El psic¨®logo que adelant¨® nuestra adicci¨®n a las recompensas (digitales)
B. F. Skinner entendi¨® que el manejo de los premios y los castigos puede dirigir el comportamiento de las personas, escribe el fil¨®sofo Jos¨¦ Antonio Marina
Hablamos de la inteligencia artificial como si tuviera personalidad y voluntad propias. Eso descarga aparentemente de responsabilidad a los humanos. Hablar de IA es una abstracci¨®n, lo que existe en realidad es el ¡°sistema inteligencia artificial + factores humanos¡±. Es ah¨ª donde debemos fijar la atenci¨®n, si no queremos que, como dec¨ªa el viejo romance, ¡°entre tanta polvareda, perdimos a don Rold¨¢n¡±. La pregunta importante para el futuro no es lo que puede hacer la inteligencia artificial, sino qu¨¦ quieren que haga quienes financian, dise?an, manejan la inteligencia artificial. ?Qui¨¦n se va a encargar de ello? La respuesta es doble: 1. Quien tenga poder para hacerlo. 2. La opini¨®n p¨²blica que puede conceder, limitar o bloquear ese poder. Por desgracia, las nuevas tecnolog¨ªas no han producido la democratizaci¨®n generalizada que esperaban sus padres fundadores, sino que ha concentrado el poder y puesto m¨¢s herramientas en manos del poder. ¡®La ciencia de la evoluci¨®n de las culturas¡¯ es en gran parte la historia de c¨®mo todo poder tiende a expandirse y c¨®mo los ciudadanos se han esforzado en limitarlo. El poder ¡ªsea pol¨ªtico, religioso o econ¨®mico¡ª no tiene sistema de frenada. Llega hasta donde puede llegar. La democracia es el sistema que mejor ha funcionado hasta ahora para controlarlo, pero sin lograrlo del todo. Es cierto que el poder se apoya en la opini¨®n p¨²blica. Tambi¨¦n lo es que el poder puede moldear en gran medida la opini¨®n p¨²blica. Y la tecnolog¨ªa digital lo facilita.
En Proyecto Centauro (Edelvives) he analizado la configuraci¨®n del sujeto actual, que est¨¢ siendo ya influido por las nuevas tecnolog¨ªas. Lo he llamado ¡°el triunfo de Skinner¡±, lo que exige una explicaci¨®n. En casi todos los rankings de los psic¨®logos m¨¢s influyentes del siglo XX figura Skinner en primer lugar. Explic¨® el comportamiento humano a trav¨¦s del condicionamiento operante. Si manejo los premios y castigos (los reforzadores positivos o negativos), puedo dirigir el comportamiento de las personas. El entorno esculpe al sujeto. Si domino el entorno, el sujeto es m¨ªo. Comprob¨® que esto funcionaba con animales en su famosa ¡°caja de Skinner¡±. Pensaba que, utilizando ese m¨¦todo, la ¡°ingenier¨ªa social¡± pod¨ªa acabar con los problemas sociales. Todos nos comportar¨ªamos adecuadamente si est¨¢bamos sometidos al adecuado r¨¦gimen de refuerzos. Skinner se quejaba de que ese sistema tan eficiente no se hubiera podido aplicar por la influencia de dos ideas ¡ª¡°libertad¡± y ¡°dignidad¡±¡ª que ¨¦l consideraba retardatarias y perjudiciales para la b¨²squeda humana de la felicidad. Si lo que queremos es una sociedad justa y feliz, conclu¨ªa, debemos prescindir de la idea de libertad. La gente, dec¨ªa, puede comportarse bien sin necesidad de hacerlo libremente. Basta premiar la bondad y castigar la perversidad. ?Por qu¨¦ hablo de ¡°el triunfo de Skinner¡±? Dos fen¨®menos corroboran su triunfo: la ¡°red¡± como forma de vida y la influencia ideol¨®gica de China. Al hablar de la red, suele enfatizarse el aspecto relacional, las aristas, nexos, que transmiten la informaci¨®n. En cambio, se da poca importancia a los nodos. Esto es grave. ?Qu¨¦ son estos nodos? Las personas. Insistir en las conexiones y no en las personas es un modo de debilitar al sujeto, de facilitar que la red se imponga a ¨¦l. Cada vez que se transfieran m¨¢s competencias a la red, se est¨¢ disminuyendo la autonom¨ªa de los nodos. Al final, el sujeto no puede vivir sin la red, todo est¨¢ en ella. La posibilidad de que un nodo influya en la red es insignificante, aunque la facilidad para subir contenidos, fotograf¨ªas, memes le den la impresi¨®n de ser importante, de intervenir en el mundo, que resulta deliciosa y adictiva. Pero la red no es homog¨¦nea. Hay poderosos centros de poder en la red que pueden tener una influencia decisiva en los contenidos que viajan por ella. La sumisi¨®n a la red no se hace por coacciones o amenazas, sino por la grata aceptaci¨®n de las comodidades y satisfacciones que produce al usuario. Nadie ha obligado a estar pendientes del m¨®vil m¨¢s de cuatro horas al d¨ªa. La gente lo hace porque la pantalla es una fuente inagotable de peque?as o grandes satisfacciones. Esto es lo que hace que, de acuerdo con la teor¨ªa de Skinner, se haya convertido en un gigantesco modificador de conductas, gratamente aceptado.
