Un tsunami armado devora Sri Lanka
La violencia se ceba con esta isla asi¨¢tica tras 25 a?os de guerra abierta entre cingaleses y tamiles.- El Gobierno lanz¨® ayer la mayor ofensiva de los ¨²ltimos a?os donde murieron m¨¢s de 100 personas
A finales de 2004, un tsunami arras¨® el sudeste de Sri Lanka, causando la muerte de unas 35.000 personas. La cat¨¢strofe despert¨® la solidaridad de la comunidad internacional. Pod¨ªa ser el peor desastre humano en la historia de esta peque?a isla del Oc¨¦ano ?ndico, si no fuera por el maremoto ¨¦tnico y pol¨ªtico que hunde a Sri Lanka en una guerra abierta y sangrienta, que ha dejado el doble de muertos en 25 a?os de combates entre el Gobierno y la minor¨ªa ¨¦tnica m¨¢s numerosa, los tamiles. Dentro de esta ola de violencia, ayer el Ej¨¦rcito llev¨® a cabo su mayor ofensiva de los ¨²ltimos a?os. M¨¢s de 100 personas murieron tras una batalla al norte del pa¨ªs.
Tres a?os despu¨¦s del terremoto marino, en otro mes de diciembre, el comandante general de las Fuerzas Armadas de Sri Lanka, Sarta Fonseka, expuso a los tamiles a otro tsunami: prometi¨® que en agosto de 2008 sus tropas acabar¨ªan con los 3.000 rebeldes que formaban la guerrilla de los Tigres de Liberaci¨®n de la Tierra Tamil (LTTE), enfrentada al Gobierno por sus reivindicaciones independentistas y diferencias religiosas.
Seg¨²n cifras oficiales del Ministerio de Defensa, esa promesa se cumpli¨® el pasado 18 de abril cuando las operaciones del Ej¨¦rcito alcanzaron la cifra de 3.000 guerrilleros muertos. Pero el Gobierno del combativo Mahinda Rajapakse ha tenido que echar de nuevo las cuentas y cifrar el LTTE en 5.000 tigres tamiles. Con todo, la promesa sigue en pie. El ¨²ltimo combate entre las tropas y los guerrilleros tamiles se dio ayer y caus¨® la muerte de m¨¢s de 100 personas, entre rebeldes y soldados, aunque las cifras var¨ªan siempre seg¨²n el bando que informe. La ¨²nica certeza es la creciente brutalidad de los ataques.
"Un pa¨ªs dentro de otro pa¨ªs"
La ofensiva tuvo lugar en la pen¨ªnsula de Jaffna, basti¨®n tamil al norte de Sri Lanka, donde los tigres y el Ej¨¦rcito combaten a diario por controlar cada metro de tierra. "Jaffna es un pa¨ªs dentro de otro pa¨ªs. El Gobierno tiene sus pasos fronterizos pero el control corresponde a los tamiles", asegura un trabajador humanitario espa?ol que opera en la isla y prefiere permanecer en anonimato por motivos de seguridad. El pueblo de Sri Lanka, dividido por el lenguaje y la religi¨®n, es mayoritariamente cingal¨¦s (74%), aunque la minor¨ªa m¨¢s importante es la tamil (18%), y luego la de origen ¨¢rabe (7%) y Vedda (1%). El detonante del actual conflicto est¨¢ en las diferencias religiosas; los cingaleses son budistas y los tamiles son hind¨²es. Las contradicciones entre unos y otros son recurso para la violencia.
Los rebeldes reivindican al Gobierno la independencia de las regiones del norte y del este, donde la etnia tamil es la m¨¢s numerosa. Y toman el camino de la lucha armada ante la nula respuesta a sus demandas y la situaci¨®n de discriminaci¨®n que sienten por la etnia cingalesa desde hace a?os, sufriendo expulsiones masivas en la capital, Colombo. En los ¨²ltimos meses, el conflicto se ha enquistado y las zonas que son liberadas por el LTTE son sometidas a bombardeos y bloqueos por parte del Ejecutivo.
"La carencia de medicinas y alimentos es general en toda la isla, pero especialmente en territorio tamil donde se producen los cortes del Gobierno. El acceso por carretera est¨¢ cortado y hay que llegar a Jaffna por mar o aire. Un viaje de unos 200 kil¨®metros por carretera puede durar 10 horas", explica el trabajador espa?ol. Mientras tanto, se suceden los combates entre los guerrilleros y las fuerzas gubernamentales, apoyadas por aliados paramilitares. Tambi¨¦n los atentados terroristas protagonizados por tamiles, como el que acab¨® con la vida del ministro cingal¨¦s de Transportes, Jeyaraj Fernandopulle, a causa de la explosi¨®n de una bomba el pasado 6 de abril.
"Cheque en blanco"
Como en otras ocasiones a lo largo de d¨¦cadas de lucha armada, es un momento tr¨¢gico para el pa¨ªs. Sin embargo, la paz hoy es s¨®lo un sue?o y no existe en la agenda pol¨ªtica. El presidente Rajapakse se ha marcado el objetivo de ir a la batalla. Desde el pasado 16 de enero el pa¨ªs ha vuelto al estado de guerra despu¨¦s de que el Gobierno derog¨® los acuerdos de alto el fuego del a?o 2002.
"El Gobierno est¨¢ en una escalada de violencia y quiere exterminar a los guerrilleros tamiles como sea. Ha decidido ser m¨¢s beligerante para combatir a los tigres y ahora tiene cheque en blanco", afirma el trabajador humanitario espa?ol. Los enfrentamientos nunca cesaron entre el Ej¨¦rcito y la guerrilla tamil, pero ahora la premisa en ambos bandos es golpear m¨¢s fuerte que el otro, aunque por el camino se dejen centenares de muertos civiles.
Como en tantas otras partes del mundo, la muerte en esta isla del ?ndico es un goteo casi diario que api?a los cad¨¢veres en el absoluto olvido de la atenci¨®n internacional. El pasado a?o murieron m¨¢s de 4.000 personas, seg¨²n diversas organizaciones humanitarias. Y este a?o las previsiones son peores. Es una realidad incrustada a la piel de Sri Lanka, cuyos habitantes no recuerdan un solo a?o de paz. Despu¨¦s de m¨¢s dos d¨¦cadas de lucha, son m¨¢s de 70.000 muertos, 600.000 desplazados, 200.000 refugiados en la India y otros tantos por el mundo. Cifras propias de un tsunami devastador.
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