Berlusconi y sus socios aplazan su ajuste de cuentas ante la crisis

La coalici¨®n de centro-derecha que gobierna Italia ha aparcado por unas horas sus ajustes de cuentas y el clima de guerra intestina para aprobar en el Senado, por 170 votos a favor y 136 en contra, el ajuste financiero exigido por Bruselas, que recortar¨¢ 25.000 millones de gasto en dos a?os y deber¨ªa reducir el d¨¦ficit p¨²blico hasta el 3%.

El ajuste se aprob¨® por la v¨ªa de la cuesti¨®n de confianza, sin discusi¨®n de las decenas de enmiendas presentadas por la oposici¨®n y sin debate parlamentario. El texto, formado por 600 art¨ªculos, se vot¨® en bloque. Seg¨²n Silvio Berlusconi, fue una muestra de coraje del Gobierno, ya que, de haber perdido, el Ejecutivo habr¨ªa ca¨ªdo de forma autom¨¢tica. Seg¨²n la oposici¨®n, la elecci¨®n del voto pol¨ªtico revela el miedo del primer ministro a que la mayor¨ªa mostrara su profunda divisi¨®n.

El plan anticrisis ha abierto un agudo enfrentamiento entre el Ejecutivo y las regiones y ayuntamientos, obligados a recortes brutales, que ascienden a cerca de 13.000 millones. Entes locales, sindicatos y oposici¨®n han bramado contra la maniobra financiera, y han recordado que millones de italianos sufrir¨¢n las consecuencias de un ajuste injusto e insostenible mientras en el Gobierno se extiende la gelatina de la corrupci¨®n.

El ajuste, cinco veces menor que el portugu¨¦s y diez veces m¨¢s leve que el irland¨¦s, no afectar¨¢ en nada a los sueldos de los pol¨ªticos, contra lo dicho al principio, y seg¨²n el economista Tito Boeri, "golpear¨¢ sobre todo a los j¨®venes y forzar¨¢ a las regiones a endeudarse m¨¢s mientras la deuda p¨²blica nacional, la m¨¢s alta de Europa, sube a 1.300 euros por segundo".

M¨¢s que al convencimiento de Berlusconi, el impopular ajuste se debe atribuir a la insistencia del ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, por alejar al pa¨ªs del fantasma de un hundimiento a la griega. La decisi¨®n m¨¢s impactante es la de retrasar hasta diciembre el pago de las multas a la UE por el exceso de producci¨®n l¨¢ctea, exigida a sangre y fuego por los barones regionales de la Liga del Norte, y que costar¨¢ al contribuyente italiano 25 millones en sanciones adicionales.

Cuesta abajo

Pero los problemas del Gobierno se juegan ahora en los palacios de poder. Desde enero, la cuesta debajo de Berlusconi es cada vez m¨¢s pronunciada. El partido se resquebraja y el primer ministro aparece cada d¨ªa m¨¢s desbordado por los esc¨¢ndalos judiciales y pol¨ªticos. En menos de dos meses, se ha visto forzado a cesar a dos ministros (Claudio Scajola y Aldo Brancher), y el lunes le lleg¨® el turno al secretario de Estado de Econom¨ªa, Nicola Cosentino.

Curiosamente, Cosentino no dimiti¨® por sus relaciones con el poderoso clan camorrista de los Casaleses, que han llevado a los jueces de N¨¢poles y al Tribunal Supremo a solicitar su arresto al Parlamento (permiso denegado por la mayor¨ªa hace un a?o), sino por una acusaci¨®n m¨¢s dom¨¦stica pero no m¨¢s tierna: su supuesta acci¨®n de guerra sucia contra un adversario directo del Pueblo de la Libertad en Campania, el finiano Stefano Caldoro, actual gobernador de la regi¨®n.

Seg¨²n los fiscales de Roma, Cosentino recurri¨® a la logia mas¨®nica P3, considerada por los jueces la sucesora de la P2 de Licio Gelli, para fabricar y difundir un falso dossier sobre Caldoro cuando ambos pugnaban por ser candidatos electorales del PDL a la presidencia regional. La idea era contar en la prensa mediante pruebas falsas que Caldoro era homosexual y frecuentaba transexuales. Cosentino fue interceptado mientras dec¨ªa al tel¨¦fono a uno de los masones: "Acabemos con ese maric¨®n".

Berlusconi ha intentado minimizar el alcance de esa conspiraci¨®n mafiosa-mas¨®nica diciendo que se trata de "cuatro jubilados desgraciados que solo intentaban arreglar un poco el pa¨ªs". Pero el caso P3 podr¨ªa convertirse en la tumba pol¨ªtica de su sistema de poder. La sensaci¨®n general es que si Italia fuera cualquier otro pa¨ªs europeo, el Ejecutivo se habr¨ªa ido ya a casa pidiendo perd¨®n.

La investigaci¨®n ha enviado ya a la c¨¢rcel a los tres supuestos jefes de la P3, entre ellos el empresario sardo Flavio Carboni, implicado en los peores misterios italiano-vaticanos desde la quiebra del Banco Ambrosiano en adelante. Los tres est¨¢n acusados de asociaci¨®n secreta para conspirar contra los ¨®rganos constitucionales del Estado. Los magistrados les cazaron mientras intentaban presionar a jueces del Constitucional para lograr un fallo positivo al Laudo Alfano, el escudo judicial que deb¨ªa librar a Berlusconi de sus procesos pendientes.

Las presiones fracasaron, porque el Laudo fue declarado institucional, pero la logia trabaj¨® de lo lindo, y en el intento dejaron un reguero de pruebas muy comprometedoras para Berlusconi, a quien todos llamaban en numerosas conversaciones privadas con un nombre en clave significativo y poco original: C¨¦sar. "C¨¦sar estar¨¢ contento", dec¨ªa uno de ellos.