La resistencia contra Trump no ha desaparecido
Los movimientos sociales estadounidenses no se quedar¨¢n callados ante el racismo, la xenofobia y el machismo
La estruendosa presencia de Elon Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo, propietario de una de las m¨¢s poderosas redes de comunicaci¨®n y de m¨²ltiples empresas, ha provocado posiblemente m¨¢s rechazo y ha alertado a m¨¢s personas en Estados Unidos y en todo el mundo que la propia llegada de Donald Trump para un segundo mandato en la Casa Blanca. ¡°Elon Musk es poderoso, es peligroso y es un aburrimiento incre¨ªble. Vamos a tener que pedirles responsabilidades, a ¨¦l y a otros de sus bros tecnol¨®gicos, porque Donald Trump ciertamente no lo va a hacer¡±.
Quien as¨ª habla no es un pol¨ªtico de izquierda, sino el l¨ªder del peque?o, y en su d¨ªa influyente, Partido Liberal brit¨¢nico, Ed Davey, el heredero del ¡°viejo gran hombre¡±, Gladstone. Davey coincide en buena parte con el discurso de un socialdem¨®crata, el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez que pidi¨® esta semana en el Foro de Davos medidas contra plataformas ¡°que han dado lugar a una enorme concentraci¨®n de poder y riqueza en manos de unos pocos, a costa de nuestra cohesi¨®n social, nuestra salud mental y nuestras democracias¡±. No ser¨¢ f¨¢cil, dijo S¨¢nchez, porque son personas que no juegan con las mismas reglas: ¡°Pero tenemos raz¨®n, somos m¨¢s y lo hemos hecho antes¡±.
La aparente abulia con la que los propios estadounidenses contrarios a Trump han recibido sus primeras ¨®rdenes ejecutivas ha despertado inquietud en medio mundo. Al fin y al cabo, Donald Trump gan¨® s¨®lo por 77 millones de votos, frente a los 75 millones de Kamala Harris. Es cierto que en esta ocasi¨®n no se ha organizado, por ejemplo, una gran marcha de mujeres como la que recorri¨® Washington a los pocos d¨ªas de la primera etapa de Trump, pero todav¨ªa es muy pronto para pensar que este segundo mandato, rodeado adem¨¢s de personalidades como Musk o el estrafalario Robert Kennedy, no va a encontrar pronto un movimiento de resistencia en el propio Estados Unidos.
¡°Hay esperanza en la forma en que tantos estadounidenses han encontrado un lugar en sus propias vidas para defender con fuerza los derechos civiles y la sociedad civil contra el autoritarismo y su arma principal, el miedo¡±, escribi¨® en 2024 el representante dem¨®crata de Maryland, Jamie Raskin, un profesor de Derecho Constitucional, que daba ya casi por segura la victoria de Trump y prologaba un libro titulado C¨®mo los aut¨®cratas buscan el poder: resistencia a Trump y al trumpismo.
Es poco probable que todos los movimientos de resistencia que nacieron en el primer mandato de Trump y en los ¨²ltimos a?os vayan a desaparecer. En Estados Unidos existe una formidable cantidad de movimientos sociales, activistas pol¨ªticos, ciudadanos comprometidos en sus comunidades, que forman parte del American soul (alma americana) y que dif¨ªcilmente van a dejar de hacer o¨ªr su voz. Una parte de quienes rodean a Donald Trump en la Casa Blanca son racistas declarados y pr¨¢cticamente todos ellos firmes partidarios de revivir la fuerza del machismo. ?Permanecer¨¢ callado el movimiento Black Lives Matter? ?Desaparecer¨¢ Mee Too? Si algo represent¨® el movimiento Ocuppy Wall Street fue su rechazo a las megafortunas y a la sistem¨¢tica evasi¨®n fiscal del sector m¨¢s rico de la sociedad. Centenares de abogados estadounidenses se ofrecieron gratuitamente en su momento para ayudar a los inmigrantes en riesgo de expulsi¨®n. Es posible que muchos movimientos evang¨¦licos (las confesiones religiosas con mayor n¨²mero de seguidores en Estados Unidos) apoyen a Trump, pero, por muy minoritarios que sean los episcopalianos, el serm¨®n de su obispa en Washington dej¨® clara cu¨¢l ser¨¢ la posici¨®n de las Iglesias m¨¢s tradicionales: ni cat¨®licos, ni protestantes anglicanos o presbiterianos apoyar¨¢n muchas de sus decisiones.
Es de resaltar que el movimiento de resistencia en la m¨²sica surgi¨® ya en el mandato anterior, cuando muchos cantantes de todos los g¨¦neros se negaron p¨²blicamente a que Trump utilizara sus canciones en actos p¨²blicos. Incluso el grupo brit¨¢nico Gorillaz, que llevaba seis a?os sin sacar un video musical, revivi¨® entonces lanzando su famosa Hallelujah Money, contra la influencia corruptora del poder o el dinero que rodeaba al nuevo presidente. En esta nueva campa?a electoral se ha ampliado el n¨²mero de m¨²sicos que han amenazado con denuncias judiciales si Trump utilizaba sus canciones, y ya no procede fundamentalmente del folk o el rock and roll sino de cantantes como Celine Dion. Aun as¨ª, imposible olvidar la canci¨®n de U2: ¡°You are rock and roll. You and I are rock and roll. Came here looking for American soul¡±.
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