"No se debe ideologizar la pol¨ªtica econ¨®mica"
Pregunta: ?Cu¨¢l es la receta?
Respuesta: Volver a los fundamentos macroecon¨®micos y lograr estabilidad con el manejo de tres variables: el control del gasto, una reforma fiscal que ha permitido incrementar los ingresos y el control del endeudamiento. La recuperaci¨®n de la confianza ha generado nuevas inversiones y la tasa de cambio permanece estable. El sector de la construcci¨®n ha crecido un 26% en el ¨²ltimo cuatrimestre, como el turismo, donde las inversiones superan los 1.500 millones de d¨®lares.
P. ?C¨®mo les ha afectado la supresi¨®n de cuotas a los productos textiles y la entrada de China en el mercado estadounidense?
R. Muy mal. Las zonas francas dominicanas perdieron 37.000 empleos en 2005. Pero dos factores hacen presumir una mejora de la situaci¨®n: nuestro acuerdo de libre comercio con EE UU, en julio, y el hecho de que Washington ha presionado a China para una apreciaci¨®n de su tipo de cambio y ha puesto nuevamente cuotas.
P. ?Hay otras apuestas, aparte del turismo y los textiles, donde hay mucha competencia, para lograr un desarrollo sostenible?
R. El sistema de zonas francas ha estado divorciado de la industria local: queremos hacer una convergencia, para que la industria local apoye como proveedor de las zonas francas y dinamizar as¨ª la econom¨ªa. En el sector de textiles se est¨¢n produciendo cambios: antes se trataba de una producci¨®n en serie. Ahora se va a un mercado m¨¢s exigente y competitivo: se trabaja con marcas, dentro de los circuitos de la moda. Y avanzamos de un modelo de trabajo intensivo hacia uno de capital intensivo, hacia el ¨¢rea de las nuevas tecnolog¨ªas, con iniciativas como el Parque Cibern¨¦tico de Santo Domingo. Queremos convertir a la Rep¨²blica Dominicana en un centro regional de bienes y servicios vinculados con la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, la biotecnolog¨ªa o la industria farmac¨¦utica. Ser¨¢ tambi¨¦n una manera de recuperar a los j¨®venes que est¨¢n en la di¨¢spora, sobre todo en EE UU, e integrarlos en esta nueva estrategia de desarrollo.
P. La receta econ¨®mica que aplica, y que da resultados, ?es extrapolable al resto de Latinoam¨¦rica?
R. Sin duda alguna. Lo que no se debe hacer en Am¨¦rica Latina es ideologizar la pol¨ªtica econ¨®mica. Lo que cuenta es qu¨¦ da resultados y qu¨¦ no. Un d¨¦ficit fiscal no es de derechas ni de izquierdas, es un problema de buena gesti¨®n. Primero, hay que optar por un sistema que respete los derechos humanos, la seguridad jur¨ªdica, que promueva la inversi¨®n, que cree un Estado de derecho democr¨¢tico y confiable. En la parte econ¨®mica, hay que intentar garantizar un crecimiento superior al 6% del PIB. Y entender el crecimiento no como un fin en s¨ª mismo: hay que invertir en educaci¨®n, salud, seguridad social y pensiones para enfrentar la pobreza y la inequidad social.
P. ?C¨®mo analiza el rebrote del populismo en el continente?
R. Hay que entenderlo en su contexto. La transici¨®n democr¨¢tica en Latinoam¨¦rica se produjo en un contexto de crisis. La democracia coexiste con la pobreza. La receta que se dio fue la del Consenso de Washington. El mercado contribuy¨® a poner en orden los excesos del populismo anterior (hiperinflaci¨®n, d¨¦ficit fiscal), pero el mercado no establece mecanismos de equidad ni resuelve los problemas sociales. Por eso la ret¨®rica populista encuentra cierto atractivo. No hay que irse a los extremos. Nosotros planteamos la vinculaci¨®n del Estado y del mercado, cada quien con su papel: el mercado, como un instrumento de asignaci¨®n de recursos en una econom¨ªa de libre competencia, el Estado como garante de una redistribuci¨®n de la riqueza. Tenemos que entrar en el post-populismo y en el post-neoliberalismo, lo que significa la econom¨ªa social de mercado. Si pudi¨¦ramos clonar en Am¨¦rica Latina el modelo espa?ol, ser¨ªa fant¨¢stico.
