¡°El feminismo es la respuesta a esta crisis del capitalismo¡±
La fil¨®sofa y te¨®rica feminista Nancy Fraser habla sobre un cambio en el sistema pol¨ªtico y econ¨®mico a trav¨¦s de un movimiento feminista para el 99% de la poblaci¨®n
Cuando Nancy Fraser (Baltimore, 1947) recuerda el pasado 8 de marzo, visualiza calles y plazas repletas en ciudades de todo el mundo, pero tambi¨¦n una oportunidad para establecer una coordinaci¨®n entre organizaciones de mujeres de diferentes pa¨ªses. Eso, apunta la fil¨®sofa y te¨®rica feminista, es algo relativamente nuevo, ¡°el comienzo de una base para internacionalizar el feminismo, desde abajo¡±. Alega que el movimiento est¨¢ experimentando un renacimiento y es una alternativa a este ¡°capitalismo en crisis¡±. Pero no de cualquier forma. El pasado 5 de marzo, la editorial Herder public¨® Feminismo para el 99%, que Fraser firma junto a Cinzia Arruzza y Tithi Bhattacharya y en el que repasan dos visiones del feminismo. Una liberal que ve ¡°el feminismo como una criada del capitalismo¡±, encarnada por mujeres como Sheryl Sandberg [la n¨²mero dos de Facebook] o Hillary Clinton. La otra apunta ¡°a un mundo justo, cuya riqueza y cuyos recursos naturales sean compartidos por todos, en el que la igualdad y la libertad sean condiciones de vida reales, no solo aspiraciones¡±.
La profesora de Filosof¨ªa en The New School de Nueva York ¡ªque estuvo el pasado fin de semana en Madrid en una visita organizada por el Museo Reina Sof¨ªa y Medialab-Prado en coordinaci¨®n con el Grupo de Estudios Cr¨ªticos¡ª habla sobre el momento "realmente extraordinario" para el feminismo y la pol¨ªtica, sobre la necesaria ruptura con la corriente anterior, el neofeminismo liberal, y sobre los ingredientes de la reconversi¨®n del movimiento: anticapitalista, antirracista, ecologista, conectado con los derechos de la clase trabajadora y los emigrantes. Y que ha de poner fin a la jugada clave del capitalismo, una valoraci¨®n perversa de la reproducci¨®n social: separar la producci¨®n de seres humanos de la producci¨®n de beneficios, asignando la primera tarea a las mujeres y subordin¨¢ndolas a la segunda.
- P. Los dos ¨²ltimos 8 de marzo han reflejado el crecimiento del feminismo, algo que no siempre se traduce en cambios en el sistema. ?Cu¨¢l deber¨ªa ser el siguiente paso del movimiento?
- R. Este feminismo est¨¢ intentando dibujar un nuevo camino, reconociendo que los modelos pol¨ªticos establecidos no nos ayudar¨¢n, que han alcanzado ya un l¨ªmite, que han llevado a un terrible deterioro de nuestras condiciones de vida. Se trata de superar el feminismo corporativo de ¨¦lite hacia uno que habla por la mayor¨ªa abrumadora de mujeres, recogiendo las preocupaciones de los pobres, la clase trabajadora, las mujeres racializadas, queer, trans, lesbianas, trabajadoras sexuales, amas de casa, mujeres con trabajos precarios... Estamos hablando de grupos sociales mucho m¨¢s amplios, con muchas m¨¢s inquietudes que exceden a aquellas del feminismo liberal, por lo que se podr¨ªa llamar a esto una forma de feminismo de las clases trabajadoras, siempre que se defina esta idea de una manera mucho m¨¢s amplia.
- P. ?Har¨¢ eso que nos enfrentemos por otro lado a un crecimiento de ese feminismo de ¨¦lite?
