Seis pensadores que marcaron el a?o 2023
Presentaron una idea de manera brillante o intervinieron con agudeza en el debate p¨²blico: as¨ª destacaron estos intelectuales en el a?o que se va
Son los faros del a?o que acaba, pensadores que iluminaron un poco el camino en un a?o convulso y marcado por las guerras. La albanobrit¨¢nica Lea Ypi nos hizo ver lo manipulable que es la libertad; el ruso Serg¨¦i Guriev, profesor de Sciences Po en Par¨ªs, explor¨® la naturaleza de los nuevos dictadores del siglo XXI; John Gray destil¨® su l¨²cido pesimismo; la australiana McKenzie Warkel nos aport¨® su an¨¢lisis marxista y su ramalazo punk; Timothy Garton Ash, su defensa de Europa; y la pensadora del capitalismo y el amor, la francoisrael¨ª Eva Illouz, su mirada a contracorriente.
Lea Ypi, la pensadora de la libertad
Lea Ypi se ha adelantado. La autora albanesa de 44 a?os, profesora de Teor¨ªa Pol¨ªtica en la London School of Economics, ha irrumpido en la narrativa internacional con Libre, una obra que une memoria y reflexi¨®n y que reivindica la modernidad kantiana en tiempos oscuros. Lo hace un a?o antes del tricentenario del nacimiento de Kant, pero en lugar de escribir un tratado de filosof¨ªa, Ypi apuesta por la memoria narrativa para invitarnos a pensar qu¨¦ significa ser libre desde la voz de la ni?a que fue. La curiosidad y atrevimiento infantiles le permiten hacerse las preguntas necesarias sobre el mundo que habita, pero Libre no es una obra melanc¨®lica sino una llamada a la actualidad, a este nuevo contexto de barbarizaci¨®n internacional que exigir¨ªa apostar decididamente por aquella paz perpetua de Kant.
Cuando anochece, la br¨²jula es nuestra esperanza, y algo as¨ª nos viene a decir Ypi. ?Acaso la modernidad no es el anhelo de que el mundo pueda ser mejor? La esperanza es para Ypi un ant¨ªdoto contra nuestro nihilismo, pues ¡°no trata de garantizar el resultado correcto sino de preservar el principio correcto: aquel basado en que un mundo moral tiene sentido¡±. Libre contiene, as¨ª, una valiosa promesa de libertad justo cuando la pol¨ªtica la banaliza para ponerla al servicio de la ideolog¨ªa. Nos invita a pensar qu¨¦ significa ser libre mostr¨¢ndonos c¨®mo las autocracias instrumentalizan la libertad, pero tambi¨¦n las democracias, alert¨¢ndonos sobre nuestro paternalismo al interpretar historias que percibimos lejanas.
Ypi se atreve, as¨ª, con el fin de la historia desde el lado que no vio Fukuyama, esa Europa que recibi¨® envanecidas lecciones de democracia al caer el comunismo y cuyas esperanzas no fueron satisfechas. Y es esa audaz uni¨®n entre alteridad y universalismo, bajo la fuerza de una voz narrativa propia, la que hace de Ypi una de las autoras del a?o. Por M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n
Serg¨¦i Guriev, el profesor que disecciona a los nuevos dictadores
Hace un lustro, dos profesores universitarios activaron las alarmas sobre la situaci¨®n de las democracias. Steven Levitsky y Daniel Ziblatt analizaron en C¨®mo mueren las democracias el apag¨®n que sufr¨ªa la libertad en el mundo y se ced¨ªa el paso a lo que enseguida se llam¨® ¡°recesi¨®n democr¨¢tica¡±, que coincid¨ªa con un sombr¨ªo estado de ¨¢nimo y la multiplicaci¨®n de democracias iliberales.
Otros dos profesores, Serg¨¦i Guriev (rector de Sciences Po de Par¨ªs de 51 a?os) y Daniel Treisman, de la Universidad de California, han cerrado el c¨ªrcu?lo escribiendo Los nuevos dictadores. El rostro cambiante de la tiran¨ªa en el siglo XXI ¡ªlos Putin, Erdogan, Orb¨¢n, etc¨¦tera¡ª que son una nueva generaci¨®n que en poco se parece a sus sangrientos antecesores, los Hitler, Stalin, Mao¡ Aquellos han cambiado el uniforme militar por el traje formal, acuden con sus aviones privados al foro empresarial de Davos, dejaron de fusilar a sus oponentes en abarrotados estadios de f¨²tbol, y contratan para su pr¨¢ctica pol¨ªtica a asesores y encuestadores profesionales.
El modelo de los nuevos dictadores se basa en una idea brillante. Su objetivo principal sigue siendo monopolizar el poder pol¨ªtico, pero los hombres fuertes de ahora son conscientes de que en la situaci¨®n actual la violencia no siempre es necesaria o ni siquiera conveniente. No les conviene que las miradas se posen sobre ellos. En lugar de aterrorizar a los ciudadanos un gobernante h¨¢bil puede controlar o reconfigurar las creencias de su pueblo sobre el mundo. Puede enga?ar a sus ciudadanos para que se conformen o incluso para que le aprueben con entusiasmo. En lugar de reprimir con dureza, los nuevos dictadores manipulan. Son dictadores de la manipulaci¨®n.
