Blair sobre Irak: "No me arrepiento. Volver¨ªa a hacerlo"
Tony Blair se reafirma en su decisi¨®n de derrocar a Sadam Husein.- El ex primer ministro brit¨¢nico niega que llegara a un pacto secreto con George Bush
"No me arrepiento. Volver¨ªa a hacerlo". Tony Blair ha elegido acabar as¨ª de desafiante seis horas de comparecencia ante la comisi¨®n que investiga la participaci¨®n de Reino Unido en la guerra de Irak. En su declaraci¨®n ha ratificado una detr¨¢s de otra sus conocidas posiciones sobre la invasi¨®n y apenas ha dejado espacio para min¨²sculas admisiones de errores, sobre todo en los aspectos relacionados con la posguerra.
Blair empez¨® el d¨ªa nervioso, tenso, sin la soltura de sus tiempos de primer ministro, aunque dando pruebas de que se hab¨ªa preparado muy bien para la sesi¨®n. Por la tarde fue adquiriendo confianza en s¨ª mismo, la suavidad mezclada con inseguridad dio paso al Blair de la mirada de halc¨®n. Y al final, cuando el presidente de la comisi¨®n, el ex alto funcionario sir John Chilcot, le ha puesto en bandeja la oportunidad de mostrar al menos algo de l¨¢stima por los miles de personas que han muerto en Irak, la desperdici¨® dos veces.
"?Har¨ªa algo de otra forma? ?Se arrepiente de algo?", le ha preguntado Chilcot. Blair, al que escuchaban en la misma sala los familiares de 20 soldados brit¨¢nicos fallecidos en Irak, ha reconocido que la guerra "ha provocado divisiones, pero ahora estamos m¨¢s seguros". "?Y no se arrepiente de nada?", ha insistido sir John. "Siento responsabilidad, pero no me arrepiento de haber derrocado a Sadam", ha respondido, desafiante, provocando el ¨²nico comentario de reproche del p¨²blico en todo el d¨ªa, acallado de inmediato por el presidente. "Creo que era un monstruo, una amenaza no s¨®lo para la regi¨®n sino para el mundo, y en las circunstancias que afrontamos entonces, pero incluso si miramos atr¨¢s ahora, era mejor afrontar esa amenaza, derrocarle del Gobierno. Y creo genuinamente que el resultado es que estamos m¨¢s seguros".
Que Blair no renegara de la guerra de Irak, que apenas aceptara errores, era esperable. Que desperdiciara la ocasi¨®n de lamentar la p¨¦rdida de tantas vidas humanas, enfureci¨® a muchos.
Sin acuerdo secreto con Bush
A lo largo de sus seis horas de declaraci¨®n, el ex primer ministro ha aludido en numerosas ocasiones al peligro que hoy supone Ir¨¢n, aunque no lleg¨® a defender directamente la necesidad de invadir tambi¨¦n ese pa¨ªs.
Durante la comparecencia ha admitido que Sadam Husein era una amenaza lo bastante contenida y que su r¨¦gimen no ten¨ªa v¨ªnculos con Al Qaeda pero dijo que esa visi¨®n cambi¨® con los atentados del 11 de septiembre de 2001. No porque cambiara propiamente la situaci¨®n en Irak, sino porque "los c¨¢lculos de riesgo cambiaron" y la amenaza de pa¨ªses como Irak, Ir¨¢n o Corea del Norte se ve¨ªa desde entonces de otra manera. Pero, ?por qu¨¦ Irak en lugar de Ir¨¢n o Corea del Norte? No porque fuera m¨¢s peligroso que los otros, sino "porque estaba en abierto incumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad".
Neg¨® que hubiera llegado a un pacto de sangre con el presidente George W. Bush en 2002 para invadir Irak y afirm¨® que era p¨²blica su posici¨®n de que si la diplomacia fracasaba hab¨ªa que utilizar la soluci¨®n militar. Por negar, neg¨® incluso que en noviembre hubiera declarado en una entrevista que habr¨ªa apoyado el derrocamiento de Sadam aunque hubiera sabido que no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva en Irak. La BBC ha repetido este viernes esas declaraciones numerosas veces.