Avanzamos desde el feminismo corporativo de ¨¦lite hacia el feminismo que habla por una cantidad abrumadora de mujeres
- R. Hemos pensado en la clase de una manera demasiado estrecha en el pasado, porque la hemos identificado con el trabajador var¨®n blanco, que pertenece a una nacionalidad mayoritaria, con los trabajadores de las grandes f¨¢bricas industriales. Esa ha sido nuestra imagen de la clase trabajadora durante el siglo XX. Pero hay que entender la importancia vital de la reproducci¨®n social para el sistema capitalista. El capital se basa en la reproducci¨®n social del trabajo no asalariado, algo que realizan las mujeres: la crianza, la creaci¨®n de lazos y v¨ªnculos sociales y afectivos, los cuidados, la educaci¨®n de ni?os y ni?as que sustentan la fuerza del trabajo. As¨ª que las relaciones de clase no se forman solo en la f¨¢brica, se forman en y a trav¨¦s de los espacios de este trabajo reproductivo social. Eso significa que las mujeres son parte integrante de lo que llamamos la clase trabajadora, que no reciban un salario por ello no significa que no est¨¦n trabajando. Est¨¢n trabajando en lo absolutamente esencial, sin lo que no se puede pensar en la idea est¨¢ndar del trabajador asalariado o el capitalismo. Hablando de la reproducci¨®n social desde el feminismo para el 99% estamos desarrollando una imagen m¨¢s amplia de lo que significa ser parte de la clase trabajadora.
- P. ?C¨®mo puede el feminismo lograr su objetivo en un mundo en el que las desigualdades no desaparecen?
- R. Esas fuerzas del capitalismo financiarizado que destruyen las vidas de las mujeres, que promueven la violencia, el cambio clim¨¢tico o empobrecen con la austeridad no son realmente manejables a nivel nacional. Tienen que ser abordadas en ¨²ltima instancia a nivel transnacional e incluso global. Es obviamente el caso del cambio clim¨¢tico o la especulaci¨®n financiera y el aumento de la deuda, que est¨¢n engullendo la capacidad de los gobiernos para resolver los problemas de su propia ciudadan¨ªa.
- P. ?Tiene el movimiento la oportunidad o la responsabilidad de luchar por la erradicaci¨®n de todas las desigualdades?
- R. Las luchas nos son impuestas por la situaci¨®n en la que vivimos. No se eligen. Creo que el feminismo del 99% debe enfrentarse a las desigualdades actuales producidas por el neoliberalismo y la actual forma de capitalismo financiarizado mediante un proceso de aprendizaje a trav¨¦s de la experiencia de las nuevas luchas feministas para que lo que parece estar separado en la superficie se perciba como realmente conectado a trav¨¦s del sistema social capitalista y patriarcal en el que vivimos y, por consiguiente, se convierte en objeto de disputa pol¨ªtica.
- P. ?C¨®mo puede encajar el feminismo en este capitalismo?
- R. El contexto en el que emerge es en el de una crisis de este capitalismo neoliberal, agresiva, que est¨¢ agotando nuestras energ¨ªas y nuestro tiempo para hacer el trabajo social reproductivo necesario, que est¨¢ consumiendo y destruyendo sus propias condiciones de fondo, la naturaleza, la capacidad de nuestros gobiernos para defendernos, para resolver nuestros problemas; est¨¢n quemados por la deuda, que utilizan como una excusa para decir que no se pueden implantar determinadas pol¨ªticas sociales urgentes, para liberalizar la econom¨ªa y detener el gasto social. La gente siente que los partidos y la narrativa pol¨ªtica dominante les ha fallado y nos han tra¨ªdo esta situaci¨®n. Este feminismo del 99% es la respuesta a esa crisis, su objetivo es identificar claramente qui¨¦n es el enemigo ¡ªy es esta forma de capitalismo¡ª, y es el movimiento m¨¢s ambicioso, comprometido a reimaginar una nueva sociedad que se construir¨¢ sobre bases totalmente nuevas.
- P. Que incluyan discursos y necesidades plurales...
- R. Este feminismo tiene una agenda muy amplia, cubre todos estos temas de la reproducci¨®n social, la violencia contra las mujeres, la situaci¨®n de las trabajadoras sexuales o el acoso, que se ha convertido en un tema candente en parte gracias al estallido del movimiento MeToo. Creo que la gente olvida que el MeToo es, en efecto, un movimiento de clase, una lucha por un lugar de trabajo libre de acoso, de agresi¨®n sexual, libre de coacci¨®n por parte de superiores a sus subordinados. Aunque los medios de comunicaci¨®n ponen la atenci¨®n sobre las actrices glamurosas de Hollywood, el problema que el movimiento aborda est¨¢ muy extendido y es muy agudo entre las trabajadoras agr¨ªcolas, las de los hoteles o las empleadas dom¨¦sticas en casas privadas donde nadie est¨¢ mirando y los jefes pueden hacer lo que quieran e imponen relaciones abusivas de poder sobre sus trabajadoras. Todo esto est¨¢ relacionado con problemas de clase, poder y capitalismo. Podr¨ªamos hablar del alquiler de vientres y tambi¨¦n estar¨ªamos hablando de mercantilizaci¨®n y trabajo sexual. Ambas historias se refieren a la ausencia de buenas opciones para las mujeres pobres de las clases trabajadoras que tienen que alimentar a sus familias y tienen pocas opciones y pocos recursos para hacerlo por otros medios.?