Estos nuevos dictadores controlan a la ciudadan¨ªa distorsionando la informaci¨®n y simulando procedimientos democr¨¢ticos. Utilizan las instituciones democr¨¢ticas (incluso participando en las internacionales) manej¨¢ndolas desde dentro. Lo cual no significa que en cualquier momento puedan abandonar esa manipulaci¨®n y volver a la cruda represi¨®n. Es lo que ha hecho Putin con la guerra de Ucrania. Por Joaqu¨ªn Estefan¨ªa
John Gray, el profeta del pesimismo
Mi antiguo maestro, un verdadero esc¨¦ptico, sol¨ªa decir que solo era optimista respecto al futuro del pesimismo. Esta m¨¢xima bien puede aplicarse a John Gray (75 a?os), el pensador m¨¢s iconoclasta y descre¨ªdo de cuantos se hallan en el mercado de las ideas. O aquella que Dante ubicaba en la entrada del infierno: ¡°Abandonad toda esperanza¡±. La esperanza en este caso es aquella que gu¨ªa todo el discurso ilustrado, la creencia en el progreso, en la fuerza de la raz¨®n y el mejoramiento creciente de la humanidad. Si Camus sosten¨ªa que ¡°la tragedia de nuestra generaci¨®n es haber visto una falsa esperanza¡±, haber confiado en el poder liberador de las revoluciones para acabar despu¨¦s en nuevas formas de dominaci¨®n, Gray redobla esta queja apuntando a la inevitabilidad de la frustraci¨®n de toda expectativa de mejora. Todo avance aparente es siempre precario y provisional, no es mucho lo que cabe esperar del fuste torcido de la humanidad. Esto lo ven¨ªa diciendo ya desde hace varias d¨¦cadas y lo encuentra corroborado hoy en lo que considera la crisis final del liberalismo, el ¨²ltimo heredero del optimismo ilustrado. Su reciente libro, Los nuevos leviatanes, lleva el subt¨ªtulo de ¡°pensamientos despu¨¦s del liberalismo¡±. Fukuyama est¨¢ ya muerto y enterrado, y optimistas como Pinker no paran de hacer el rid¨ªculo. ?D¨®nde est¨¢ esa convergencia de la humanidad en torno a los principios liberales? ?O, a la vista de los peligros de la IA, esa emancipaci¨®n que nos iba a proporcionar la ciencia? Y la prosperidad que esper¨¢bamos del mercado global capitalista se ha traducido en una loca carrera hacia la destrucci¨®n ecol¨®gica del planeta. A?¨¢danle las miserias de las nuevas guerras en Ucrania e Israel y la estremecedora expectativa de un potencial conflicto entre Estados Unidos y China. S¨ª, el a?o 2023 ha reivindicado a los pesimistas, y John Gray es su profeta. Por Fernando Vallesp¨ªn
McKenzie Wark, de la autoteor¨ªa al marxismo heterodoxo
En los ¨²ltimos tiempos, el nombre de McKenzie Wark (Newcastle, Australia, 1961) ha sonado asociado a sus obras de autoficci¨®n (como Vaquera invertida o Raving, publicadas por Caja Negra), donde relata sus experiencias de trans tard¨ªa y se eleva de la an¨¦cdota para llegar a la autoteor¨ªa: una nueva forma de abordar el pensamiento. Tambi¨¦n como comentarista de los pensadores m¨¢s potentes de la actualidad en relaci¨®n con sus intereses, como se ve en Intelectos colectivos (La Caja Books, 2023).
Esos intereses giran en torno a un marxismo heterodoxo que se centra en el an¨¢lisis de la econom¨ªa pol¨ªtica de la sociedad de la informaci¨®n. Su lectura de Marx es la que intersecta con lo cient¨ªfico-tecnol¨®gico, porque la nueva econom¨ªa del conocimiento est¨¢ creando nuevas clases y conflictos sociales. Por ejemplo, entre el hacker, que crea, innova, subvierte (a su figura le dedic¨® tal vez su obra m¨¢s conocida, Un manifiesto hacker, publicada por Alpha Decay en 2004) y el vectorialista, que acapara el valor controlando medios, infraestructuras o propiedad intelectual. Son ideas en las que tambi¨¦n ahonda en El capitalismo ha muerto (Holobionte, 2021): el capitalismo ya no es lo que era, es otra cosa que puede que no merezca tal nombre. Y puede que el nuevo modelo, en pleno antropoceno, sea incluso peor.