Aunque apenas admiti¨® errores, tampoco eludi¨® responsabilidades. "La decisi¨®n que tom¨¦ -y, con franqueza, la volver¨ªa a tomar- es que si hab¨ªa cualquier posibilidad de que pudiera desarrollar armas de destrucci¨®n masiva ten¨ªamos que pararle. Era mi opini¨®n entonces y la sigue siendo ahora".
?Legal o ilegal?
En la misma l¨ªnea, preguntado por la paradoja de que ¨¦l afirmara al presentar el famoso informe de los 45 minutos que la amenaza que supon¨ªa Sadam era no solo grande, sino creciente, algo que el informe en s¨ª mismo no dec¨ªa y que la realidad desminti¨®, ha se?alado: "Lo que en realidad dije en la introducci¨®n es que yo cre¨ªa eso sin lugar a dudas, y lo cre¨ªa".
Sus respuestas fueron m¨¢s bien evasivas cuando le preguntaron por la falta de debate en el Gabinete brit¨¢nico o por qu¨¦ no se dio m¨¢s tiempo a los inspectores de Naciones Unidas para verificar la situaci¨®n en Irak cuando as¨ª lo hab¨ªa pedido el propio jefe de los inspectores, Hans Blix. "Aunque hubiera habido m¨¢s tiempo, Blix no habr¨ªa podido hablar con las personas clave. El propio Blix me dijo que, si declaraban, Sadam les matar¨ªa a ellos o sus familias. ?C¨®mo te vas a fiar de un r¨¦gimen as¨ª?", ha respondido.
E insisti¨® en que la guerra era legal porque as¨ª lo confirmaba el informe final del fiscal general del Reino Unido en aquella ¨¦poca, lord Peter Goldsmith. "Si Peter hubiera dicho que la guerra no se justificaba legalmente, no habr¨ªamos intervenido", ha asegurado. Pero apenas le preguntaron por la paradoja de que lord Goldsmith aceptara s¨®lo a ¨²ltima hora que la invasi¨®n ser¨ªa legal sin una segunda resoluci¨®n y que su opini¨®n chocara con la de los servicios jur¨ªdicos del Foreign Office. O por qu¨¦, si realmente aceptaba que la legalidad de la invasi¨®n era condici¨®n ineludible para la invasi¨®n, no pidi¨® dictamen de expertos en derecho internacional.
Acept¨® errores en la posguerra, pero s¨®lo de forma indirecta: no es que la posguerra estuviera mal preparada, el problema es que no hubo los problemas que esperaban. Por ejemplo, esperaban una cat¨¢strofe humanitaria y lo que hubo fue un desplome de la administraci¨®n al caer el r¨¦gimen. O la sorpresa que se llevaron al ver que Al Qaeda y la insurgencia chi¨ª apoyada por Ir¨¢n se pusieron de acuerdo, cuando los expertos pensaban que su antagonismo religioso lo impedir¨ªa.
Manifestaciones
Familiares de los soldados brit¨¢nicos fallecidos en Irak y grupos pacifistas se han manifestado con las manos pintadas de rojo a modo de sangre y al grito de "Bliar" (Blair, Mentiroso) frente al centro de convenciones que acoge la declaraci¨®n del ex primer ministro. A las puertas del centro Queen Elisabeth II de Londres, que acoge la comisi¨®n independiente, se han congregado unas doscientas personas para pedir el arresto de Blair.
Con caretas del ex primer ministro, manos "ensangrentadas" y esposas, algunos manifestantes portaban un ata¨²d con la inscripci¨®n The blood price (el precio de la sangre), en recuerdo de los 179 soldados brit¨¢nicos fallecidos en la guerra de Irak.
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