Muchos ricos y poderosos piensan que con Donald Trump ya no necesitan disimular m¨¢s
Bajo el influjo del presidente de EE UU, vuelve a sus or¨ªgenes el capitalismo m¨¢s despiadado y duro
![Capitalismo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AMWJAKXA6ZAYJJ3SMG65S5P2WQ.jpg?auth=f333d170337e602fa91619d30ae5cb81c328b984e7ba1413817f72d71f3938c8&width=414)
En los casi 100 d¨ªas desde que se celebraron las elecciones que dieron la presidencia a Donald Trump, el capitalismo americano ha cambiado de naturaleza. Al menos de forma te¨®rica, pues nunca fue como sus representantes dec¨ªan que era, o que quer¨ªa ser. De un ¡°capitalismo de rostro humano¡± o un ¡°capitalismo woke¡± hemos vuelto al m¨¢s despiadado, en el que el rendimiento de las empresas, la maximizaci¨®n de beneficios a corto plazo, es la ¨²nica forma de medir el ¨¦xito, la ¨²nica misi¨®n que tienen.
En ese viaje, aquel capitalismo ha acompa?ado la extra?a aventura de Trump, imperialista, avasalladora, que piensa que el Estado de bienestar promueve comportamientos parasitarios y amenaza la iniciativa individual, por lo que hay que propugnar la liberaci¨®n de las ataduras regulatorias y el autoritarismo de los hombres fuertes que imponen esta forma de ver las cosas. Ha vuelto con fuerza el ¡°efecto Mateo¡±: al que m¨¢s tiene, m¨¢s se le dar¨¢, y al que tiene menos se le quitar¨¢ para d¨¢rselo al que m¨¢s tiene. Es lo que la fil¨®sofa estadounidense Nancy Fraser denomina el ¡°capitalismo can¨ªbal¡±, en el que la b¨²squeda del beneficio justifica que sea explotado y destruido todo lo que permite extraer plusval¨ªas: el trabajo, los datos, la naturaleza, la inteligencia, la vida privada, etc¨¦tera.
En 2019, poco antes de la pandemia y el gran confinamiento, la parte m¨¢s inteligente de la c¨²pula empresarial americana atisb¨® que podr¨ªa producirse un cambio pol¨ªtico, y que los dem¨®cratas (Joe Biden) quiz¨¢ destronaran al primer Trump. Y se transmut¨®: se gener¨® un movimiento acad¨¦mico-empresarial-medi¨¢tico para que el poder econ¨®mico se adaptase al poder pol¨ªtico. The British Academy elabor¨® un informe sobre la empresa del siglo XXI, fruto de la iniciativa de una treintena de cient¨ªficos sociales liderados por el profesor oxoniense Colin Mayer, que trataba de ¡°construir la confianza entre las empresas y la sociedad¡±. Poco despu¨¦s, la Business Roundtable, constituida por los principales directivos de m¨¢s de 180 grandes empresas americanas de todos los sectores, prosegu¨ªa la reflexi¨®n con un comunicado en el que revocaba de facto el solitario criterio de Milton Friedman de la maximizaci¨®n de beneficios en la toma de decisiones empresariales, sustituy¨¦ndolo por otro m¨¢s inclusivo que adem¨¢s tuviera en cuenta el bienestar de todos los grupos de inter¨¦s de la sociedad: ¡°La atenci¨®n a los trabajadores, a sus clientes, proveedores y a las comunidades en las que est¨¢n presentes¡±. Algunos de aquellos firmantes han destacado ahora por el apoyo moral y econ¨®mico a Donald Trump.
Las principales biblias period¨ªsticas del capitalismo (The Economist, Financial Times, The Wall Street Journal¡) dieron mucha significaci¨®n a los documentos de la academia brit¨¢nica y de la Business Roundtable: este cambio no se deb¨ªa a la benevolencia y a la compasi¨®n de las grandes compa?¨ªas sino al temor a la demonizaci¨®n del capitalismo por sus excesos: financiarizaci¨®n desmedida, globalizaci¨®n descontrolada, poder creciente de los mercados frente a la pol¨ªtica, multiplicaci¨®n de las desigualdades en el seno de cada pa¨ªs¡ El capitalismo hab¨ªa ido demasiado lejos y no daba respuesta a problemas como los anteriores o al m¨¢s urgente de todos: la emergencia clim¨¢tica.
Es cierto que no todos los empresarios estaban de acuerdo con ese modo light de entender el sistema econ¨®mico. Por ejemplo, el Consejo de Inversores Institucionales, compuesto por propietarios o emisores de activos que inclu¨ªa m¨¢s de 135 fondos de pensiones p¨²blicas con m¨¢s de cuatro billones de d¨®lares bajo su gesti¨®n, afirm¨® que las juntas de accionistas y los directivos deb¨ªan concentrarse en el valor para los accionistas; para lograrlo, dec¨ªa, ¡°es fundamental respetar a las partes interesadas, pero tambi¨¦n tener una clara responsabilidad ante los propietarios de las empresas¡±. Rendir cuentas a todos significaba no rendir cuentas a nadie.
Con el segundo Trump en la Casa Blanca muchos ricos y poderosos piensan que ya no necesitan el discurso de la filantrop¨ªa, la inclusi¨®n, la equidad, etc¨¦tera. Cuando estuvo de moda se apuntaron a ¨¦l, pero ahora no necesitan disimular m¨¢s.
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