De car¨¢cter activista y ramalazo punk, la tambi¨¦n heterodoxa Internacional Situacionista ha sido otro de sus campos de inter¨¦s, como se ve en la obra La playa bajo la calle (Hermida, 2018), que pone a Guy Debord y sus compinches en el contexto de las luchas del siglo XXI. Interesada por los medios de comunicaci¨®n, la cultura digital y la tecnolog¨ªa, ha aportado nuevos enfoques sobre la propiedad intelectual, como una forma de creaci¨®n de escasez en el campo intangible del conocimiento, o sobre la importancia del intelecto colectivo, m¨¢s all¨¢ de la figura cl¨¢sica del intelectual. Por Sergio C. Fanjul
Timothy Garton Ash, un intelectual liberal que defiende a Europa
Desde hace a?os, la sombra de la regresi¨®n democr¨¢tica se proyecta sobre el horizonte en construcci¨®n de una Europa que poco a poco, a pesar de la subversi¨®n h¨²ngara, se blinda y se federaliza. Ya era un temor realista en las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, y lo volver¨¢ a ser el nuevo a?o. Convivimos a¨²n con la resaca del Brexit y el asedio nacionalpopulista al desgastado proyecto socialdem¨®crata fundacional, definido as¨ª por Tony Judt e ideado para un mundo que poco tiene que ver con el de hoy. A esas tensiones se le suman desde 2022 las guerras en los extremos del continente donde, entre impotentes y resignados, descubrimos nuestro lugar cuando el poder que se impone es el poder duro. Un lugar secundario. Pero, a pesar de los pesares, sigue siendo un lugar de libertad excepcional. ¡°Pese a todos sus defectos, l¨ªmites e hipocres¨ªas, pese a todos los contratiempos de los ¨²ltimos a?os, la Europa de hoy sigue siendo mucho mejor que la que me dispuse a explorar a principios de los setenta, por no hablar del infierno que mi padre se encontr¨® en su juventud¡±. La frase puede leerse al final de un alegato culto, luminoso e ilustrado publicado en 2023: el ensayo Europa (Taurus), de Timothy Garton Ash (68 a?os), donde la historia contempor¨¢nea europea se cruza con la autobiograf¨ªa del autor. Un libro, un faro. Este acad¨¦mico brit¨¢nico ¡ªmiembro de la ¨¦lite continental y que interviene desde hace d¨¦cadas en las tribunas donde se desarrolla el mejor debate p¨²blico occidental¡ª es un ejemplo paradigm¨¢tico del intelectual liberal que no se ha instalado en la nostalgia falaz, sino que se compromete en la defensa de unos valores amenazados con conocimiento s¨®lido sobre la otra Europa sin la que no se comprende completa. Ese es el tema del libro y ese es su discurso. Como Snyder, como Applebaum. Como los referentes que, desde el pensamiento, es decir, desde las contradicciones, abanderan la resistencia democr¨¢tica ante la regresi¨®n. Por Jordi Amat
Eva Illouz, esa voz inc¨®moda que va a contracorriente
Es como si la historia no parara de darle macabramente la raz¨®n a Eva Illouz (62 a?os), la gran soci¨®loga francoisrael¨ª. La prol¨ªfica pensadora del capitalismo y el amor centra su trabajo en las emociones, derribando mitos como el del amor rom¨¢ntico. Se fija en el desequilibrio de poder entre hombres y mujeres, agravado por el impacto de unas relaciones transaccionales, de usar y tirar, Tinder en mano. El consumo de la utop¨ªa rom¨¢ntica o El fin del amor son dos de sus grandes obras. Sus conclusiones no dejan de cobrar vigencia. Pero mientras desde la academia se centraba en los asuntos amorosos, en su doble faceta de intelectual-ciudadana alertaba en el diario Haaretz ¡ªtan progresista como minoritario en Israel¡ª, de la deriva de su pa¨ªs. De hasta qu¨¦ punto el populismo nacionalista de Netanyahu pon¨ªa en peligro la salud de la democracia israel¨ª y su seguridad. De c¨®mo su coalici¨®n extremista conduc¨ªa al pa¨ªs al abismo. De eso escribe en La vida emocional del populismo (Katz, 2023), en el que disecciona la manipulaci¨®n pol¨ªtica de las emociones. Cartograf¨ªa el miedo, el asco y el orgullo nacional; las emociones que considera ¡°alimentan el conflicto¡± y moldean la narrativa capaz de socavar las instituciones democr¨¢ticas desde dentro.
Esto lo escrib¨ªa antes del 7 de octubre. Antes de que la matanza de israel¨ªes perpetrada por el movimiento islamista Ham¨¢s diera pie a una respuesta militar israel¨ª sin precedentes, pulverizando en directo y ante la mirada impasible de medio mundo las leyes de la guerra tal y como las conoc¨ªamos, masacrando a miles de civiles gazat¨ªes y condenando a dos millones de ellos a desplazarse. Illouz vuelve a adoptar una voz inc¨®moda, esta vez para los que han sido su p¨²blico, el progresismo global. Lleva a?os condenando la ocupaci¨®n y los ataques a los palestinos y ahora condena la respuesta de parte de la izquierda global, a la que acusa de ¡°insensibilidad moral¡±. La que empatiza con los palestinos muertos, pero le cuesta condenar la barbarie contra las v¨ªctimas israel¨ªes. Pocas concesiones de una pensadora acostumbrada a nadar a contracorriente. Por Ana Carbajosa
Ap¨²ntate aqu¨ª a la newsletter semanal de Ideas. Es gratis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.