Golpe a la ecuatoriana
El presidente Rafael Correa asegura que la sublevaci¨®n de la polic¨ªa ten¨ªa como objetivo acabar con su vida / La fiscal¨ªa lleva a cabo las primeras detenciones de los agentes implicados
El fin de semana le ha venido bien a Ecuador para darse un respiro tras la sublevaci¨®n de la polic¨ªa que puso en jaque al Gobierno del presidente Rafael Correa el jueves y una jornada de viernes con fren¨¦ticas reuniones de gabinete, los funerales por los 13 muertos en los enfrentamientos y saqueos en todo el pa¨ªs, y los anuncios de las primeras detenciones de polic¨ªas. La imagen de un nutrido grupo de oficiales del Ej¨¦rcito desayunando pl¨¢cidamente en un c¨¦ntrico hotel de Quito era el mejor term¨®metro de la capital. -?Todo tranquilo, no?- "Por ahora, todo en calma", contesta con una sonrisa de medio lado un suboficial en cuya casaca camuflada aparec¨ªa el apellido Salguero.
El "por ahora" que deja caer el militar son las dos palabras que m¨¢s preocupan a los ecuatorianos despu¨¦s de vivir un d¨ªa de furia que record¨® a otros muchos soportados por el pa¨ªs en los ¨²ltimos 13 a?os y que acabaron con los mandatos de ocho presidentes. Correa pudo haber sido el noveno. ?Pero no engros¨® la lista porque no fue un golpe de Estado en toda regla o porque s¨ª lo fue pero el presidente, al contrario que sus predecesores, supo remontar la situaci¨®n gracias al respaldo popular e internacional? Esta es la pregunta del mill¨®n en Ecuador.
Para el presidente Correa est¨¢ claro que fue un golpe de Estado y la mayor¨ªa de los ecuatorianos de a pie respaldan esta visi¨®n. Basta preguntarle al primer taxista o comerciante que se cruce o ver las encuestas que hace la televisi¨®n a pie de calle para palpar que la ciudadan¨ªa saldr¨¢ otra vez al rescate de Correa si es menester. La convicci¨®n tambi¨¦n procede de la fuerte campa?a oficial que ha insistido en la asonada desde el mismo momento en que el presidente lleg¨® el jueves por la ma?ana al principal cuartel policial de Quito para hablar con los agentes sobre sus reivindicaciones salariales. Sali¨® de all¨ª por la fuerza y herido en la misma rodilla que apenas unos d¨ªas antes le hab¨ªan operado.
La televisi¨®n p¨²blica muestra constantemente im¨¢genes de los cinco balazos que impactaron en el todoterreno con el que Correa fue evacuado del hospital donde el jueves estuvo 11 horas retenido y v¨ªdeos de la participaci¨®n de pol¨ªticos afines al partido Sociedad Patri¨®tica, la segunda fuerza pol¨ªtica liderada por el ex militar golpista y ex presidente Lucio Guti¨¦rrez, un ac¨¦rrimo enemigo de Correa. No hay que olvidar que el actual presidente particip¨® en la rebeli¨®n civil, conocida como la de los forajidos, que expuls¨® a Guti¨¦rrez del poder en 2005. El ex presidente respondi¨® a las acusaciones de Correa diciendo que es verdad que lo quiere ver fuera del Gobierno, pero por las urnas. Y para tensar m¨¢s el culebr¨®n, una cu?ada de Guti¨¦rrez public¨® una carta en el diario El Universo para pedir respeto para su familia y decir que una hija de Guti¨¦rrez y un primo de ¨¦ste, ambos militares, hab¨ªan participado del operativo de rescate del presidente el jueves.
