Los prop¨®sitos empresariales est¨¢n para incumplirlos
La Business RoundTable, que agrupa a 181 gigantes estadounidenses, regresa a su objetivo de maximizar las ganancias de los inversores
Hace ya cinco a?os. El 19 de agosto de 2019. La noticia fue portada en The New York Times, Financial Times, Wall Street Journal y EL PA?S. La Business RoundTable, BRT (agrupa a las 181 organizaciones m¨¢s ponderosas de Estados Unidos), hab¨ªa cambiado su doctrina de d¨¦cadas. El objeto de la empresa ya no era conseguir el mayor beneficio para el accionista, sino el bienestar de los grupos de inter¨¦s. Trabajadores, sindicatos, oeneg¨¦s, proveedores. Una capitalizaci¨®n de mercado de 22,3 billones de d¨®lares avalaba a estos colosos. Google, Walmart, Apple, Cisco, JP Morgan Chase, Amazon. La plutocracia econ¨®mica baj¨® al r¨ªo a lavar sus pecados de las manos. Era su respuesta a qu¨¦ significaba ser una compa?¨ªa en el siglo XXI.
Un lustro despu¨¦s, la sem¨¢ntica se ha desmoronado letra a letra. Joshua Bolton, consejero delegado de la BRT, quien trabaj¨® ocho a?os en la Casa Blanca para George W. Bush, hac¨ªa malabares con sus palabras, en agosto pasado, cuando aseguraba que la declaraci¨®n fue malinterpretada por la izquierda y la derecha. La Mesa Redonda nunca tuvo la intenci¨®n de respaldar las pol¨ªticas ESG (ambientales, sociales y gobernanza, en espa?ol). No miente. Algunos analistas americanos ironizan que la ¡°S¡± significa storytellers (cuentacuentos). ¡°Creo que, interpretada de forma correcta, la declaraci¨®n fue un refuerzo al apoyo al accionista de largo plazo, no al inversor a corto, como los fondos de alto riesgo, que buscan aprovechar las ganancias trimestrales¡±, resume Bolton. En Europa, describe Roc¨ªo Jauregu¨ªzar, de Pictet AM, tras a?os de regulaci¨®n, vemos una ESG agotada.
O sea, vuelta, con las ilusiones perdidas, a la casilla de salida del monopoly financiero. Retorno a los accionistas. ¡°La BRT ser¨¢ recordada como un excelente ejercicio de declaraciones vac¨ªas por parte de magnates empresariales interesados en hablar y no hacer nada¡±, critica el economista y exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. ¡°Nunca antes prop¨®sitos tan elevados han producido resultados tan insignificantes¡±.
?Recuerdan el concepto de capitalismo inclusivo? Olv¨ªdense. En 2023, con la Administraci¨®n de Biden, el director medio de una empresa del ¨ªndice S&P 500 se llev¨® a casa 16 millones de d¨®lares, acorde con la agencia AP y la consultora Equilar. Un 13% m¨¢s que el a?o anterior. Y los salarios de los trabajadores subieron solo el 4%. Boeing, que ha acumulado tragedias de seguridad con cientos de personas que perdieron la vida, pag¨® a su expresidente David Calhoun 40 millones de d¨®lares por, b¨¢sicamente, despedir a trabajadores. ¡°Es la situaci¨®n m¨¢s escandalosa de los ¨²ltimos a?os¡±, sintetiza Alejandro Ruelas-Gossi, profesor de la Facultad de Econ¨®micas de la Universidad de Navarra.
Ante lo evidente, la BRT se refugia en cifras y justificaciones. PepsiCo sostiene que su plataforma myEducation ha formado a 26.000 empleados, Grow con Google, ha ayudado a m¨¢s de 11 millones de estadounidenses a adquirir habilidades digitales y Cisco capacit¨® a dos millones de estudiantes. Pero, incluso, un medio conservador, como Financial Times, entiende la BRT al igual que un murmullo lejano. ¡°Esto era y seguir¨¢ siendo una forma de relaciones p¨²blicas¡±, observa Martin Wolf, uno de sus prestigiosos analistas. ¡°Al final, lo que ocurre en las empresas es una cuesti¨®n de poder. Las organizaciones est¨¢n controladas, primero, por sus altos directivos, y luego, los accionistas, y por quienes pueden adquirir t¨ªtulos o ayudar a hacerlo: diversas clases de instituciones financieras. Estos grupos dirigen las compa?¨ªas que controlan en su propio inter¨¦s¡±.
