Hasta los fantasmas tienen familia
La ultraderechista Meloni ha decretado el estado de emergencia para poder aligerar la deportaci¨®n de los migrantes

¡°Alrededor de las 6.30 del 28 de mayo de 2021, a tres kil¨®metros de la playa de Belle Garden, en la isla de Tobago, una estrecha embarcaci¨®n blanca y azul apareci¨® en el horizonte (¡). Desde lejos, parec¨ªa no haber nadie a bordo. S¨®lo cuando los pescadores se acercaron, olieron la muerte.
En el interior hallaron los cuerpos en descomposici¨®n de m¨¢s de una docena de hombres negros. Nadie sab¨ªa de d¨®nde ven¨ªan, qu¨¦ los llev¨® all¨ª, por qu¨¦ estaban a bordo y c¨®mo, o por qu¨¦, murieron. No hab¨ªa ning¨²n rastro de sus nombres.
Lo que est¨¢ claro ahora, dos a?os despu¨¦s, es esto: 43 personas salieron 135 d¨ªas antes de una ciudad portuaria al otro lado del oc¨¦ano. Intentaban llegar a las islas Canarias, en Espa?a. Nunca llegaron. Terminaron en el Caribe¡±.
Los tres p¨¢rrafos anteriores pertenecen a una prodigiosa, y terrible, cr¨®nica distribuida por la agencia Associated Press esta semana. Sus investigaciones permitieron averiguar que la embarcaci¨®n hab¨ªa salido de Mauritania hacia Espa?a (una de las rutas de migraci¨®n m¨¢s peligrosas del mundo) y que en alg¨²n momento se perdi¨® en la inmensidad del oc¨¦ano.
¡°Del barco se recuperaron ropa, 1.000 francos de ?frica Occidental y algunos euros. La polic¨ªa tambi¨¦n encontr¨® media docena de m¨®viles corro¨ªdos con tarjetas SIM de Mal¨ª y Mauritania (¡) Hasta los fantasmas tienen familia¡±, escribieron sus autores.
Conviene leer esta portentosa cr¨®nica para comprender de qu¨¦ se trata cuando se habla de migraciones.
La ruta del Mediterr¨¢neo central no es tan peligrosa, pero tambi¨¦n tiene una larga lista de muertos en su historial. Seg¨²n la agencia de migraciones de la ONU, el primer trimestre de 2023 ha sido el m¨¢s mort¨ªfero de los ¨²ltimos seis a?os y uno de los factores que contribuyen a ello es la demora de los pa¨ªses europeos en iniciar los rescates. Peor a¨²n, las dificultades que ponen para que, al menos, sean organizaciones humanitarias las que hagan esa labor.
La Uni¨®n Europea lucha por cerrar el Mediterr¨¢neo central. Hasta ahora las embarcaciones sal¨ªan fundamentalmente de la costa de Libia. As¨ª que los europeos repartieron millones de euros a diferentes milicias para asegurarse de que interceptaban los botes y reclu¨ªan a sus ocupantes en algunos lugares terribles (otra investigaci¨®n period¨ªstica, esta vez alemana, permiti¨® documentar esas denuncias). La enorme crisis que padece ahora T¨²nez, bajo el aut¨®crata Kais Said, anuncia que habr¨¢ j¨®venes, ya sin nada que perder, que intentar¨¢n el salto desde sus playas. As¨ª que la primera ministra de Italia, la ultraderechista Giorgia Meloni, ha decretado durante seis meses el estado de emergencia, sobre todo para poder aligerar los tr¨¢mites de expulsi¨®n de esos migrantes.
Pero ?a d¨®nde se les expulsa? Desde luego, no son repatriaciones, porque se trata fundamentalmente de personas de nacionalidad banglades¨ª, paquistan¨ª, somal¨ªes o eritreos. Libia no es su pa¨ªs, como no lo es Ruanda de los migrantes que llegan al Reino Unido y son enviados a un pa¨ªs de ?frica oriental que nunca hab¨ªan pisado. Es decir, no se les repatr¨ªa, una figura muy conocida del derecho internacional, sino que se les deporta, otra figura muy conocida de la infamia internacional. Porque deportar significa desterrar a alguien a un lugar, por lo regular extranjero, y confinarlo all¨ª por razones pol¨ªticas o como castigo.
La Comisi¨®n Europea intent¨® lograr un acuerdo entre los pa¨ªses miembros de la UE para repartirse los migrantes llegados a los pa¨ªses receptores m¨¢s habituales. Ni por asomo fue posible el pacto. En lo ¨²nico que hay acuerdo es en convertir Frontex, la agencia de control de fronteras, en una especie de monstruo militarizado, sobre el que recaen m¨²ltiples sospechas de mala pr¨¢ctica. Meloni tendr¨ªa mucha m¨¢s raz¨®n si su pelea fuera la reforma del llamado Pacto de Dubl¨ªn por el que es el pa¨ªs que primero pisa el demandante de asilo el que determina esa solicitud, en lugar de manejarlo como asunto comunitario. O si fuera posible tratar en el ¨¢mbito de la UE el flujo de migrantes ¡°cualificados¡± que ahora cada pa¨ªs abre por su cuenta, sin considerar los problemas de sus socios. Para todo eso no sirve el estado de emergencia.
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