Fracasa el intento de formar una coalici¨®n de centro izquierda en Holanda

Las negociaciones para formar una coalici¨®n gubernamental de centro izquierda en Holanda han fracasado. Los liberales de derecha -vencedores en las pasadas elecciones de junio- no se han puesto de acuerdo con la socialdemocracia, liberales de izquierda y Verdes, y han dado por terminado un proceso iniciado hace tres semanas. El escollo insalvable ha sido monto de los recortes presupuestarios para afrontar la crisis. Antes ya hab¨ªa salido mal un intento similar con el Partido de la Libertad, del l¨ªder populista xen¨®fobo, Geert Wilders. Entonces, las cosas fallaron porque la democracia cristiana, gran derrotada, pero necesaria para tener mayor¨ªa en un Parlamento de 150 esca?os, se mantuvo al margen. Ahora no podr¨¢ hacerlo de nuevo. Mark Rutte, jefe de los liberales de derecha, ya ha anunciado que desea sentarse, "cuanto antes", con democristianos y socialdem¨®cratas. No quiere mantener por m¨¢s tiempo la situaci¨®n actual, con un Gobierno provisional, y un primer ministro en funciones, Jan Peter Balkenende, que dej¨® la pol¨ªtica activa al perder los comicios.

"Se ha roto por culpa de las finanzas. Hemos analizado a fondo asuntos como inmigraci¨®n y seguridad. Nos ha separado el enfoque sobre el ahorro, el mercado laboral y las pol¨ªticas de vivienda e hipotecas", ha declarado Rutte, sin ocultar sus prisas por sentarse de nuevo a negociar con otros interlocutores. En un clima de malestar por la lentitud de la formaci¨®n de un nuevo Ejecutivo, el ¨²nico que parece contento es Wilders. "Felicidades, Holanda. Nos hemos ahorrado el drama de una coalici¨®n imposible. Es una noticia grandiosa", ha dicho.

Su alegr¨ªa estaba, en cierto modo, justificada. Poco despu¨¦s de conocerse la ruptura, Job Cohen, l¨ªder socialdem¨®crata, advert¨ªa de su "falta de fe en un Gabinete con liberales de derecha y democristianos". Wilders supone que, de embarrancar de nuevo las discusiones, podr¨ªa ser convocado a una nueva mesa negociadora. El problema es que la izquierda le rechaza en bloque. Y la democracia cristiana sigue prefiriendo no tener que sentarse a negociar con ¨¦l.