La ciudad que Irak quiere borrar del mapa
El r¨¦gimen iraqu¨ª amenaza con expulsar a los refugiados iran¨ªes de Ashraf. - La Audiencia Nacional investigar¨¢ la matanza de 11 de ellos
"Esto es Irak. Si te mato ahora mismo no le importar¨¢ a nadie". Abbas Ghasim, de 49 a?os, recuerda las palabras que le espetaba uno de sus torturadores. "Era miembro de un batall¨®n de 200 hombres y hablaban en persa", a?ade. El iran¨ª Ghasim se sorprendi¨® al escuchar su propia lengua en un pa¨ªs de habla ¨¢rabe. "Mientras nos golpeaban con barras de metal, gritaban ?viva Ahmadineyad!, ?viva Jamenei!".
Ocurri¨® hace cinco meses. Ghasim se encontraba en un recinto militar a cielo abierto, en medio del desierto iraqu¨ª. Acababa de ser hecho prisionero junto con otros 35 compa?eros de su partido, la Organizaci¨®n de los Muyahidines del Pueblo de Ir¨¢n, el mayor grupo de disidentes iran¨ªes. Ghasim identific¨® a sus verdugos por su uniforme negro. El que visten los miembros de la Brigada Badr, un cuerpo de ¨¦lite al que el Gobierno iraqu¨ª, de mayor¨ªa chi¨ª, envi¨® a Ir¨¢n para formalo en t¨¦cnicas de tortura. "Nos grabaron y tomaron fotos. Recopilaban pruebas para luego recibir su recompensa de manos de las autoridades de Ir¨¢n".
Despu¨¦s de un cautiverio de 67 d¨ªas, Ghasim reconoce por tel¨¦fono desde el campo de refugiados de Ashraf (Irak), donde guarda reposo, que es un milagro que siga vivo. Le partieron una costilla y mantuvo una huelga de hambre durante todo ese tiempo en que s¨®lo ingiri¨® agua y t¨¦. Asegura que encerraron a 32 de ellos durante tres d¨ªas en un zulo de 12 metros cuadrados. "Nos ten¨ªamos que turnar para sentarnos y ponernos de pie".
Ahora ha depositado su confianza en el juez espa?ol Fernando Andreu, de la Audiencia Nacional, para que haga justicia. Andreu ha admitido a tr¨¢mite una querella contra el teniente general iraqu¨ª Abdol Hossein Al Shemari, que el 28 de julio dirigi¨® el asalto de 2.000 soldados a los 3.500 civiles desarmados que residen en Ashraf. Fue el mismo d¨ªa que tomaron como reh¨¦n a Ghasim.
Los propios residentes de Ashraf grabaron la agresi¨®n y difundieron las im¨¢genes en Internet. En ellas se ve c¨®mo la polic¨ªa iraqu¨ª intent¨® atropellar deliberadamente a la multitud, al tiempo que se escuchan r¨¢fagas de disparos. Hubo 11 muertos y m¨¢s de 450 heridos de gravedad.
Aquel tr¨¢gico d¨ªa comenz¨® una crisis humanitaria que tiene pocos visos de solucionarse a corto plazo. Irak quiere expulsarles a pesar de que llevan m¨¢s de 20 a?os en el pa¨ªs y su estrecho aliado, Ir¨¢n, les reclama para ajusticiarles como parte de su cruzada para sofocar toda voz disidente.
En el fondo, los sucesos de Ashraf reflejan a peque?a escala los problemas de esta inestable regi¨®n: la crisis pol¨ªtica en Ir¨¢n, la fragilidad del Irak de la posguerra y el peligro de que el vac¨ªo de poder que va a dejar Estados Unidos tras su retirada de Irak sea ocupado por Ir¨¢n.
Una ciudad-Estado dentro de Irak
La historia de c¨®mo acabaron en Irak miles de opositores al r¨¦gimen iran¨ª se remonta a los ochenta. Entonces, los Muyahidines del Pueblo fueron acogidos por Sadam Hussein, ac¨¦rrimo enemigo de Ir¨¢n, para que continuaran su lucha armada desde el pa¨ªs vecino. Les permiti¨® edificar Ashraf, 100 kil¨®metros al norte de Bagdad, en medio del desierto; una suerte de ciudad-Estado dentro de Irak. Con una extensi¨®n de 36 kil¨®metros cuadrados, Ashraf no es un campo de refugiados al uso: Cuenta con su propia universidad, hospital, parques e incluso un Museo de la Resistencia Iran¨ª.
Tras la ca¨ªda de Sadam los muyahidines perdieron a su mentor. En medio del caos de los a?os posteriores, Estados Unidos lleg¨® a un trato con ellos: se encarg¨® de su custodia e impidi¨® que fueran deportados por el nuevo Gobierno del chi¨ª Nuri Al Maliki a cambio de que entregaran sus armas y de que le proporcionaran informaci¨®n clave sobre el programa nuclear iran¨ª. El problema para los refugiados de Ashraf comenz¨® cuando Washington anunci¨® su retirada del pa¨ªs.
