El desinter¨¦s de los birmanos marca sus elecciones generales

Unos 28 millones de votantes han sido convocados hoy a las primeras elecciones en 20 a?os que se celebran en Myanmar (la antigua Birmania), que se han desarrollado en calma, pero con el desinter¨¦s de los electores. Los colegios han cerrado sus puertas a partir de las 16.00 hora local (cinco de la ma?ana en Espa?a) tras una jornada marcada por el desinter¨¦s de las votantes. La oposici¨®n ha denunciado que durante la jornada se han registrado intimidaciones y teme que se produzca un gran fraude-

El escrutinio de las papeletas se efect¨²a de forma manual y con un procedimiento que no ha sido desvelado por el r¨¦gimen militar que gobierna el pa¨ªs. Seg¨²n Reuters, tardar¨¢ uno o dos d¨ªas el anuncio de los primeros resultados oficiales de las votaciones.

Ni observadores internacionales, ni periodistas asisten a los comicios

Los militares se apartan de la primera l¨ªnea, pero lo dejan todo atado

Los birmanos estaban convocados a elegir entre 3.000 candidatos de 37 formaciones los 1.163 diputados del Parlamento bicameral nacional y de las Asambleas legislativas de los estados y regiones.

Las elecciones no se celebraron por razones de seguridad en3.500 aldeas situadas en zonas tribales de los estados Shan, Kachin, Karen, Kaya,Mon, Arakan y Chin, lo que ha dejado sin derecho al voto a unos dos millones deelectores.Tampoco pudieron votar otros 600.000 birmanos en campamentosde refugiados en Bangladesh, India y Tailandia.

El Partido para el Desarrollo y la Solidaridad de la Uni¨®n,del primer ministro Thain Sein, parte como favorito, seguido del Partido deUnidad Nacional, la otra formaci¨®n apoyada por el r¨¦gimen militar.

Seg¨²n la Constituci¨®n de 2008, el estamento castrense tienereservado el 25 por ciento de los asientos en la C¨¢mara Baja delParlamento, es decir 110 de los 440, y en la C¨¢mara Alta, 56 de los224.

La Junta militar que gobierna el pa¨ªs con mano de hierro da un paso atr¨¢s al permitir estos comicios, que, aunque lejos de libres y democr¨¢ticos, son la ¨²nica rendija por la que puede colarse algo de luz en las tinieblas de medio siglo de dictadura. La Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, que al frente de la Liga Nacional para la Democracia (LND) obtuvo en 1990 una aplastante victoria electoral -que los militares nunca reconocieron-, ha pedido esta vez el boicoteo de los comicios.

37 partidos, dos en carrera

En las elecciones participan 37 partidos, pero en realidad la carrera se disputa entre dos formaciones ligadas estrechamente a las Fuerzas Armadas. Se trata del Partido de la Uni¨®n Solidaria y el Desarrollo (USDP, en sus siglas en ingl¨¦s), que tiene 18 millones de miembros y cuenta en sus listas con 27 ministros de la Junta, que han colgado el uniforme para presentarse como candidatos. Su rival es el Partido de la Unidad Nacional (NUP), que tambi¨¦n incluye a muchos ex militares.

Los generales se apartan de la primera l¨ªnea del poder, pero lo dejan todo "atado y bien atado". Tanto en el Parlamento y el Senado centrales como en las 14 asambleas regionales, un cuarto de los esca?os son para militares en activo. Adem¨¢s, tambi¨¦n ser¨¢n militares los ministros de Defensa, Interior y Asuntos Fronterizos.

Las elecciones se celebran sin testigos inc¨®modos. Ni observadores internacionales, ni periodistas han sido invitados y la ¨²nica cobertura internacional ser¨¢ la de los medios que, como la agencia Reuters, est¨¢n permanentemente acreditados. En principio, no se espera un gran fraude electoral si la gente acude a votar, pero si obedecen el llamamiento al boicoteo de Suu Kyi, nadie duda de que habr¨¢ fraude. Thu Wai, l¨ªder de uno de los partidos minoritarios, denunci¨® el viernes que las autoridades de la sure?a ciudad de Dawei "estaban intentado asegurarse por adelantado 20.000 papeletas de los 40.000 votantes censados".

Despu¨¦s de cinco d¨¦cadas de brutales dictaduras, la mayor¨ªa de los 50 millones de birmanos han nacido bajo la represi¨®n y organizado su vida para sufrirla lo menos posible. Sus escasos gritos de libertad fueron sofocados con sangre y ahora miran con desconfianza al futuro.

Pseudodemocracia

La pseudodemocracia que salga de estas elecciones no es aceptable ni para las decenas de miles de ellos que viven en el exilio, ni para los m¨¢s de 2.000 presos pol¨ªticos, miembros de la LND o monjes budistas que participaron en la llamada revoluci¨®n naranja en 2007. Tampoco se espera que Occidente levante las sanciones impuestas a la Junta militar que dirige el general Than Shwe.

Sin embargo, algunos expertos indican que si finalmente Suu Kyi es liberada el pr¨®ximo d¨ªa 13, debe darse paso a la "reconciliaci¨®n nacional", en la que la dirigente tiene un importante papel que jugar. "Al fin y al cabo", comentan, "la Junta ha tenido que tragarse el sapo de iniciar su retiro a los cuarteles". Pero para la Mandela de Asia tampoco ser¨¢ f¨¢cil aceptar unos resultados electorales salidos del olvido de su apabullante victoria.

Situada entre las grandes potencias asi¨¢ticas y cortejada por sus riquezas naturales -gas, petr¨®leo, zinc, cobre, piedras preciosas y bosques- tanto por China como por India, Myanmar necesita romper su aislamiento internacional para impulsar su desarrollo. Con un tercio de la poblaci¨®n por debajo del umbral de la pobreza, la Junta ha emprendido en los ¨²ltimos a?os una tenue liberalizaci¨®n econ¨®mica para atraer inversi¨®n extranjera. Ahora muchos esperan que el nuevo Gobierno impulse un modelo de crecimiento r¨¢pido similar al de China o Vietnam.

Los generales, que en 1989 cambiaron el nombre del pa¨ªs de Uni¨®n de Birmania a Uni¨®n de Myanmar -supuestamente para integrar a todas las etnias porque solo el 68% de la poblaci¨®n pertenece a la birmana y el resto son shan, karen y otras minor¨ªas-, han preparado la era civil con una serie de cambios identitarios. Desde septiembre pasado, el nombre oficial es Rep¨²blica de la Uni¨®n de Myanmar y la bandera y el himno nacional tambi¨¦n han sido modificados.

El presidente, que ser¨¢ un civil elegido por un colegio de senadores y diputados, elegir¨¢ a los ministros, al fiscal general y al juez supremo y, lo que es m¨¢s importante, al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Este ¨²ltimo ser¨¢ quien gobierne el pa¨ªs si se declara el estado de emergencia, y en caso de "desintegraci¨®n de la Uni¨®n, desintegraci¨®n de la solidaridad nacional o perdida de soberan¨ªa" podr¨¢ gobernar no solo por encima del Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial, sino tambi¨¦n sin el respaldo del jefe del Estado.

Precisamente por la situaci¨®n estrat¨¦gica de Myanmar, tanto sus vecinos como sus socios de la Asociaci¨®n de Naciones del Sudeste Asi¨¢tico conf¨ªan en que este proceso electoral sirva para estabilizar el pa¨ªs.