La reconquista de Texas
El autor cuestiona la novedosa idea del futur¨®logo George Friedman que pronostica que M¨¦xico y Estados Unidos se enfrentar¨¢n en el a?o 2080
En 70 a?os, dice George Friedman, M¨¦xico -no Jap¨®n, no Rusia, no China-, entrar¨¢ en confrontaci¨®n con Estados Unidos por la supremac¨ªa mundial. Se apoyar¨¢, aduce, en la migraci¨®n de mexicanos, estimulada por Washington, que ocupar¨¢ los viejos territorios perdidos en las guerras del Siglo XIX, y desde cuyo coraz¨®n se librar¨¢ la batalla de la reivindicaci¨®n hist¨®rica. Experto en cuestiones geopol¨ªticas, Friedman es un futur¨®logo provocador. Pero, ?necesita M¨¦xico esperar hasta 2080 para iniciar la reconquista?
Friedman acaba de publicar el libro Los Pr¨®ximos 100 A?os, que es un "pron¨®stico para el Siglo XXI". Provocador y desafiante del statu quo, el autor sostiene que la confrontaci¨®n entre los dos pa¨ªses est¨¢ anclada en el cambio demogr¨¢fico radical de los territorios perdidos por M¨¦xico por el Tratado Guadalupe Hidalgo y por la Guerra de Secesi¨®n de Texas, cuyas heridas se reabren anualmente por estas fechas de septiembre, en recuerdo de la p¨¦rdida mexicana de alrededor del 50% de su territorio. El libro, sin embargo, se antoja fuera de perspectiva.
La reconquista empez¨® hace tiempo y va viento en popa. Friedman, que vive en Austin, Texas, no lo ha notado posiblemente porque es, sobre todo, un analista de gabinete. Su libro tiene una l¨ªnea conductora que se ancla en la forma como se comportan las econom¨ªas y el comercio, relacionadas indivisiblemente con el poder¨ªo militar, pero soslaya que la invasi¨®n silenciosa que mencionaban el ultraconservador senador Jesse Helms -que ya pas¨® a mejor vida- o el consejero para la Seguridad Nacional en la Casa Blanca de Ronald Reagan, Constantine Menges, en los 80, es bastante ruidosa y sabrosa.
A diferencia de aquellos a?os en que se alarmaban en Washington -inclusive un liberal, Arthur Schlesinger Jr., escribi¨® en contra el multiculturalismo- cuando no hab¨ªa huellas mexicanas en todo el territorio estadounidense, hoy est¨¢n por todos lados, incluidos Alaska y Hawaii. El Gobierno mexicano ha tenido que dividir sus consulados para atender las crecientes demandas de los mexicanos en Estados Unidos, en lugares tan impensables como antes Little Rock, Arkansas. En ese Estado se ha dado el fen¨®meno demogr¨¢fico m¨¢s sorprendente de la ¨²ltima d¨¦cada, en el condado Benton, donde entre 1990 y 2000 la poblaci¨®n hispana, fundamentalmente mexicana, creci¨® en 900%, y en los primeros cinco a?os de este siglo, otro 60%.
No es fortuito, por supuesto. En el condado Benton se encuentran los cuarteles generales de los conglomerados Wal Mart y Tyson Foods, y en todo el viejo sur racista y conservador de la Uni¨®n Americana los mexicanos se han metido de lleno a trabajar en la industria ligera, en buena parte alimenticia. En Alabama, por ejemplo, son quienes empacan pollos. En Atlanta, la poblaci¨®n mexicana ha creado una r¨¦plica de comunidades mexicanas, con sus mercados, sus fiestas, sus costumbres. En Las Vegas, en los ¨²ltimos a?os se ha notado un pujante desarrollo en el norte de la ciudad, debido a la inmigraci¨®n mexicana. Arriba del 90% de los meseros en los megahoteles son mexicanos.
