Vivian Silver, la pacifista israel¨ª secuestrada por Ham¨¢s
La veterana activista, que lleva d¨¦cadas tendiendo puentes con los palestinos, es uno de los m¨¢s de 200 rehenes
?Qu¨¦ criterio eligieron los milicianos de Ham¨¢s para matar a unos y llevarse a otros en el brutal ataque en territorio israel¨ª del 7 de octubre? Nadie lo sabe. Puede que solo una inexplicable loter¨ªa hiciera que Vivian Silver (74 a?os) fuera de los que se llevaron con vida a la Franja de Gaza, seg¨²n apuntan casi todos los indicios. Llegada a Israel hace medio siglo desde Canad¨¢, su pa¨ªs de nacimiento, esta jud¨ªa no ha dejado de militar en favor de la paz, de los derechos de las mujeres y de la igualdad entre comunidades en medio de un polvor¨ªn donde el odio sigue impregnando hasta el tu¨¦tano. Esa es la paradoja que aflora de los testimonios de los que la conocen y han trabajado con ella en las muchas iniciativas en las que participa sin descanso. Sus compa?eros todav¨ªa observan incr¨¦dulos la imagen en la que aparece manifest¨¢ndose por la paz en las calles de Jerusal¨¦n el 4 de octubre, solo tres d¨ªas antes de ser capturada, junto a sus compa?eras de Women Wage Peace (mujeres que hacen la paz).
En tiempos en los que la persecuci¨®n de las autoridades israel¨ªes se cierne sobre todo aquel que no siga a pies juntillas la doctrina ultra del Gobierno que lidera Benjamin Netanyahu, el valor como bisagra en el conflicto de personajes como Silver adquiere m¨¢s quilates todav¨ªa. Ella narr¨® en directo el infierno vivido el 7 de octubre a uno de sus hijos a trav¨¦s de mensajes de la aplicaci¨®n WhatsApp. Varias decenas de yihadistas asaltaron el kibutz Beeri, donde resid¨ªa desde 1990, matando sin piedad a los vecinos. Un centenar del millar de habitantes de esta comunidad levantada en las proximidades de Gaza fue asesinado. En total, aquel d¨ªa, 1.400 israel¨ªes, la inmensa mayor¨ªa civiles de todas las edades. Otros 200 fueron hechos rehenes y entre 100 y 200 permanecen oficialmente como desaparecidos, seg¨²n el Estado hebreo.
Cuando en la macabra b¨²squeda de v¨ªctimas en Beeri lleg¨® el turno de la casa de la activista, esta se hallaba escondida en un armario. Entre los disparos y los gritos en ¨¢rabe cada vez m¨¢s pr¨®ximos, todav¨ªa tuvo tiempo de mandar unos ¨²ltimos mensajes a uno de sus dos hijos, Yonatan Zeigen. Eran las 10.54 de ese infausto s¨¢bado. ¡°Los hombres armados est¨¢n en casa¡±, escribi¨®. Como final, unas palabras mutuas de cari?o con sabor a amarga despedida instantes antes de que dieran con ella, seg¨²n relata ¨¦l mismo en un v¨ªdeo publicado en el perfil de la red social Facebook creado para reclamar la liberaci¨®n.
Zeigen describe a su madre como ¡°una mujer poderosa, aunque parezca fr¨¢gil y sea peque?a¡±. Alguien que ¡°dedic¨® su vida a promover causas en torno a la paz y la justicia¡±. Siguiendo los pasos de su madre y huyendo del camino de la venganza pese a la enorme incertidumbre bajo la que vive la familia, insiste en que la seguridad entre las partes es la ¨²nica manera de vivir en paz. ¡°Vivian educ¨® a sus hijos de acuerdo a su forma de pensar y repart¨ªa ahora su militancia con el disfrute de sus nietos¡±, defiende Arial Daloumi, director del Centro ?rabe-Jud¨ªo para el Empoderamiento, la Igualdad y la Cooperaci¨®n (conocido por sus siglas Ajeec-Nisped), que Silver fund¨® en 2000 y encabez¨® durante una d¨¦cada. Los cimientos de esta organizaci¨®n son grupos de trabajo conjuntos formados por ¨¢rabes y jud¨ªos, iniciativas que siempre ha impulsado Silver tratando de ignorar los muros que los separan, tanto f¨ªsicos y sentimentales como legales. ¡°Esencialmente, Vivian es una gran persona que cree en la bondad del ser humano y en el servicio a los dem¨¢s¡±, resume Kher Elb¨¢s, un activista beduino que dirigi¨® conjuntamente con Silver Ajeec-Nisped.
Parte de la militancia de Silver consiste en luchar para que los habitantes de ese territorio-c¨¢rcel que es Gaza puedan tener libertad de movimientos, de trabajo y disfrutar de unos derechos humanos que, casi de forma sistem¨¢tica, Israel les niega. En los ¨²ltimos tiempos, una vez que las autoridades de Israel decidieron echar el candado a Gaza, la activista ha impulsado el traslado de enfermos vecinos de la Franja para ser atendidos en centros m¨¦dicos israel¨ªes. Ahora es ella la que, a la fuerza, ha sido trasladada al interior de la misma Gaza que, mientras las Fuerzas de Seguridad de su pa¨ªs lo permitieron, visitaba como activista.
Quienes, como Elb¨¢s, esperan su puesta en libertad, no quieren ni imaginar por lo que est¨¢ pasando. S¨ª tienen claro, sin embargo, que sus secuestradores no van a ser capaces de cambiar su manera de pensar. Alguno trata incluso de que se le puedan hacer llegar sus gafas, que se quedaron atr¨¢s y ella necesita para su devenir cotidiano. ¡°Si pudiera entrar en su mente, seguro que es capaz de separar a los que le han hecho esta atrocidad a ella y a su comunidad de Beeri, as¨ª como a otras comunidades, de la gente ordinaria de Gaza. Vivian est¨¢ de reh¨¦n, al igual que los habitantes de Gaza, rehenes de m¨¦todos que no podemos llamar m¨¢s que cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad¡±, describe Ariel Daloumi.
La casa 507, la de Vivian Silver, est¨¢ hoy arrasada y quemada tras una brutal batalla de unas 12 horas en el kibutz Beeri, que este enviado especial pudo visitar en medio del olor a muerte una semana despu¨¦s. ¡°La ¨²nica soluci¨®n para nuestra regi¨®n es la soluci¨®n de la paz. Seguro que ella todav¨ªa apoya a los palestinos y piensa que los m¨¦todos empleados aquel s¨¢bado no sirven para nada¡±, concluye Daloumi.
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