Las fosas abiertas de Bosnia
El juicio a Karadzic se reanuda en un momento muy delicado de la historia del pa¨ªs balc¨¢nico
Hace 18 a?os empez¨® la guerra de Bosnia, en abril de 1992, y dentro de poco se cumplir¨¢n 15 a?os de su cierre en falso, con los acuerdos de Dayton, firmados en el invierno de 1995 en una base estadounidense. El final de la guerra signific¨® el final de los combates, lo que ya es mucho, pero no el principio de la paz: los problemas que desataron el conflicto siguen all¨ª: un pa¨ªs, Bosnia-Herzegovina, dividido en dos estados, que reciben el nombre de entidades, la Rep¨²blica Serbia y la Federaci¨®n Croato-Musulmana, con unas fronteras interiores que nacieron de la violencia.
La semana pasada Angelina Jolie y Brad Pitt, en uno de sus tours humanitarios, recorrieron campos de desplazados en el este de Bosnia, precisamente all¨ª d¨®nde los cr¨ªmenes por los que ahora se juzga a Radovan Karadzic, fueron especialmente masivos, con una oleada de destrucci¨®n que arranc¨® en la primavera de 1992 y que culmin¨® con el asesinato de 8.000 varones musulmanes bosnios en Srebrenica en el verano de 1995. Los desplazados, como las heridas, siguen all¨ª y desde la independencia de Kosovo numerosos institutos de estudios internacionales, pol¨ªticos bosnios y periodistas han alertado sobre el peligro de que el conflicto vuelva a estallar en el inestable pa¨ªs balc¨¢nico.
El juicio contra Karadzic se reanuda apenas una semana despu¨¦s de que Serbia pidiese perd¨®n, con forceps y con la boca peque?a, por no haber podido evitar la matanza de Srebrenica. Sin embargo, el ex l¨ªder pol¨ªtico de los serbios de Bosnia nunca ha pedido perd¨®n ni ha mostrado el m¨¢s m¨ªnimo arrepentimiento, mientras que Ratko Mladic, el ex jefe militar y arquitecto castrense de aquellas atrocidades, sigue en libertad.
El psiquiatra nacionalista iluminado se enfrenta en La Haya a sus primeros testigos -un antiguo prisionero de un campo de concentraci¨®n, Ahmet Zulic- y el tribunal ha tenido la ocasi¨®n de escuchar c¨®mo funcionaba un sistema destinado a exterminar a una parte de la poblaci¨®n bosnia. La petici¨®n de perd¨®n de Belgrado vino apremiada por la necesidad de despejar su camino, todav¨ªa lejano, hacia la Uni¨®n Europea. El juicio contra Karadzic puede ser un paso en el mismo sentido, un paso no hacia la reconciliaci¨®n, pero por lo menos hacia la normalizaci¨®n, un paso que aleje a Bosnia de los fantasmas de la violencia.
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