Hablando de la reproducci¨®n social estamos desarrollando una imagen m¨¢s amplia de lo que significa ser parte de la clase trabajadora
- P. ?El movimiento es lo suficientemente fuerte como para luchar contra las adversidades externas y al mismo tiempo lidiar con las internas?
No tenemos m¨¢s opci¨®n que atender a ambas. Aqu¨ª estamos, el momento de crisis que ha hecho posible nuestro propio crecimiento y nuestra propia radicalizaci¨®n, es el mismo que ha hecho posible el crecimiento y la radicalizaci¨®n de la derecha. Estamos ofreciendo nuestro movimiento como alternativa. Tenemos un vac¨ªo de liderazgo pol¨ªtico, ya que los principales partidos est¨¢n colapsando, la gente est¨¢ buscando un cambio, hay muchos actores que saltan a este vac¨ªo y ofrecen diferentes propuestas. Estamos y debemos estar ah¨ª, ofreciendo las nuestras. Por supuesto tendremos que luchar contra quienes tienen otras, pero somos fuertes y estamos creciendo. No veo por qu¨¦ no deber¨ªamos tener una buena oportunidad de prevalecer.
- P. ?C¨®mo percibe la evoluci¨®n pol¨ªtica de esa derecha (y ultraderecha) y la composici¨®n social de la situaci¨®n electoral del momento en Espa?a?
- R. No deber¨ªa hablar sobre Vox porque no lo conozco mucho. Pero podr¨ªa decir mucho acerca de [Donald] Trump y lo que hizo posible su victoria: el neoliberalismo progresista. Es la alianza del capitalismo simb¨®lico ¡ªWall Street, Silicon Valley y Hollywood¡ª, con parte de los nuevos movimientos sociales y fuerzas progresistas, que ahora quieren afianzar de nuevo el proyecto neoliberal agitando el miedo ante un fascismo inminente y amenazador, que en sentido estricto no es todav¨ªa real. El capital financiero de esta uni¨®n precariz¨® el trabajo, destruy¨® los sindicatos y redujo los salarios, destruyendo los est¨¢ndares de vida de la clase trabajadora. La gente dijo que no quer¨ªa m¨¢s ese modelo. En 2016, en Estados Unidos solo hubo dos opciones: eligieron a Trump. No fue una buena opci¨®n. Pero Hillary Clinton tampoco lo era, representaba la continuidad con las fuerzas neoliberales progresistas, las mismas que hab¨ªan desencadenado el actual escenario de profunda crisis social.
La estrategia, ahora, es tratar de recuperar a estratos importantes de las clases trabajadoras que ahora se sienten atra¨ªdas por Trump en Estados Unidos o por Vox aqu¨ª en Espa?a, o cualquier otro partido de derecha o extrema derecha. No creo que debamos descartarlos y decir que se han perdido para siempre, tienen que ser parte de una masa antisistema, un movimiento anticapitalista que incluya al feminismo para el 99%, a los movimientos obreros, ecologistas, antirracistas, en defensa de los emigrantes, la reproducci¨®n social y las clases trabajadoras. Si no tenemos una alternativa por supuesto que parte de estos grupos sociales van a virar pol¨ªticamente hacia la derecha, pero ?por qu¨¦ deber¨ªamos ceder a la derecha el monopolio sobre las grandes ideas para el cambio?
- P. ?Un movimiento feminista podr¨ªa producir una ruptura en este panorama pol¨ªtico?
- R. No creo que el feminismo pueda hacerlo por s¨ª mismo, pero creo que, por razones coyunturales, es la fuerza m¨¢s visible, creciente y radical que vemos. Pero tiene que aliarse con las corrientes antisistema de otros movimientos sociales y con los partidos de izquierda que est¨¢n en escena y abiertos a ampliar su idea de la lucha de la clase trabajadora, a rechazar el dogmatismo sectario y a poner a las mujeres en el centro.
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