"Cuando a los golpistas les falla su estrategia para desestabilizar al Gobierno, dan paso al plan B, que era matar al presidente", insisti¨® Correa en un entrevista en el canal p¨²blico la noche del viernes. Otra de las pruebas que el presidente aporta para demostrar que era una sublevaci¨®n planificada son las amenazas de muerte v¨ªa m¨®vil que le llegaron a su esposa. "Rastreamos esos tel¨¦fonos y las tarjetas eran clonadas, lo que indica claramente la premeditaci¨®n", explic¨® Correa. Aparte de las pistas que aporta el Ejecutivo, el hecho m¨¢s potente para asegurar la tesis del golpe fue la toma del aeropuerto de Quito, un sitio estrat¨¦gico. En un pa¨ªs de larga tradici¨®n golpista, a nadie escapa que una maniobra como esa aparece en el ¨ªndice del manual del sublevado.
En el cierre del aeropuerto encaja adem¨¢s la supuesta "mano negra" de EE UU esgrimida por el presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez en la cumbre de Unasur celebrada en Buenos Aires para condenar la asonada. Y es que, seg¨²n Correa, los militares de la Fuerza A¨¦rea que tomaron la pista estaban destinados a la lucha antidroga y siempre han respondido a la embajada estadounidense antes que al Gobierno. "Este intento golpista a¨²n no ha pasado del todo. Est¨¢ superada la situaci¨®n, pero no podemos confiarnos, posiblemente tenga un rebrote y a esas c¨¦lulas hay que buscarlas y destruirlas. Hay preocupaci¨®n, las ra¨ªces del intento de golpe est¨¢n todav¨ªa en alguna gente", a?adi¨® el ministro de Exteriores Ricardo Pati?o tras la reuni¨®n del gabinete del viernes. Casi al mismo tiempo, se ampli¨® la depuraci¨®n de la polic¨ªa que comenz¨® con la renuncia del jefe Freddy Mart¨ªnez, se orden¨® el arresto de tres altos oficiales del cuartel Quito 1 y se confiscaron todas las grabaciones del de los lugares donde se produjeron los principales enfrentamientos para identificar a m¨¢s sospechosos.
El af¨¢n del Gobierno por encajar todo en el formato golpe alimenta la desconfianza de los cr¨ªticos sobre lo que realmente pas¨®. Para el analista Alfonso Oramas lo que sucedi¨® fue un "burdo" atentado contra la democracia y una agresi¨®n "intolerable" contra el presidente. Pero, al mismo tiempo, sostiene que si Correa no hubiera desafiado a los agentes la situaci¨®n no hubiese pasado de un conflicto laboral. "El discurso crispado del presidente, la falta de informaci¨®n del Gobierno sobre el grado de malestar de la polic¨ªa y el coqueteo abierto de algunos pol¨ªticos y militares con la sublevaci¨®n dispararon una crisis evitable", dice Oramas.
Francisco Latorre, asesor y amigo personal de Correa, confirma que la decisi¨®n de acudir en persona al Regimiento Quito fue del presidente. Esto es lo que ha dado pie a algunas de las cr¨ªticas m¨¢s duras contra el Ejecutivo. El general retirado del Ej¨¦rcito Galo Monteverde, citado por el diario El Comercio, asegura que no hubo un golpe de Estado sino una insurrecci¨®n policial. "El malestar policial y militar lleva dos a?os y los ministros tendr¨ªan que haberse encargado de resolverlo", seg¨²n el militar.
El analista Adri¨¢n Bonilla a?ade otro factor para descartar el golpe: que nunca se plante¨® la sustituci¨®n del presidente como ha sido habitual en las rebeliones desde 1997. Todo lo contrario, el vicepresidente Lenin Moreno, manifest¨® de inmediato que ¨¦l no iba a relevar al presidente mientras ¨¦ste estuvo sitiado por polic¨ªas rebeldes en el hospital donde acudi¨® tras escapar del cuartel. Para algunos esto demuestra que no hubo un golpe planificado, para otros es lo que deja a los golpistas sin otra salida que la rendici¨®n. Para todos, a¨²n es pronto para aventurar si Correa sali¨® m¨¢s fortalecido o debilitado de la crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.