Soluci¨®n de lujo para una favela
Un empresario quiere alzar un complejo hotelero en un barrio chabolista de R¨ªo
Una soluci¨®n hasta ahora in¨¦dita de rescate de una favela ocupa estos d¨ªas la atenci¨®n de los cariocas. Se trata de convertir una de las favelas m¨¢s famosas, la de Vidigal, que tiene unas vistas espl¨¦ndidas, en un conjunto tur¨ªstico de lujo. Es una idea del empresario alem¨¢n Rolf Glaser, que ya ha comprado una parte de la favela.
El millar de favelas de R¨ªo de Janeiro, donde vive uno de cada cuatro habitantes de los 10 millones que residen en la ciudad, ha sido siempre un quebradero de cabeza para las autoridades y para las organizaciones sociales. Dominadas por el tr¨¢fico de drogas, que ejerce un poder paralelo, el Estado no consigue imponerse en las favelas, que acaban siendo pasto f¨¢cil para la violencia.
Las infinitas soluciones que se han intentado para estas barriadas van desde, desde hacer arreglos para darles una apariencia de barrio, pero sin conseguir imponer en ellas la presencia del Estado, hasta aislarlas con muros de cemento. Todo ha sido en vano hasta ahora.
El presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, ha visitado recientemente varias favelas de R¨ªo, las m¨¢s duras y violentas. Su propuesta es entrar masivamente en ellas con una fuerte y decidida acci¨®n social, convirti¨¦ndolas —dado que parece imposible, en este punto, eliminarlas— en barrios normales de la ciudad, con buenas infraestructuras. ?Acabar¨ªa as¨ª el tr¨¢fico de drogas y la acci¨®n de los narcos? Es dif¨ªcil saberlo, porque el narcotr¨¢fico acaba metabolizando todo.
Entretanto, Rolf Glaser, fundador de una de las mayores casas de cambio de Europa central, la Exchang AG Berlin, ha buscado una soluci¨®n in¨¦dita para Vidigal, a dos pasos de las famosas playas de Ipanema y Lebl¨®n, la parte m¨¢s rica y m¨¢s cara de la ciudad. Glaser ha decidido comprar una parte significativa de la favela para construir en ella, en lo m¨¢s alto del cerro, donde la vista es soberbia, un complejo tur¨ªstico de lujo. Todo ello, en colaboraci¨®n con las fuerzas sociales presentes en la favela.
Glaser, que ya conoce la realidad de las favelas de ?frica, ha comprado un viejo caser¨®n, que hab¨ªa sido propiedad del abogado T¨¦cio Lins, y unas 60 chabolas, adem¨¢s de varios terrenos bald¨ªos de la favela. Los habitantes de esas barracas han visto el cielo abierto, porque han recibido por ellas hasta 30.000 reales (unos 12.000 euros), cuando su precio en el mercado es de unos 2.000 reales. Y sigue la operaci¨®n de compra de m¨¢s chabolas. Hasta ahora, ha invertido un mill¨®n de reales (339.000 euros) y se propone invertir hasta 50 millones de euros en el proyecto.
Glaser, que subi¨® por primera vez a lo alto de la favela en 2007, acompa?ado por gente del lugar, y se enamor¨® de aquella vista, desea convertir la zona en un lugar de turismo refinado, con hoteles y restaurantes de lujo. Todo ello supone grandes trabajos de infraestructura, para los que pretende contratar mano del lugar. Adem¨¢s, quiere hacer cursos t¨¦cnicos para los j¨®venes del barrio y desarrollar con la comunidad actividades sociales y deportivas.
Para empezar, ha creado una ONG, Vidigal Feliz, el mejor camino para ser bien recibido por la comunidad. El lema de la ONG es emplear y educar: dar trabajo y, al mismo tiempo, elevar el nivel cultural de los moradores del barrio. "Vamos a intentar algo revolucionario: preparar a las personas y lanzarlas al mercado de trabajo inmediatamente", afirma Divana Brad?o, coordenadora cultural del proyecto Acci¨®n de Ciudadan¨ªa.
En Vidigal, donde viven unas 30.000 personas, las primeras chabolas fueron construidas en 1941. Posee una larga historia de violencia por enfrentamientos entre diferentes grupos que se disputan el tr¨¢fico de drogas.
"Cuando la gente rica del sur de la ciudad y los turistas de lujo empiecen a entrar en la favela sin miedo, llegar¨¢ tambi¨¦n la seguridad", afirma Jos¨¦ Valdir, presidente de la comunidad, quien explica: "El 90% de los trabajadores de la favela est¨¢ totalmente desasistido. La esperanza nos tiene que venir de fuera". Y esa esperanza, por ahora, es que llegue el turismo de lujo y con ¨¦l, una ola de bienestar.
?C¨®mo reaccionar¨¢ el narcotr¨¢fico ante esa experiencia? Seg¨²n algunos polic¨ªas expertos en favelas consultados por este diario, que no quisieron ser identificados, "los traficantes de droga nunca se oponen frontalmente a quienes pretenden mejorar el nivel de vida de los moradores, quiz¨¢s porque esperan con ello conseguir mejores clientes y hasta pueden bajar el nivel de violencia".
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