C¨®mo criticar a Netanyahu sin caer en el antisemitismo
El recurso del Gobierno israel¨ª al hist¨®rico odio contra los jud¨ªos estrecha el margen para cuestionar la muerte de miles de civiles y ni?os en Gaza en respuesta al ataque de Ham¨¢s
La reuni¨®n entre Pedro S¨¢nchez y Benjam¨ªn Netanyahu acaba de terminar. Es 23 de noviembre y el primer ministro israel¨ª, con tono solemne, inicia su discurso. ¡°Son genocidas¡±, dice sobre Ham¨¢s. ¡°Luchan por eliminar el Estado jud¨ªo. Est¨¢ en sus principios: matar a todos los jud¨ªos¡±. Y despu¨¦s: ¡°Hitler invadi¨® Europa y cometi¨® esos horrores (¡) el Holocausto. Estos asesinos [Ham¨¢s] har¨ªan lo mismo¡±.
Escuchando a Netanyahu, se entiende mejor lo que su Ministerio de Exteriores difundi¨® al d¨ªa siguiente: el presidente espa?ol ¡°apoya a los terroristas¡±. Es decir, que apoya a Ham¨¢s, cuyos miembros ¡°har¨ªan lo mismo que Hitler¡±. S¨¢nchez simpatiza con los que planean ¡°matar a todos los jud¨ªos¡±. O sea, se le acusa de antisemitismo. O al menos de apoyar a los antisemitas.
La acusaci¨®n se produjo despu¨¦s de que el presidente espa?ol condenara los ataques del 7 de octubre e invocara el derecho de Israel a defenderse, pero de acuerdo con el derecho internacional. S¨¢nchez dijo que las miles de muertes de civiles por la respuesta militar en Gaza son ¡°insoportables¡± e ¡°inaceptables¡±. Lo mismo que sostienen la ONU y otras organizaciones sobre el terreno.
El antisemitismo (y su uso en pol¨ªtica) ha vuelto con fuerza con la guerra. Los cr¨ªmenes de odio ¡ªviolencia contra jud¨ªos o ataques a sinagogas e instituciones de esa comunidad¡ª se han multiplicado en Europa, donde hace 80 a?os los jud¨ªos fueron exterminados por millones. El miedo al fen¨®meno ha provocado la prohibici¨®n de manifestaciones contra el conflicto en Francia o Alemania ante el riesgo de que deriven en actos de odio.
?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite entre el antisemitismo y el discurso leg¨ªtimo? ?C¨®mo protestar contra la actuaci¨®n de Israel en Gaza sin caer en el odio ni la autocensura?
Para trazar la frontera hay que analizar el contexto. ¡°El 7 de octubre fue traum¨¢tico para los jud¨ªos¡±, explica David Feldman, director del Instituto Birkbeck para el Estudio del Antisemitismo de la Universidad de Londres. ¡°Muchos sienten temor cuando ven manifestaciones de solidaridad con los palestinos. Se preguntan: ¡®?Condena esa gente lo del 7 de octubre?¡¯. Los ataques de Ham¨¢s y los actos que se oponen a la respuesta militar han elevado su ansiedad. Pero algunos tambi¨¦n se han unido a esas protestas¡±.
Alejandro Baer, exdirector del Centro de Estudios del Holocausto y el Genocidio de la Universidad de Minnesota e investigador del CSIC, asegura: ¡°El 7 de octubre es un punto de inflexi¨®n. Nunca hubo tantas v¨ªctimas civiles en atentados o en las guerras que ha librado Israel¡±. Y a?ade: ¡°Es la mayor matanza desde el Holocausto. La sensibilidad de los jud¨ªos no es solo por sus v¨ªnculos con Israel, tambi¨¦n por los ataques de los que ven la acci¨®n de Ham¨¢s como un acto de ¡®resistencia¡±.
Criticar a Israel no es necesariamente antisemita. En los ¨²ltimos a?os ha habido dos acuerdos para explicar lo que s¨ª lo es. Los 31 pa¨ªses de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, en sus siglas en ingl¨¦s), entre ellos Espa?a e Israel, aprobaron en 2016 una definici¨®n: ¡°El antisemitismo es una cierta percepci¨®n de los jud¨ªos que puede expresarse como el odio a los jud¨ªos. Las manifestaciones f¨ªsicas y ret¨®ricas del antisemitismo se dirigen a personas jud¨ªas y no jud¨ªas y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades jud¨ªas y a sus lugares del culto¡±.
Pueden ser antisemitas, seg¨²n IHRA, los ataques contra Israel ¡°concebido como una colectividad jud¨ªa¡±, aunque no las cr¨ªticas similares a las dirigidas a cualquier otro pa¨ªs. S¨ª lo es ¡°denegar a los jud¨ªos su derecho a la autodeterminaci¨®n¡±. O pedir a ese Estado algo no exigido a ning¨²n otro.
Feldman recuerda que desde hace 20 a?os hay un debate sobre si hay que distinguir entre antisionismo y antisemitismo. ¡°Un efecto del ataque de Ham¨¢s y las manifestaciones que solo ven el sufrimiento palestino es que muchos l¨ªderes e instituciones jud¨ªas entienden el antisionismo y la cr¨ªtica firme a Israel como antisemitismo¡±. El sionismo es el movimiento pol¨ªtico que busca desde el siglo XIX el establecimiento de un Estado jud¨ªo y est¨¢ en el germen de la fundaci¨®n de Israel.