P. ?Por qu¨¦ hay tanta resistencia a las privatizaciones?
R. Existe la percepci¨®n de que el bien p¨²blico es un bien popular, y se estima que la privatizaci¨®n significa enajenar un bien que pertenece al pueblo. Eso es un concepto ideol¨®gico. ?Por qu¨¦ privatizar? Por necesidad. Estas empresas estatales eran ineficientes, ten¨ªan n¨®minas excesivas, hab¨ªa que financiarlas con fondos p¨²blicos. Estaban quitando recursos que pod¨ªan ir a educaci¨®n, a salud o a otras necesidades. Pero ya en el proceso de la ejecuci¨®n de los proyectos se han detectado problemas de corrupci¨®n y eso ha desacreditado las privatizaciones. En la Rep¨²blica Dominicana hemos hecho proyectos de capitalizaci¨®n, promoviendo una inversi¨®n privada equivalente al 50% del valor del mercado de los activos de esas empresas.
P. Las acusaciones de corrupci¨®n salpican pr¨¢cticamente a todos los Gobiernos. ?Qu¨¦ medidas ha tomado para combatirla?
R. Es leg¨ªtimo exigir rendici¨®n de cuentas y transparencia en el manejo de los fondos p¨²blicos. Hay que aplicar una pol¨ªtica de prevenci¨®n y una pol¨ªtica punitiva. As¨ª lo llevamos a cabo. Creamos una comisi¨®n nacional de ¨¦tica y asumimos las convenciones de la OEA y la ONU. Lo que no es v¨¢lido, y esto est¨¢ proliferando en Am¨¦rica Latina, es que se utilice la lucha anticorrupci¨®n como pretexto para eliminar adversarios. Hoy la lucha contra la corrupci¨®n es como el sustituto de la persecuci¨®n del comunismo de la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa. Es un arma de desprestigio. La judicializaci¨®n de la pol¨ªtica no es buena. El debate pol¨ªtico tiene su propio espacio.
P. Las relaciones de Rep¨²blica Dominicana con su vecino Hait¨ª han sido hist¨®ricamente tormentosas. ?C¨®mo ve el actual proceso de estabilizaci¨®n pol¨ªtica?
R. Estamos muy esperanzados. Creo que las relaciones van a mejorar significativamente con el triunfo electoral del presidente Ren¨¦ Pr¨¦val, con el que hemos reactivado la comisi¨®n mixta bilateral para tratar los problemas comunes: inmigraci¨®n, frontera, seguridad, comercio, inversi¨®n, medio ambiente y sanidad.
P. Las denuncias sobre las deportaciones masivas de trabajadores haitianos o sobre sus malas condiciones de vida en suelo dominicano son recurrentes.
R. El conflicto migratorio es un tema de muchos a?os, que se ha agravado en los ¨²ltimos tiempos con el empeoramiento de la crisis pol¨ªtica haitiana. Nosotros adoptamos una pol¨ªtica de repatriaci¨®n de los indocumentados. Quiz¨¢s, lo reconocemos, en alg¨²n momento no se utilizaron los mejores m¨¦todos, en el sentido de respeto al debido proceso establecido por las normas internacionales. Estamos prestando atenci¨®n para que se respeten los derechos humanos, pero la repatriaci¨®n de un extranjero indocumentado es una expresi¨®n del ejercicio de la soberan¨ªa nacional. Hay otros problemas del pasado, como los cortadores de ca?a que est¨¢n en los bateyes (ingenios azucareros). El Gobierno est¨¢ trabajando por mejorar sus condiciones de vida, que son muy parecidas a las que tienen en Hait¨ª. Son tambi¨¦n h¨¢bitos culturales: se establecen en enclaves en ¨¢reas de la producci¨®n de ca?a, con costumbres diferentes a las nuestras, y a veces los medios internacionales lo presentan como un m¨¦todo de explotaci¨®n, cuando no es as¨ª.
![El presidente dominicano, Leonel Fern¨¢ndez, ayer en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MG4EN2DZLAVWQGJWEMD6NTZRWM.jpg?auth=6ae0f811a73eea6bbe637e579e96b1cae9aa073a0f0b22504f05767bd28a1ad3&width=414)
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