Max Hastings, periodista: ¡°Todos nuestros pol¨ªticos son malos para transmitir cosas impopulares¡±
El periodista y divulgador de historia brit¨¢nico publica un libro sobre la crisis de los misiles de Cuba. Todo fue tan tonto como pareci¨®, afirma. Considera el Brexit ¡°una aut¨¦ntica locura¡±

Max Hastings (Londres, 77 a?os) tiene el coraje, la autoridad y la sabidur¨ªa para decir lo que le d¨¦ la gana, aunque no guste a muchos. Corresponsal de guerra para la BBC, con la que cubri¨® el conflicto de Vietnam fue director de peri¨®dicos emblem¨¢ticos como The Daily Telegraph ¡ªal que supo llevar a un conservadurismo de centro¡ª o el Evening Standard, y es autor de m¨¢s de 30 libros de historia militar tan amenos como rigurosos. El ¨²ltimo, La crisis de los misiles de Cuba 1962 (Editorial Cr¨ªtica), un an¨¢lisis de un momento de la historia en el que la inteligencia prevaleci¨® sobre el instinto y la humanidad se libr¨® de un desastre nuclear. Hastings traza paralelismos y lecciones respecto a la crisis actual en Ucrania. Y no se corta al arremeter contra el Brexit o contra Boris Johnson, al que tuvo como empleado y por el que manifiesta un absoluto desprecio.
PREGUNTA.?Dice usted que, a medida que se hace mayor, est¨¢ m¨¢s convencido de la falibilidad de los servicios de inteligencia. La crisis de los misiles fue un buen ejemplo.
RESPUESTA.?Lo peor de aquella crisis es constatar que un evento que llev¨® al mundo al borde del precipicio fue el fruto de una absoluta incomprensi¨®n y conocimiento mutuo. Los estadounidenses no paraban de buscar los complejos motivos que pudieran explicar el comportamiento de los sovi¨¦ticos. No los hab¨ªa. Lo que hicieron los rusos fue tan est¨²pido como parec¨ªa. Y, aun as¨ª, el equipo de la Casa Blanca discuti¨® durante d¨ªas sobre qu¨¦ pretend¨ªa la URSS. La idea de que los sovi¨¦ticos fueran tan est¨²pidos como para pensar que pod¨ªan esconder estos misiles bajo las palmeras de Cuba resultaba inconcebible.
P.?Calcularon mal los estadounidenses¡ y los sovi¨¦ticos.
R. Ahora sabemos que los rusos leyeron mal en cada una de las fases la actitud de EE UU. La raz¨®n ¨²ltima por la que decidieron retirar los misiles fue que estaban convencidos de que la Casa Blanca estaba a punto de lanzar una invasi¨®n sobre Cuba, lo que no era cierto. Es bastante aleccionador tener en cuenta que, incluso hoy, las grandes decisiones se toman con un conocimiento extraordinariamente limitado de lo que est¨¢ ocurriendo.
P.??Hay lecciones para una crisis como la de Ucrania?
R.?Rusia es diferente a la URSS. Es m¨¢s peligrosa, la vieja Uni¨®n Sovi¨¦tica se manejaba de otro modo. Jruschov era el l¨ªder, indiscutiblemente, pero deb¨ªa responder ante el Politbur¨®. Y el Politbur¨® ten¨ªa sus propias opiniones y las expresaba. Hoy ya no hay un Politbur¨® en el Kremlin, y Putin puede decidir por s¨ª mismo. A veces leo, en la prensa conservadora de Occidente, que Putin est¨¢ lanzando un ¨®rdago con sus amenazas nucleares. Quiz¨¢ sea verdad, pero ?podemos asumir ese riesgo? Despu¨¦s de la crisis de los misiles qued¨® claro que en la era nuclear ya no es posible hablar de una victoria absoluta y que la mayor¨ªa de los conflictos concluyen de un modo insatisfactorio.
P.?Ha atra¨ªdo cr¨ªticas al expresar sus reservas ante el consenso general sobre lo sucedido en Ucrania.
R.?Todos quisi¨¦ramos ver la derrota de Putin, y a Rusia doblegada. El comportamiento de Rusia puede resultarnos horrible, pero Rusia es una realidad, con sus propias opiniones. Est¨¢ claro que no depende de ellos definir qu¨¦ papel en el mundo le corresponde a Ucrania, pero tampoco podemos pretender que Rusia no existe. Y al final de este conflicto, cuando se llegue a alg¨²n tipo de acuerdo, me sorprender¨¢ mucho que ese acuerdo incluya la posibilidad de que Ucrania sea parte de la OTAN.
