Se abren las puertas del infierno y aparecen unos espa?oles discutiendo sobre pinganillos
De verdad, lo he intentado, pero no consigo preocuparme por el hecho de que en el Congreso se hablen otras lenguas espa?olas
¡°La humanidad ha abierto las puertas del infierno¡±, dijo el mi¨¦rcoles el secretario general de la ONU. Luego el mundo bostez¨® y sigui¨® con sus chorraditas. Es como un chiste: se abren las puertas del infierno y aparecen unos diputados espa?oles discutiendo sobre pinganillos. Esta semana no hemos parado de hablar de c¨®mo hablamos, metadebate de trascendencia similar al sexo de los ¨¢ngeles, lo que discut¨ªan los te¨®logos en Constantinopla mientras ca¨ªa la civilizaci¨®n occidental. De verdad, lo he intentado, pero no consigo preocuparme por el hecho de que en el Congreso se hablen otras lenguas espa?olas. He tratado de pensar que se rompe la convivencia, que es una h¨¢bil estrategia para sembrar la discordia, pero es que solo veo al PP y Vox haciendo el rid¨ªculo. No s¨¦ por qu¨¦ nadie destaca algo evidente: que unos independentistas se emocionen tanto por hablar en una de sus lenguas en el Parlamento espa?ol es un claro s¨ªntoma de deseo de integraci¨®n, de ser m¨¢s espa?oles todav¨ªa.
Comprendo ese momento de algunos diputados: ¡°Aqu¨ª estoy hablando gallego en el Congreso, qu¨¦ ilusi¨®n¡±. Bueno, eso dura una ma?ana y luego habr¨¢ que ponerse a trabajar, que estamos a las puertas del infierno, as¨ª que pasemos ya a las cosas importantes. A los espa?oles nos pierde lo simb¨®lico, la importancia exagerada que le damos a los grandes conceptos abstractos. En ese sentido, los nacionalistas son muy espa?oles. Para que la lengua pierda su poder pol¨¦mico, tan artificial, lo ideal ser¨ªa intercambiar los papeles: diputados del PP, PSOE o Vox hablando en otras lenguas y los nacionalistas, en castellano. Pero lo hizo Borja S¨¦mper y le ri?eron. Lo de re?ir es lo m¨¢s gracioso. Porque lo parad¨®jico es que tambi¨¦n esos diputados nacionalistas catalanes, vascos y gallegos ahora son libres de hablar la lengua que quieran, pero ahora que pueden, se sentir¨¢n obligados a hablar solo una de ellas. Les pueden llamar la atenci¨®n en el partido. Tambi¨¦n ellos excluyen su otra lengua, creen que solo una deber¨ªa ser la ¨²nica. Lo peor siempre es la p¨¦rdida de la naturalidad. Supongo que Gabriel Rufi¨¢n o Aitor Esteban podr¨¢n seguir hablando en castellano si les da la gana, y ya que se les da tan bien, sabiendo que as¨ª les van a entender mejor, que es de lo que se trata. Pero vamos, llevamos ya media vida leyendo subt¨ªtulos, no nos vamos a escandalizar. Adem¨¢s, las sesiones del Congreso no las ve nadie, al final son cosas entre ellos.
En unas semanas ni nos acordaremos de esto y es m¨¢s, habr¨¢ que explicar a los ni?os en el futuro que lo de las lenguas en el Congreso empez¨® en 2023, no en 1978, como podr¨ªan pensar, porque era todo muy complicado. Si lo hubi¨¦ramos hecho entonces, algo habr¨ªamos adelantado, pero si todav¨ªa se l¨ªa ahora con la patria en peligro, no quiero ni pensar como habr¨ªa sido en aquel momento. En los debates de la Constituci¨®n se habl¨® mucho sobre si se deb¨ªa decir que la lengua oficial era el ¡°castellano¡± o el ¡°espa?ol¡±, pues lo segundo implicaba identificar como espa?ol solo el castellano. La Academia de la Lengua Vasca se opuso porque ¡°considera de forma discriminatoria las lenguas nacionales distintas del castellano¡±. Al final, el art¨ªculo 3 de la Constituci¨®n qued¨® as¨ª: ¡°1. El castellano es la lengua espa?ola oficial del Estado¡±. Y luego: ¡°2. Las dem¨¢s lenguas espa?olas ser¨¢n tambi¨¦n oficiales en las respectivas Comunidades Aut¨®nomas¡±. Las dem¨¢s lenguas espa?olas, eso es.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.