Una de cada tres gasolineras est¨¢ sin combustible en Francia
El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, ordena desbloquear todos los dep¨®sitos
El enfrentamiento que los sindicatos y el Gobierno de Nicolas Sarkozy mantienen desde hace meses (recrudecido en la ¨²ltima semana hasta la amenaza de par¨¢lisis del pa¨ªs) por la reforma de las pensiones se ha reconvertido en una suerte de guerra de la gasolina. El presidente de la Rep¨²blica avis¨® el lunes de que pasaba al ataque y ayer asegur¨® que no iba a permitir ning¨²n bloqueo de dep¨®sitos de carburante. Brice Hortefeux, el ministro del Interior, la mano derecha de Sarkozy y su amigo ¨ªntimo, se encarga ya de ello personalmente a trav¨¦s de una c¨¦lula de crisis creada para el efecto. El ministro ha informado de que, de madrugada, la polic¨ªa dej¨® el camino libre para los camiones cisterna en los estrat¨¦gicos dep¨®sitos de Donges (Loire-Atl¨¢ntico), de Le Mans (Sarthe) y de La Rochelle (Charente), retirando a los trabajadores que con neum¨¢ticos incendiados y barricadas improvisadas imped¨ªan la entrada.
Pero un sindicalista del grupo petrolero Total ya avis¨® el martes 12, cuando la huelga acababa de empezar: "Vais a ver c¨®mo jugamos al rat¨®n y al gato con la polic¨ªa en los dep¨®sitos". Ten¨ªa raz¨®n: los trabajadores, a su vez, han bloqueado el dep¨®sito de Caen (Baja Normand¨ªa), desbloqueado horas despu¨¦s por la polic¨ªa, el de Port-de-Bouc (Bouches-de Rh?ne), y manten¨ªan cerrado el dep¨®sito-refiner¨ªa de Grandpuits, en Seine-et-Marne, cerca de Par¨ªs.
Consecuencia: la poblaci¨®n, sobre todo en cuatro regiones (Ile-de-France, Picardie, Champagne-Ardennes y Normand¨ªa) sigue peregrinando a la busca de gasolina cada vez con m¨¢s estupefacci¨®n y alarma. Hay quien hace desplazamientos de 40 o 70 kil¨®metros para llenar 30 o 40 euros (las gasolineras restringen el consumo). El ministerio del Medio Ambiente registraba 3.200 gasolineras sin una gota de combustible, esto es, una de cada tres en Francia (mapa de las estaciones actualizado por Le Monde). Los operadores tur¨ªsticos se inquietan porque el viernes comienzan las vacaciones por la fiesta de Todos los Santos y los franceses observan que no va a haber gasolina para viajar.
El conflicto, tras la jornada de protesta y de multitudinarias manifestaciones del martes, parece m¨¢s estancado y enconado que nunca. Los sindicatos decidir¨¢n hoy la estrategia a seguir y tras una reuni¨®n dif¨ªcil se comprobar¨¢ si contin¨²an unidos o si -como se prev¨¦- comienzan a descolgarse algunas formaciones que temen que los disturbios desvirt¨²en el movimiento.
La votaci¨®n del proyecto de ley
Mientras, los senadores debaten el proyecto de ley observados de cerca por todo el pa¨ªs: los portavoces de los tres grupos de izquierda (Partido Socialista, Partido Comunista y Radicales) han pedido solemnemente al presidente de la Rep¨²blica que act¨²e con "sabidur¨ªa" y suspenda la discusi¨®n a fin de que se pueda elaborar un consenso con los sindicatos. La Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP), el partido de Sarkozy, lo ha rechazado. El ministro de Trabajo, Eric Woerth, ha repetido -casi con las mismas palabras que lleva utilizando desde hace semanas- que la reforma es "necesaria e indispensable y que no hay ninguna necesidad de anular el debate".
Sarkozy, en una carrera contrarreloj, desea que el proyecto de ley supere este escollo legal cuanto antes para que entre en vigor en los d¨ªas siguientes y as¨ª romper con esta din¨¢mica que le maniata. Pero los senadores de izquierda, torpedean a base de colocar enmiendas y de alargar los discursos, y as¨ª retardan lo que pueden la aprobaci¨®n. Los senadores de Sarkozy, por el contrario, escuchan, callan y no replican (para ganar tiempo). Tal vez se apruebe hoy, tal vez el viernes o tal vez el fin de semana. Nadie lo sabe con certeza.
En Lyon y Nanterre se han producido tambi¨¦n incidentes con j¨®venes violentos que tratan de radicalizar la protesta estudiantil. Hortefeux ha avisado de que "toda acci¨®n violenta ser¨¢ castigada" y ha comprobado en Lyon el despliegue policial. As¨ª, este ministro -que es como decir Sarkozy- se ocupa de las dos vertientes m¨¢s peligrosas (por imprevistas e imprevisibles) que ha adoptado este conflicto: la falta de gasolina y la revuelta de los j¨®venes.
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