Las nuevas mafias del exilio cubano

Tal vez el insulto m¨¢s repetido hist¨®ricamente desde la Cuba revolucionaria es el que califica al exilio del otro lado del estrecho de la Florida como la mafia de Miami. Pero los mafiosos se fueron de Cuba de la mano de Fulgencio Batista en 1959 y delincuentes hubo, hay y habr¨¢ en todas partes.

En el caso cubano actual son todos los que fomentan y se aprovechan de la miseria, el dolor y el desarraigo. Dentro y fuera del pa¨ªs. La nueva gran mafia es nacional, no tiene sonoros nombres y apellidos italianos como aquellos Lucky Luciano, Santo Trafficante o Amleto Battisti de hace medio siglo, sino los habituales cubanos de origen espa?ol. Han cambiado los casinos por el tr¨¢fico humano, son los transportistas de la necesidad sentimental y econ¨®mica, cuyo refinamiento criminal linda ya abiertamente con el narcotr¨¢fico, el secuestro y el asesinato. Es otro m¨¢s de los muchos lados oscuros de la tragedia cubana. Las penas, que eran hasta ahora de varios a?os de c¨¢rcel en Estados Unidos por el contrabando pueden llegar hasta la cadena perpetua por el muy castigado delito de secuestro.

A s¨®lo cinco meses de cumplirse los 50 a?os de la Revoluci¨®n cubana, los que han perdido siempre han sido tantas familias separadas, tanta gente huyendo de su pa¨ªs en busca de libertad pol¨ªtica o econ¨®mica. Han sufrido las trabas gubernamentales y muchos, hartos de esperar por los cauces legales, torpedeados tantas veces por los intereses cruzados y la burocracia de Cuba y EE UU, han inventado cualquier sistema para buscar una nueva vida. El ¨²ltimo peaje que deben pagar entre tanta ruindad, pero tambi¨¦n el primero que provocan, es el tr¨¢fico humano.

No es nuevo, porque se inici¨® desde los primeros d¨ªas revolucionarios, pero desde aquellos viajes en barcos de amigos y familiares la ¨²ltima variante ha llegado a los peores l¨ªmites. Lo que era ya un secreto a voces, porque nunca se trat¨® de cruceros de placer, ha saltado a la luz con pruebas elocuentes por primera vez en los tribunales de Miami.

Niovel Chirino, de 33 a?os, y L¨¢zaro Mart¨ªnez, de 21, no s¨®lo han sido acusados de tr¨¢fico humano como otros contrabandistas anteriores, sino tambi¨¦n de secuestro, extorsi¨®n y amenazas de muerte para presionar a las familias de los transportados. La fiscal¨ªa del sur de Florida los acusa de usar como rehenes a ocho personas y de amenazar de muerte a una de ellas, la ¨²nica mujer del grupo, as¨ª como de decirles a otros dos que los iban a devolver a Cuba o entregarlos a piratas que se deshar¨ªan de ellos en el Golfo de M¨¦xico.

Aunque en principio el juez fij¨® unas fianzas de 500.000 d¨®lares para Niovel y de 30.000 para L¨¢zaro, ambas quedaron sin efecto cuando se comprobaron las amenazas de muerte.

Saul Scott, abogado de Niovel, ha declarado que la acusaci¨®n de secuestro es una exageraci¨®n y que no hab¨ªa visto nunca nada parecido en su carrera. "De enfrentar tres a?os de c¨¢rcel a cadena perpetua hay una peque?a diferencia", dijo. El juicio est¨¢ previsto que comience a primeros de septiembre. Ser¨¢ el primero, pero no parece que el ¨²ltimo.

Los contrabandistas fueron descubiertos porque uno de los secuestrados era primo de un agente federal. Seg¨²n los documentos de la fiscal¨ªa, el pasado 15 de junio un empleado del aeropuerto de Miami recibi¨® una llamada de una persona diciendo que su primo hab¨ªa entrado en EE UU con otras siete personas, pero que necesitaba 10.000 d¨®lares para pagar el viaje, la cantidad m¨ªnima que cuestan los billetes para salir de Cuba. El empleado lo denunci¨® al Departamento de Inmigraci¨®n y Aduanas e hizo de intermediario. Contact¨® con Niovel, que le admiti¨® estar reteniendo a los cubanos. Agentes encubiertos concertaron una cita en el estacionamiento de un Wal Mart (gran superficie) al noroeste de Miami y all¨ª detuvieron a los contrabandistas y liberaron a los rehenes, que estaban en una furgoneta.

Situaciones as¨ª s¨®lo parec¨ªan cosa de espaldas mojadas, pero las transacciones cubanas se han viciado al m¨¢ximo. Lejos quedan los pagos del billete al final de los trayectos ¨²nicamente si ten¨ªan ¨¦xito o, como mucho, la mitad por adelantado. S¨®lo se mantienen las conexiones. En Miami y en Cuba. En cualquier lugar de reuni¨®n de cubanos exiliados basta comentar que se tiene inter¨¦s en sacar a alguien de la isla para que alguien se acerque y empiece la negociaci¨®n.

Y en Cuba, por ejemplo, se puede llamar al se?or Soto, alias Rollete. Arturo Cobo, fundador del Hogar del Tr¨¢nsito, un hist¨®rico de acogidas del exilio, dio el tel¨¦fono de Rollete por televisi¨®n en Miami. D¨ªas despu¨¦s, en otro programa del canal 41 se confirm¨® que era un contacto. Rodolfo Fr¨®meta, un ex preso en Cuba y despu¨¦s en EE UU por intentar comprar un bazoka para dispararle a Fidel Castro, llam¨® a Cuba y habl¨® con ¨¦l fingiendo una historia. Fr¨®meta, a¨²n hoy, es de los que aboga por una "soluci¨®n armada" para acabar con el castrismo... Los caminos del exilio cubano son infinitos.