Peregil: "El periodista arriesga la vida para contar qu¨¦ siente la gente cuando los tanques avanzan"
El periodista de EL PA?S narra su experiencia en el conflicto de Irak en su libro 'Reportero en Bagdad'
?Por qu¨¦ arriesga un reportero su vida para informar desde el epicentro de una guerra? "Por vanidad", claro, pero sobre todo porque "alguien tiene que narrarlo", "meterse entre el barro y las cenizas, entre los hospitales y las trincheras, y contar a la gente sencilla lo que la gente sencilla siente cuando los tanques avanzan". Estos argumentos llevaba Francisco Peregil en la mochila cuando viaj¨® a Irak para traer la guerra a las casas de los lectores de EL PA?S. Ahora, adem¨¢s, vierte sus experiencias en un libro, Reportero en Bagdad: Historia de una guerra pol¨¦mica, y responde a las dudas de los internautas en ELPAIS.es (Martes 28 de octubre).
En ese conflicto perdieron la vida dos periodistas espa?oles, Julio Parrado (del diario El Mundo) y el c¨¢mara de Tele5 Jos¨¦ Couso. A¨²n as¨ª, "parad¨®jicamente", siempre habr¨¢ otro reportero dispuesto a ocupar su lugar a¨²n arriesgando su vida. Uno de ellos fue en esa ocasi¨®n Peregil, redactor de EL PA?S y enviado especial a Bagdad. Ya antes hab¨ªa actuado como reportero de guerra, en Afganist¨¢n (fue el primer periodista europeo que entr¨® en Kandahar, el ¨²ltimo basti¨®n del r¨¦gimen talib¨¢n), porque, "aunque no hay una sola historia por la que valga la pena morir, ni una sola, s¨ª existen tal vez dos o tres reportajes por los que merece la pena enga?arse y pensar que si alguna vez te da por meterte en un jaleo de ¨¦stos, nada te va a suceder y todo estar¨¢ de verdad bajo control".
21 d¨ªas bajo las bombas
Que hubo jaleo es incuestionable. Hasta 18 d¨ªas vivi¨® Peregil en la capital de Irak tomando el pulso de sus gentes, aplastadas bajo la amenaza de la guerra. Luego comenzaron a caer las bombas, 21 d¨ªas m¨¢s de explosiones y miedo, a los que sigui¨® el caos: saqueos, incendios, fuego cruzado de fusiles y ametralladores. Y en ese infierno, un periodista mor¨ªa cada 48 horas.
De esa experiencia surge Reportero en Bagdad, una cr¨®nica en primera persona sobre la crueldad de la guerra, ilustrada a la perfecci¨®n por una foto tomada por el reportero con una peque?a c¨¢mara digital y que se convirti¨® en uno de los iconos del conflicto en Espa?a: el ni?o Al¨ª, sin brazos con tan s¨®lo 12 a?os, una imagen que conmocion¨® a los espa?oles desde la portada de EL PA?S.
Miedo que se traduce en tensi¨®n
El libro recoge el punto de vista de las v¨ªctimas, pero tambi¨¦n incluye un an¨¢lisis pol¨ªtico de la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, e ilustra el miedo de los vencedores que tomaron Bagdad casi sin resistencia. Y, sobre todo, es una obra de reconocimiento y reflexi¨®n sobre el trabajo de los periodistas que cubren las guerras internacionales, y que tienen ocho veces m¨¢s probabilidades de morir que los soldados.
Siempre con el miedo como compa?ero, "miedo que se traduce en tensi¨®n y tensi¨®n en miedo". "Ese deber¨ªa ser siempre un aliado que te impida cometer locuras, pero la mayor¨ªa de las veces no ser¨¢ m¨¢s que una parte est¨²pida de ti que a veces te haga actuar con excesiva prudencia y otras veces, como un fanfarr¨®n temerario. Sin embargo, en ocasiones llegar¨¢ a tiempo, te coger¨¢ de la mano, te conducir¨¢, ileso, hasta la habitaci¨®n del hotel y tendr¨¢s que agradec¨¦rselo".
S¨®lo un perturbado puede narrarlo
Y permanece en el aire la pregunta: ?Por qu¨¦ arriesgar la vida para contarlo? Entre los testimonios que Peregil incluye en su libro, el periodista de The Times Chris Ayres responde a esa pregunta: "Cuando o¨ª que mi historia hab¨ªa sido llevada a la primera p¨¢gina del diario me di cuenta de por qu¨¦ algunos periodistas eligen ser para siempre corresponsales de guerra: la excitaci¨®n de escribir una historia del tipo estuve-a-punto-de-sufrir-una-horrible-muerte es casi insuperable. Requiere, sin embargo, que est¨¦s casi a punto de morir para poder contarla. Y para conseguir una historia de similar magnitud tendr¨ªa que pasar otra vez por todo el asunto de la casi-muerte. ?Y qu¨¦ ocurrir¨ªa si en una de esas ocasiones, muero realmente? Seguramente, s¨®lo un perturbado se pondr¨ªa en peligro mortal simplemente por presumir de una primera p¨¢gina".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.