¡°Desde muchos sectores se escucha que no se debe confundir antisionismo con antisemitismo y, en teor¨ªa, se puede hacer esta distinci¨®n¡±, afirma Baer. ¡°Pero en lo pr¨¢ctico, antisionismo y antisemitismo se solapan. Porque estar contra la existencia y seguridad de millones de jud¨ªos de Israel es una expresi¨®n de antisemitismo¡±.
Para aclarar la diferencia entre antisemitismo y antisionismo y superar la confusi¨®n de la definici¨®n de IHRA, Feldman y 300 especialistas en antisemitismo, juda¨ªsmo y Oriente Pr¨®ximo de todo el mundo promovieron en 2019 la Declaraci¨®n de Jerusal¨¦n.
Seg¨²n la Declaraci¨®n de Jerusal¨¦n, criticar a Israel ¡°bas¨¢ndose en la evidencia¡± es leg¨ªtimo. No es antisemita oponerse ¡°a sus pol¨ªticas y pr¨¢cticas (¡) como la conducta de Israel en Cisjordania y Gaza¡±. Tampoco ¡°se?alar una discriminaci¨®n racial sistem¨¢tica¡±. ¡°Aunque sea pol¨¦mico, no es antisemita en s¨ª mismo comparar a Israel con otros casos hist¨®ricos, incluido el colonialismo de colonos o el apartheid¡±.
Un caso similar al de Pedro S¨¢nchez fue el del secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, que, el 24 de octubre, durante una reuni¨®n del Consejo de Seguridad, tras condenar los ataques de Ham¨¢s y considerarlos injustificables, asegur¨® que ¡°no ven¨ªan de la nada¡±. El Gobierno de Netanyahu reclam¨® inmediatamente su dimisi¨®n.
Con la Declaraci¨®n de Jerusal¨¦n en la mano, Feldman niega que la actitud del secretario general fuera antisemita al estar ¡°basada en la evidencia¡±. ¡°Guterres reconoci¨® que las acciones de Ham¨¢s han sido ¡®espantosas¡¯, pero tambi¨¦n dijo que incluso esas acciones tienen causas: en este caso 56 a?os de ocupaci¨®n, desplazamiento y esperanzas pol¨ªticas menguantes¡±.
Alejandro Baer objeta, por su parte: ¡°Cuando las emociones est¨¢n a flor de piel y dada la crueldad de la matanza de Ham¨¢s, hay que medir muy bien las palabras para no conferir legitimidad alguna al perpetrador¡±. ¡°Sin duda es necesario conocer causas y efectos, pero al mencionar la ocupaci¨®n, Guterres entr¨® en un terreno muy resbaladizo que se brindaba a todo tipo de equ¨ªvocos¡±, asegura.
Baer cree que el primer ministro israel¨ª utiliza el antisemitismo como arma arrojadiza para desacreditar al adversario pol¨ªtico. ¡°Eso hace que el t¨¦rmino haya perdido fuerza y, cuando hay antisemitismo expl¨ªcito o indirecto, como el que estamos viendo en las manifestaciones propalestinas, no es reconocido como tal¡±.
Feldman reconoce que, aunque parte del antisionismo adopta una forma antisemita, tambi¨¦n hay ¡°una larga historia de Israel y sus partidarios presentando el antisionismo y muchas cr¨ªticas a Israel como antisemitas¡± para deslegitimarlas.
?Y las libertades de expresi¨®n y manifestaci¨®n? ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite? El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker T¨¹rk, ha condenado el auge de los actos antisemitas (e islam¨®fobos), pero tambi¨¦n ha pedido que no se restrinja el debate ni los comentarios pol¨ªticos sobre el conflicto o los actos de solidaridad con Israel o Palestina.
El profesor brit¨¢nico recuerda que en el Reino Unido los actos antisemitas se dispararon desde el 7 de octubre. ¡°Los gobiernos se enfrentan a la tarea de actuar contra el discurso del odio y preservar la libertad de expresi¨®n¡±, asegura. ¡°Pero en algunos casos se reprime la expresi¨®n pol¨ªtica leg¨ªtima. En noviembre, la polic¨ªa prohibi¨® en Berl¨ªn m¨¢s de la mitad de las 41 manifestaciones de solidaridad con Gaza que se hab¨ªan convocado¡±.
Vuelta al 23 de noviembre. Tras la reuni¨®n con S¨¢nchez, Netanyahu sigue hablando de la II Guerra Mundial. ¡°Los aliados invadieron Normand¨ªa y vieron que el ej¨¦rcito alem¨¢n estaba en las ciudades¡±, dice el primer ministro. ¡°?Se preguntaron si no pod¨ªan disparar porque hab¨ªa civiles? No. Intentaron lo que hacemos nosotros: minimizar el coste. Entonces marcharon sobre las ciudades de Francia y de Alemania. Y, desgraciadamente, hubo muchas, muchas, muchas bajas civiles¡±.
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.