El Gobierno franc¨¦s promete mano dura y penas de c¨¢rcel para frenar los disturbios
Dos escuelas y varios veh¨ªculos han sido calcinadas en ¨¦sta que es la d¨¦cima noche de violencia
Francia "no puede aceptar la violencia", y su Gobierno tiene la receta para acabar con ella: penas de c¨¢rcel para los detenidos implicados en la ola de disturbios que desde hace m¨¢s de una semana asuela (y hoy tambi¨¦n) varias ciudades y sobre todo la capital, Par¨ªs. El primer ministro franc¨¦s, Dominique de Villepin, se ha reunido hoy con algunos de sus ministros, incluido el titular de Interior, Nicolas Sarkozy, que ha insistido en la mano dura contra una violencia "que no aporta nada a nadie". Mientras crecen las cr¨ªticas contra el Gobierno, De Villepin ha querido poner el ¨¦nfasis tambi¨¦n en medidas sociales contra las ra¨ªces del problema.
Anoche se vivi¨® la novena jornada de incidentes. 253 personas fueron detenidas, mientras grupos organizados quemaban veh¨ªculos (casi 900 ardieron en todo el pa¨ªs) y extend¨ªan los disturbios cada vez m¨¢s lejos de Par¨ªs (ya se han reproducido en Rennes y Estrasburgo, por ejemplo). Sin embargo, el coraz¨®n de la protesta se mantiene en los suburbios de la capital: 233 de los arrestos tuvieron lugar all¨ª, 656 de los veh¨ªculos ardieron all¨ª. Adem¨¢s, un centenar de personas tuvo que ser evacuado de dos bloques de apartamentos de un suburbio del norte de Par¨ªs despu¨¦s de que durante un ataque ardieran docenas de coches en una aparcamiento subterr¨¢neo.
Esta noche se est¨¢n viviendo la d¨¦cima jornada de incidentes. Dos escuelas han sido incendiadas en Grigny, y al menos quince coches han quedado calcinados e otras localidades del mismo departamento, Essone, seg¨²n fuentes policiales. Para evitar da?os mayores, la compa?¨ªa de transporte metropolitano ha suspendido casi todas sus l¨ªneas nocturnas en los departamentos de Saint-Saint-Denis (el 90%) y de Val de Marne (75%).
La polic¨ªa, por boca del l¨ªder de uno de sus principales sindicatos, Marc Gautron, ha confirmado que el descenso en los enfrentamientos entre estas bandas organizadas y los agentes se debe a un cambio de t¨¢ctica de los primeros: "Ha comenzado un guerra de guerrillas a peque?a escala. Despu¨¦s de haber recibido ¨®rdenes de [hacerles frente] con firmeza, estos grupos han cambiado de t¨¢ctica y ahora prenden fuego y se retiran antes de que llegue la polic¨ªa".
El primer ministro franc¨¦s, Dominique de Villepin, pidi¨® a las autoridades que "no claudiquen" ante la violencia, recordando durante una intervenci¨®n ante el Senado que restaurar el orden era la principal prioridad del Gobierno. Hoy ha reunido a algunos de sus ministros en un gabinete de crisis al que han asistido el titular de Interior, Nicolas Sarkozy; el de Finanzas, Thierry Breton; y el de Trabajo, Jean-Louis Borloo. Tras la reuni¨®n de hoy, Sarkozy ha querido dejar claro que el Gobierno "es un¨¢nime sobre la firmeza" frente a los disturbios porque Francia "no puede aceptar la violencia" que "no aporta nada a nadie".
Adem¨¢s, en una columna publicada en el vespertino Le Monde el ministro de Interior aseguraba: "Llevaremos orden y la tranquilidad a esas regiones que durante tanto tiempo han sido abandonadas". De las palabras de Sarkozy, as¨ª como del plazo de un mes que el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, ha dado a De Villepin para que ponga en marcha medidas para integrar a las minor¨ªas y asegurar la igualdad de oportunidades, se puede deducir que las autoridades francesas quieren atacar el problema en sus ra¨ªces sociales y econ¨®micas. Ayer, el primer ministro recibi¨® a unos 15 j¨®venes de entre 18 y 25 a?os procedentes de los barrios m¨¢s conflictivos de la periferia parisina y les explic¨®, en un intento de aparecer conciliador, que antes de fin de mes habr¨¢ un "plan de acci¨®n" para las zonas m¨¢s degradadas.
Entre tanto, los sindicatos policiales han empezado a hacerse o¨ªr. Los m¨¢s radicales y tambi¨¦n minoritarios para pedir el estado de sitio y la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito y los m¨¢s moderados para reconocer los errores del Gobierno conservador. El secretario general del sindicato Unsa-Police, Joaquin Masanet, dijo claramente que "suprimir la Polic¨ªa de proximidad fue un error, aunque hac¨ªa falta reformarla".
Bruno Beschizza, secretario general de Synergie, el segundo sindicato m¨¢s importante de la polic¨ªa, fue m¨¢s lejos y asegur¨® ayer que los disturbios de los ¨²ltimos d¨ªas son en realidad "una nueva forma de terrorismo urbano de una minor¨ªa de ca?ds [jefes de barrios] que tienen un inter¨¦s financiero o ideol¨®gico". Bescizza considera que no hay que descartar del paisaje a los grupos islamistas radicales "que han aprovechado la ocasi¨®n para atizar el odio y provocar los incendios". En su art¨ªculo de Le Monde, Sarkozy se defiende de las cr¨ªticas asegurando que "la estrategia que aplica este Gobierno desde hace cuatro a?os es la buena (...) y la ¨²nica que ha dado resultados". El ministro carga adem¨¢s contra la "pol¨ªtica ang¨¦lica y calamitosa" de la izquierda.
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