Desde el 1 de enero de 2009 Irak es formalmente responsable de Ashraf. Al poco, el consejero de seguridad nacional, Muwaffaq al-Rubaie, declar¨® desafiante en televisi¨®n: "Les haremos insoportable su presencia en Irak. Comenzaremos por establecer puestos de control, patrullas, registros y por ¨²ltimo les atacaremos". Despu¨¦s de la masacre de julio, las fuerzas de seguridad iraqu¨ªes han impedido la salida de los muyahidines de Ashraf y han racionado la entrada de alimentos y medicinas.
La amistad entre Ir¨¢n e Irak
"Era previsible que esto iba a ocurrir", opina Waleed Saleh, profesor de origen iraqu¨ª de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "El Gobierno de Bagdad est¨¢ formado por una alianza de partidos chi¨ªes con algunos miembros que fueron refugiados pol¨ªticos acogidos por la Rep¨²blica Isl¨¢mica iran¨ª y era l¨®gico que no iban a aceptar en su propio territorio a los opositores a un r¨¦gimen con el que mantienen unas relaciones tan fluidas". La proximidad de los comicios en Irak puede acelerar el desenlace en Ashraf aunque es probable que sea m¨¢s determinante el desarrollo de los acontecimientos en Ir¨¢n.
De hecho, no es una casualidad que la crisis de Ashraf coincida en el tiempo con la debilidad que afrontan los gobernantes iran¨ªes despu¨¦s de seis meses de protestas tras las acusaciones de fraude masivo en las elecciones presidenciales de junio. La reacci¨®n de las autoridades ha consistido en intensificar la represi¨®n, dentro y fuera de su territorio.
Los muyahidines fueron la principal facci¨®n opositora justo despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, en 1979. Hoy la mayor¨ªa se ha exiliado en Europa y Estados Unidos y los diplom¨¢ticos y analistas consideran dif¨ªcil evaluar su influencia dentro de Ir¨¢n, donde muchos siguen sin perdonar que colaboraran con Sadam Hussein durante la guerra que enfrent¨® a Ir¨¢n e Irak en los ochenta. Los l¨ªderes muyahidines afirman que son los principales organizadores de las manifestaciones poselectorales.
Saleh lamenta que, en el fondo, la falta de reacci¨®n internacional se explica porque en t¨¦rminos relativos, el problema de Ashraf parece menor en el avispero de Oriente Pr¨®ximo. "A pesar de su gravedad, queda olvidada al lado de los graves problemas de la zona, que concentra la mayor¨ªa de los conflictos del planeta".
Con la esperanza puesta en Espa?a
Hamid Huseini, un exiliado iran¨ª que reside en Madrid donde regenta una tienda de alfombras, es hermano de Said, uno de los refugiados en Ashraf. "La situaci¨®n es cr¨ªtica. Sus vidas est¨¢n ahora en gran peligro". Hab¨ªan perdido el contacto durante 15 a?os pero la noticia de la matanza hizo que Said volviera a llamarle por tel¨¦fono. "Le dije que le aprecio much¨ªsimo. No s¨®lo por ser mi hermano. Porque lleva toda su vida luchando junto con sus compa?eros por la libertad y la independencia de Ir¨¢n".
Tanto la comunidad iran¨ª residente en Espa?a como la m¨¢s numerosa de otros pa¨ªses europeos y de Estados Unidos han pedido a las autoridades que medien en la crisis de Ashraf. De momento los pronunciamientos oficiales han sido escasos. El embajador estadounidense en Irak, Christopher Hill, ha comparecido ante el Congreso de su pa¨ªs para explicar cu¨¢l es la postura de Washington sobre Ashraf: "Le hemos dejado claro al Gobierno iraqu¨ª que debe respetar el bienestar y los derechos humanos en Ashraf. En especial, que no sean deportados por la fuerza a Ir¨¢n". De acuerdo con el relato de los refugiados, el d¨ªa del ataque a¨²n hab¨ªa tropas estadounidenses estacionadas en el campo, que se abstuvieron de intervenir.
De momento, el mayor ¨¦xito internacional de la campa?a pro Ashraf ha sido que la Justicia espa?ola acceda a pronunciarse sobre la matanza del verano. Se trata de la primera causa que admite la Audiencia tras la limitaci¨®n de la justicia universal y el juez lo explica porque la justicia iraqu¨ª no est¨¢ investigando los hechos. Hassan, padre de Yiavosh, de 27 a?os, uno de los 11 fallecidos, expresa por tel¨¦fono desde Ashraf su esperanza sobre el buen fin de la querella contra el oficial iraqu¨ª que dirigi¨® el ataque. "Aqu¨ª en Irak no hay una justicia independiente que pueda procesar a quienes mataron al que era mi ¨²nico hijo, una persona inocente. Soy optimista porque al menos en Espa?a parece haber reglas que se respetan".
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