Los territorios que M¨¦xico perdi¨® en las guerras del Siglo XIX han visto un acelerado proceso de reconquista cultural. Los mexicanos comprenden casi el 67% del total de los hispanos en Estados Unidos -contra 14,3% de centroamericanos y 3,7% de cubanos-, y sus patrones migratorios se han venido redefiniendo, de ser temporal, marcada por los ciclos agr¨ªcolas, a permanente, en el ¨¢rea de servicios y la construcci¨®n.
Cada vez hay m¨¢s comunidades en M¨¦xico habitados ¨²nicamente por mujeres y ni?os, en espera de reunirse una vez m¨¢s con el jefe de familia. Los padres de los migrantes, o viajan en forma definitiva a Estados Unidos, o mueren de viejos, con lo que se rompen los v¨ªnculos con M¨¦xico. Tampoco es casual que los ni?os latinos representaron la mayor¨ªa o casi la mayor¨ªa de las inscripciones de primer a?o de primaria en el ¨²ltimo a?o escolar, con lo que para el 2020 estar¨¢n ingresando a las universidades o al mercado laboral.
Pol¨ªticamente, los mexicanos, como el resto de los hispanos, han ido avanzando de forma acelerada, en comparaci¨®n con las d¨¦cadas previas, pero a¨²n a un ritmo lento como para representar un grupo de inter¨¦s que modifique sin tantos problemas las pol¨ªticas. En 2006 hab¨ªa m¨¢s de 6.000 funcionarios electos de origen hispanos, que es 37% m¨¢s de los que hab¨ªa 10 a?os antes. Pero tambi¨¦n, de manera m¨¢s significativa, el incremento en las legislaturas federales y locales ha sido de 50%, en tanto que en las zonas que no son latinas, su participaci¨®n pol¨ªtica se ha elevado 142%.
Su presencia se encuentra ya en 43 Estados de la Uni¨®n Americana y son la minor¨ªa de mayor crecimiento en Estados Unidos. Aunque hay 44 millones de personas de origen hispano en la Uni¨®n Americana, apenas si son 17 millones elegibles para votar, en buena parte por la baja tasa de ciudadan¨ªa. Entre 2001 y 2006 s¨®lo se naturalizaron 460.000 mexicanos, 261.000 sudamericanos y 173.000 centroamericanos. A¨²n as¨ª, la proporci¨®n que tienen dentro del electorado estadounidense ya lleg¨® a 8,6%.
El cambio demogr¨¢fico en el electorado juega un papel cr¨ªtico en los Estados donde el voto es vol¨¢til, como en Arizona, Nuevo M¨¦xico, Nevada, Colorado y Florida, lo que han diagnosticado correctamente los partidos. Por eso, los dem¨®cratas organizaron su Convenci¨®n el a?o pasado en Denver, y los republicanos quieren revertir los dos procesos electorales donde la redistritaci¨®n en Florida ayud¨® a las minor¨ªas, para irles obstaculizando su mayor acceso al poder. Esto es una contradicci¨®n con lo que plantea Friedman en su libro, que pronostica una "estimulaci¨®n" estadounidense para la migraci¨®n. Lo que se ve hoy en d¨ªa es lo contrario. Mayor dureza contra inmigrantes, menos posibilidades de alcanzar mejores leyes migratorias.
Pero el destino, parad¨®jicamente para Estados Unidos, es manifiesto. El imperio estadounidense, como todos los imperios, pagan sus deudas hist¨®ricas cuando la migraci¨®n busca las metr¨®polis. Cuando Estados Unidos se apoder¨® del 50% del territorio mexicano, construy¨® su plataforma de dominio sobre el resto del Hemisferio. La historia, como siempre, viene de regreso. Lo que es muy incierto es el escenario de Friedman. ?Para qu¨¦ quiere M¨¦xico ese territorio de regreso? No lo necesita. De cualquier forma, los mexicanos empiezan a controlarlo y para 2080 ser¨¢ nuevamente territorio mexicano bajo la bandera de las barras y estrellas. No habr¨¢ confrontaci¨®n. La recuperaci¨®n ha sido musical, con tacos, chile y burritos.
Raymundo Riva Palacio es analista pol¨ªtico y director de ejecentral.com.mx.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.