Cuesti¨®n de poder
Se han incumplido los principios iniciales. ¡°La realidad es que los consejeros delegados de las compa?¨ªas que firmaron el acuerdo casi ninguno lo llev¨® a sus consejos de administraci¨®n para ser aprobado y la estrategia sigui¨® basada en los incentivos econ¨®micos¡±, desgrana Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).
A los directivos no les gustan ni los impuestos ni la regulaci¨®n y el medio ambiente es un poliz¨®n en sus estrategias de negocio. ?nicamente les inquieta la inflaci¨®n. Durante su mandato, Trump recort¨® los grav¨¢menes de las empresas un 40%. Un trabajo de la oeneg¨¦ Instituto de Fiscalidad y Pol¨ªtica Econom¨ªa (ITEP, por sus siglas en ingl¨¦s) concluye que la ley les ahorr¨® a algunas de las firmas m¨¢s grandes y rentables del pa¨ªs 240.000 millones de d¨®lares (216.000 euros) en impuestos entre 2018 (el primer a?o en completo en vigor) y 2021. S¨®lo Walmart logr¨® una rebaja de 9.000 millones.
Y ahora promete ¡ªsi gana las presidenciales¡ª bajar el tipo del 21% al 20% y reducir la regulaci¨®n ambiental a las petroleras. ¡°La BRT ha sido un intento de los consejeros delegados de las empresas de EE UU por marcar ellos el paso en los temas de sostenibilidad y no dejar que los pol¨ªticos o los reguladores tomen la iniciativa¡±, reflexiona Roberto Scholtes, jefe de Estrategia de Singular Bank. ¡°Creo que han fracasado por la relevancia de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) y la regulaci¨®n que afecta a los mercados financieros¡±.
Scholtes propone algo interesante. Env¨ªa una captura de la pantalla sobre Inditex y los ¨ªndices ESG y las m¨¦tricas con las que trabajan. Son complejas. Emisiones, taxonom¨ªa, diversidad, inclusi¨®n y compromiso con los ODS. Justo de lo que reniegan las gestoras y bancos americanos. Ellos ven m¨¢s gastos y mayor trabajo. El experto tiene fe en los Principios de Inversi¨®n Responsable promovidos por la ONU que aglutinan
¡ªasegura¡ª a m¨¢s de 3.500 gestoras que manejan 120 billones de d¨®lares en activos. ¡°El mercado deber¨ªa castigar a las empresas que no operan sosteniblemente¡±, dice. Pero si Blackstone ¡ªel principal fondo de capital riesgo estadounidense¡ª sirve de sistema m¨¦trico, su consejero delegado, Stephen Schwarzman, anunci¨® que respaldar¨¢ a Trump, y el magnate de los metales, Andy Sabin, cont¨® a Reuters que a¨²n ¡°no ha conocido a ning¨²n donante a quien le importe un carajo el juicio [el expresidente fue condenado por delitos graves en Manhattan]¡±.
Esta es la realidad de la BRT, quedan ruinas. Quiz¨¢ una vez arraig¨® la ¨¦tica, el sentido social, el medio ambiente. Pero¡ ¡°Este a?o la inversi¨®n en sostenibilidad ha ca¨ªdo con fuerza y hasta BlackRock [la mayor gestora del planeta, mueve 9,42 billones de d¨®lares (8,64 billones de euros)] la est¨¢ revaluando. La causa principal es que da menos ingresos que otros activos y los inversores trasladan su dinero¡±, sintetiza el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez. El capitalismo lleva 1.000 a?os comport¨¢ndose igual. Exige rentabilidad. El prop¨®sito solo, un lustro despu¨¦s, semeja vestigios sepultados por promesas incumplidas que va devorando la selva.
Entre el perro y el lobo
El francés tiene una bella expresión: “Entre chien et loup” (Entre perro y lobo). El espacio donde se confunde la atardecida y la noche. Ahí encaja la opinión de Ángel Castiñeira, director de la cátedra Liderazgo y Sostenibilidad de Esade. “Incluso el concepto de profits (beneficios, ganancias) debería ser sustituido por el de prosperity […]. Por eso, no es suficiente con que las compañías tengan un (nuevo) propósito, sino que, además lo cumplan”, zanja. Da igual. Cae la noche.
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