P.?El Reino Unido ha sido probablemente la voz m¨¢s radical en la defensa hasta el final de Ucrania.
R.?Mucho de todo eso es una ret¨®rica hueca. Si a los brit¨¢nicos se les comenzara a exigir un sacrificio por Ucrania superior a los l¨ªmites actuales, comenzar¨ªan a quejarse. Boris Johnson decidi¨® abrazarse a Zelenski porque carece de principios morales. Se trata probablemente del ser humano m¨¢s ego¨ªsta que he conocido. No creo que Ucrania le importe en absoluto. Se abraz¨® a Zelenski cuando su propia carrera estaba en entredicho, y al descubrir que era algo popular, no le solt¨®.
P.?Pero Rishi Sunak no ha reducido un ¨¢pice el ardor guerrero.
R.?Todos nuestros pol¨ªticos son muy malos hoy en d¨ªa a la hora de tener que transmitir a su electorado cosas impopulares o dif¨ªciles. Ya son varios los l¨ªderes brit¨¢nicos que han dicho que los rusos tienen que ser expulsados de la regi¨®n de Donb¨¢s o de Crimea. Deber¨ªan medir sus palabras y limitarse a la f¨®rmula de ¡°apoyaremos completamente a Ucrania¡± sin especificar l¨ªmites geogr¨¢ficos. Es algo absolutamente irresponsable.
P.?Pide usted que se escuchen las voces de pa¨ªses alejados de ese consenso proucranio.
R.?Vivimos en un mundo que se divide en tres bandos. Por un lado, el G-7; por otro, China, Rusia y otros gobiernos autocr¨¢ticos; y, finalmente, lo que ahora llaman el Sur Global, aunque no sea exactamente el sur, que se niega a tomar partido por uno u otro bando.
P.??Eso no es el movimiento de No Alineados del siglo pasado?
R. S¨ª, pero durante la Guerra Fr¨ªa tanto EE UU como la URSS eran muy poderosas, y aquellas naciones, muy d¨¦biles. Pod¨ªan obligarlas a posicionarse, m¨¢s o menos, quisieran o no. Eso ya no es as¨ª. Ahora, estas ¨²ltimas pueden decir que no entran en el juego, y ya no basta con intentar convencerlas de que lo que defiende Occidente es lo moralmente correcto. Si quieres entender la pol¨ªtica exterior, resulta clave ser capaz, ya no solo de aceptar la l¨®gica de la otra parte, sino de entender lo diferente que puede ser. Es una lecci¨®n dura, muchos de nuestros l¨ªderes no lo entienden.
P.??Comparte la idea de declive del Reino Unido que expresan muchos, fuera y dentro del pa¨ªs?
R. Creo que la ra¨ªz de todos nuestros problemas est¨¢ en el exagerado sentido de la importancia que nos damos. Amo este pa¨ªs, y no querr¨ªa vivir en otro sitio. Pero tengo una visi¨®n muy despejada: somos una econom¨ªa grande, s¨ª, pero ya no somos importantes. Antes del Brexit, los partidarios de salir de la UE cre¨ªan que EE UU nos acoger¨ªa con los brazos abiertos y un nuevo tratado comercial. Yo he vivido all¨ª. No es que no les gustemos, es que no les interesamos en absoluto. Les gusta venir al Reino Unido, pero para hacer compras e ir al teatro, poco m¨¢s.
P.?Y el Brexit como origen de muchos males¡
R.?Soy un conservador del ala m¨¢s progresista. El centro donde me siento c¨®modo ya no existe en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. En mi casa adoptamos una l¨ªnea m¨¢s bien dura: desde 2016, no recibimos a nadie que hubiera apoyado el Brexit. Soy europe¨ªsta y un internacionalista apasionado. Nuestro destino esta junto al de Europa. Nadie se atreve a decir hoy que el Brexit fue una cat¨¢strofe [Hastings no considera relevante al populista Nigel Farage, que lo dijo hace dos semanas]. Nadie en la C¨¢mara de los Comunes tiene el coraje de admitir que fue una locura.
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