Un pacto PP-Vox ser¨ªa un pacto antieuropeo
Normalizar a la formaci¨®n de Santiago Abascal es un error que el Partido Popular puede pagar caro en Europa, porque lo obligar¨ªa a alinearse con quienes frenan la Uni¨®n
El hecho de que exista Vox, integrado en parte, seg¨²n las encuestas, por antiguos votantes y seguidores del Partido Popular, podr¨ªa representar una excelente oportunidad para que el PP, liberado de ese lastre que estaba en su interior, pudiera asentarse como un gran partido conservador, sin resabios pol¨ªticos extremistas de ning¨²n tipo. Por eso resultar¨ªa tan inquietante un acuerdo poselectoral entre los dos partidos, porque supondr¨ªa una vuelta atr¨¢s y, de alguna forma, tirar a la basura el trabajo hecho desde que dej¨® de ser Alianza Popular (AP). Volver¨ªa a su peor historia, un camino que a?oran los sectores m¨¢s populistas de la propia organizaci¨®n, pero que acabar¨ªa con el sue?o que represent¨® Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (UCD). El PP no podr¨ªa presentarse como el heredero de aquel cambio, porque habr¨ªa vuelto a ser AP.
Por eso no basta con que el candidato popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, diga que ¡°har¨¢ lo posible¡± para no negociar con Vox una alianza o coalici¨®n el 23-J. No es suficiente. Antes de acudir a las urnas, los electores tienen que saber si el Partido Popular vuelve a ser AP o si ha desterrado ese camino para siempre.
?Sobre qu¨¦ tendr¨ªan que negociar PP y Vox cara a un pacto? Necesariamente sobre los cinco puntos sobre los que se basa la oferta de Vox: 1) negaci¨®n de cambio clim¨¢tico, 2) desaparici¨®n de las pol¨ªticas de igualdad de g¨¦nero, 3) cierre total de la inmigraci¨®n y expulsi¨®n de inmigrantes ya asentados, 4) reducci¨®n de la financiaci¨®n y de las competencias de las comunidades aut¨®nomas, neg¨¢ndoles la condici¨®n de ser una parte fundamental del Estado y 5) pelear en Bruselas, junto con otros partidos de extrema derecha, a fin de lograr una Uni¨®n Europea con objetivos reducidos y expansi¨®n de los nacionalismos.
Cualquier acuerdo entre PP y Vox tendr¨ªa que estar relacionado con estos cinco puntos. No se trata de cuestiones menores, sino fundamentales para el futuro del pa¨ªs y de la Uni¨®n, y para incidir en ellas no hace falta derogar la Constituci¨®n, de la que pregonan ser campeones, sino hacer una lectura restrictiva de ella y, eso s¨ª, actuar a trav¨¦s de los Presupuestos Generales del Estado, reduciendo radicalmente las partidas dedicadas a esos objetivos. No es posible un pacto PP / Vox que no implique que los populares acepten ahogar, desprovey¨¦ndolas de dinero, muchas de las pol¨ªticas concretas relacionadas con los cinco apartados mencionados.
Vox quiz¨¢s naci¨® como un partido nacionalista espa?ol y ¡°castizo¡±, pero ya, tras sus contactos con los principales grupos de la extrema derecha norteamericana y europea, no lo es. Forma parte de una corriente ideol¨®gica con implantaci¨®n territorial europea, una corriente, representada por Viktor Orb¨¢n en Hungr¨ªa o Meloni en Italia, que pretende la implosi¨®n de la UE, convirti¨¦ndola en un mero entramado de acuerdos econ¨®micos, en la que desaparezca el poder de la Corte de Justicia y se ¡°devuelva¡± a los Estados competencias relacionadas con los derechos humanos o un Estado de derecho compartido y regulado ahora en instituciones europeas.
Normalizar a Vox es un error que el Partido Popular puede pagar caro en Europa, porque lo obligar¨ªa a alinearse con los sectores que est¨¢n frenando la Uni¨®n. Cuando Feij¨®o hace la lista de leyes y pol¨ªticas que derogar¨¢ inmediatamente, todas ellas podr¨ªan ser parte de un eventual acuerdo con la extrema derecha: ley de la Memoria Democr¨¢tica, ley de Garant¨ªa Integral de la Libertad Sexual, aspectos de la ley de Educaci¨®n, supresi¨®n de los ministerios de Igualdad y Consumo. Mantiene silencio, sin embargo, sobre qu¨¦ derogar¨¢ de la pol¨ªtica seguida por el Gobierno de S¨¢nchez en la UE, que indudablemente ha sido uno de los aciertos del presidente y que ha permitido a Espa?a recuperar un papel protagonista. ?Qu¨¦ alianzas, qu¨¦ discurso cambiar¨¢, si es presidente con ayuda de Santiago Abascal? El problema no es que hable o no ingl¨¦s, el problema es lo que diga y defienda en espa?ol. Y no ser¨¢ lo mismo, lo quiera ¨¦l o no, si llega al Gobierno mediante un pacto con Vox. Se enga?ar¨¢ ¨¦l mismo, y enga?ar¨¢ a sus electores, si piensa que Vox no tiene un proyecto claro e imperioso en ese cap¨ªtulo. Lo tiene, porque, adem¨¢s, es parte de un movimiento populista m¨¢s grande que ya ha mostrado su hocico en Europa.
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