La cara del asesino, en la c¨¢mara del asesinado

Lo ocurrido en Manila da para un taquillazo de dos horas protagonizado por Denzel Washington o Matt Damon. Reynaldo Dagsa, un concejal filipino, retrataba a la familia durante la celebraci¨®n de la ruidosa Nochevieja filipina a las puertas de su casa en la localidad de Caloocan, un suburbio de Manila. No pod¨ªa sospechar que ¨¦sta iba a ser la ¨²ltima foto que tomar¨ªa en su vida antes de morir tiroteado y que, en una esquina de la imagen, se iba a colar el inquietante retrato de su asesino. Cuando Reynaldo Dagsa apret¨® el disparador de la c¨¢mara, el criminal hizo lo mismo con el gatillo de su pistola. La imagen retrata as¨ª el instante previo a su propia muerte.

En la foto, seg¨²n cuenta la prensa de Filipinas -es portada del Philippine Daily Inquirer y as¨ª lo recoge el de mayor tirada, el Manilla Bulletin- se ve en primer plano a la suegra, a la mujer y a una hija de Dagsa, que sonr¨ªen apoyadas en un coche color champagne con las luces encendidas sin advertir lo que ocurr¨ªa a sus espaldas. En el fondo de la imagen aparece con toda nitidez un hombre joven, identificado como Michael Gonzales, que apunta en direcci¨®n a la c¨¢mara con un rev¨®lver del calibre 45. Gonzales, cuya cara est¨¢ algo oscurecida por el arma, se apoya en el propio coche de la v¨ªctima para disparar. Adem¨¢s, seg¨²n la polic¨ªa, el joven de la camiseta de tirantes que aparece en la esquina derecha tambi¨¦n est¨¢ implicado: es el observador del asesino. Al tiempo que tomaba la foto, Dagsa recibi¨® varios impactos de bala en el pecho y en el brazo y falleci¨® al llegar al hospital a causa de la gravedad de las heridas.

En venganza

"Cuando estaba tomando la foto de su familia en Nochevieja, el asesino apareci¨® y sin darse cuenta tom¨® la foto del asesino con la pistola apuntando hacia ¨¦l", ha explicado el jefe de polic¨ªa local Jude Santos la agencia de noticias AFP. La instant¨¢nea, en la que se ve al sicario con una gorra puesta del rev¨¦s, fue entregada por los familiares de la v¨ªctima a la polic¨ªa, que sin mucho problema detuvo dos d¨ªas despu¨¦s al pistolero en otro suburbio de la capital filipina y a su c¨®mplice, Rommel Oliva, tambi¨¦n en los alrededores de Manila pero en otra operaci¨®n. En la copia de la fotograf¨ªa entregada a los medios se ha tapado la cara de los familiares, que ahora temen represalias. La violencia armada es una plaga en Filipinas, donde es f¨¢cil hacerse con un arma tanto en el mercado legal como en el negro.

Tras los arrestos de ayer, Santos ha informado de que se busca a un tercer implicado, Francis Bumjal, otro oteador que estaba tambi¨¦n en la escena del crimen pero que no lleg¨® a salir en la instant¨¢nea. Santos ha precisado tambi¨¦n que la venganza es el m¨®vil del crimen: el principal sospechoso es un ladr¨®n de coches que se encontraba en libertad bajo fianza y fue el propio Dagsa el que orden¨® su detenci¨®n el a?o pasado. ?Lleg¨® el concejal a advertir lo que estaba sucediendo, llev¨® a ver a su asesino y a reconocerle?

Su familia apenas ha aportado datos al respecto. Han contado que Dagsa les pidi¨® que le despertaran antes de las campanadas para salir a la calle y disfrutar de la llegada del A?o Nuevo, que en Filipinas se celebra con un aluvi¨®n de petardos. De hecho, ellos no oyeron los disparos, que se camuflaron con el estruendo de los petardos. Solo vieron como el hombre ca¨ªa al suelo herido de muerte. Lo llevaron todo lo r¨¢pido que pudieron al hospital, pero fue demasiado tarde. Un familiar cercano ha descrito a la v¨ªctima en el Inquirer como un hombre "trabajador" y "de buen coraz¨®n" al que "no se le conoc¨ªan enemigos". Pero los ten¨ªa.