La tecnolog¨ªa nos proporciona grandes satisfacciones y comodidades. ?Qu¨¦ m¨¢s da que estemos enganchados a esos premios? Sabemos que la tecnolog¨ªa se ha convertido en una industria de la persuasi¨®n, pero no nos importa. [El experto en ¨¦tica] Tristan Harris escribe: ¡°Puedo ejercer control sobre mis dispositivos, pero tengo que recordar que al otro lado de la pantalla hay un millar de personas cuyo trabajo es acabar con cualquier asomo de responsabilidad que me quede¡±. Su testimonio es relevante: form¨® parte de ese millar de personas. Trabaj¨® en Apple, Wikia, Apture y Google. [El historiador] Siva Vaidhyanathan dice que Facebook nos engancha como las patatas fritas: ¡°Ofrece placeres frecuentes y banales¡±. Yuval Noah Harari advierte: ¡°Podr¨ªas ser feliz cediendo toda la autoridad a los algoritmos y confiando en ellos para que decidan por ti y por el resto del mundo¡±. Con raz¨®n, Evgeny Morozov, experto en tecnolog¨ªas digitales, dice: ¡°El verdadero santo patr¨®n de internet es B. F. Skinner¡±.
Contin¨²o con los testimonios en un intento (tambi¨¦n yo) de persuadirlos. Sean Parker, presidente de Facebook, tiene claro el papel del reforzador positivo para atraer al cliente: ¡°Necesitamos darle un peque?o chute de dopamina de vez en cuando, porque a alguien le gust¨® o coment¨® una foto, o un mensaje, o lo que sea. Y eso va a conseguir que aporte m¨¢s contenido, y que tenga m¨¢s ¡°me gusta¡± y comentarios. Es un bucle de retroalimentaci¨®n de validaci¨®n social, el tipo de cosas que inventar¨ªa un hacker como yo, porque est¨¢ explotando una vulnerabilidad de la psicolog¨ªa humana¡±. Vale la pena subrayar su referencia a la ¡°vulnerabilidad humana¡±.
Un influyente personaje en este mundo tecno-skinneriano es B. J. Fogg, fundador del Persuasive Tech Lab de la Universidad de Stanford, que ha inventado la ¡°captolog¨ªa¡±, la ciencia de la persuasi¨®n a trav¨¦s de ordenadores. Define ¡°persuasi¨®n¡± como ¡°a noncoercive attempt to change attitudes or behaviors¡± (un intento no coercitivo de cambiar actitudes o comportamientos). Fogg recomienda a sus alumnos la lectura de Skinner. La empresa creada por el neurocient¨ªfico Ramsay Brown, Dopamine Labs, anuncia: ¡°Nuestra tecnolog¨ªa predice y troquela la conducta humana¡±. Nir Eyal, que trabaj¨® con alguna de las compa?¨ªas m¨¢s influyentes de Silicon Valley para idear formas de ¡°enganchar¡± a los usuarios, revela sus maquinaciones en Enganchado, donde dice: ¡°Admit¨¢moslo: nos dedicamos al negocio de la persuasi¨®n. Los innovadores crean productos pensados para convencer a la gente de que haga lo que queremos que haga. A esa gente los llamamos usuarios y, aunque no lo digamos en voz alta, deseamos secretamente que todos se enganchen endiabladamente a las cosas que fabricamos¡±. Describe sus m¨¦todos como ¡°manipulaci¨®n mental¡± y tambi¨¦n cita a Skinner como modelo para lograrla. (¡) Terminar¨¦ con el resumen que hace Johann Hari en El valor de la atenci¨®n (Pen¨ªnsula, 2023): ¡°Hoy vivimos en un mundo dominado por tecnolog¨ªas que se basan en la visi¨®n que Skinner ten¨ªa del funcionamiento de la mente humana. Su idea ¡ªque podemos entrenar a las criaturas vivientes por desear desesperadamente unas recompensas arbitrarias¡ª ha llegado a dominar nuestro medio. Muchos de nosotros somos como esos p¨¢jaros enjaulados a los que se hace ejecutar un baile raro para obtener recompensa, y mientras eso ocurre imaginamos que lo hacemos por elecci¨®n propia¡±.
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