Obama asume que necesita el voto hispano
El presidente respalda en Puerto Rico el derecho de la isla a decidir su futuro.- La comunidad latina que vive en Estados Unidos ser¨¢ decisiva en las elecciones de 2012
En un esfuerzo por ganar el respaldo de los m¨¢s de cuatro millones de puertorrique?os autorizados a votar en las elecciones presidenciales, Barack Obama apoy¨® ayer el derecho de Puerto Rico a decidir libremente su futuro y destac¨® la inclusi¨®n de la comunidad hispana en el conjunto de las culturas y valores que definen Estados Unidos. Hac¨ªa 50 a?os que un presidente no se acercaba, f¨ªsica y emocionalmente, a esta isla de significado tan simb¨®lico en la historia norteamericana.
Visitar Puerto Rico es, primero, el reconocimiento de que ese territorio, pese a su particularidad de Estado Libre Asociado, forma parte del proyecto com¨²n de esta naci¨®n, al que pertenecen plenamente los puertorrique?os que viven dentro de EE UU. "He prometido incluir a Puerto Rico, no solo en mi itinerario, sino tambi¨¦n en mi visi¨®n sobre ad¨®nde tiene que ir este pa¨ªs", dijo Obama en su discurso de ayer.
Cuatro millones de puertorrique?os tiene derecho a votar en EE UU
Incorporar a Puerto Rico significa interesarse por sus problemas inmediatos -el paro, la educaci¨®n o la sanidad, en peores condiciones que en EE UU- y, fundamentalmente, resolver el problema sobre su estatus. Despu¨¦s del refer¨¦ndum de 1967 en el que se apoy¨® el Estado Libre Asociado, los puertorrique?os han votado dos veces m¨¢s, la ¨²ltima en 1998, y en ninguna de ellas volvi¨® a haber una mayor¨ªa a favor de esa f¨®rmula. En ninguno de los referendos exist¨ªa tampoco el compromiso del Gobierno de Washington de aceptar el resultado. Todos los intentos de Puerto Rico de pronunciarse de nuevo se estrellaron durante estos a?os con la Casa Blanca y el Congreso.
El grupo de trabajo formado por Obama sobre este asunto recomend¨® el pasado mes de marzo la celebraci¨®n de un nuevo refer¨¦ndum en dos fases para decidir de forma clara la situaci¨®n legal de Puerto Rico. El presidente apoy¨® ayer esa recomendaci¨®n "para que los residentes de la isla puedan determinar su propio futuro" y, m¨¢s importante a¨²n, anunci¨® que su Administraci¨®n "respaldar¨¢ la decisi¨®n que se tome".
Aunque el Congreso tiene ahora que pronunciarse sobre esta nueva consulta popular, lo que no es una misi¨®n sencilla, se abre aqu¨ª una gran oportunidad de resolver definitivamente un debate que ha consumido las energ¨ªas de los puertorrique?os desde que EE UU invadi¨® la isla durante la guerra con Espa?a en 1889.
Pero la visita a Puerto Rico tiene, adem¨¢s, una dimensi¨®n nacional. Como ha asegurado la congresista de California Loretta S¨¢nchez, "este viaje es un mensaje para todos los hispanos". Obama dijo ayer que "los boricuas [el nombre por el que se conoce popularmente a los puertorrique?os] han ayudado a escribir la historia norteamericana". "Su disposici¨®n a servir a la naci¨®n, su disposici¨®n al sacrificio es tan americano como el pastel de manzana o como el arroz con gandules [la versi¨®n local de la paella]".
Los puertorrique?os, en efecto, han sido parte fundamental del Ej¨¦rcito estadounidense desde la guerra de Vietnam hasta la de Afganist¨¢n. Han sido adem¨¢s durante d¨¦cadas un sector clave del electorado en Nueva York y otros estados del Este. Y ahora son tambi¨¦n un grupo de votantes decisivos en otras regiones, hacia las que se han expandido huyendo de los problemas econ¨®micos de la isla, como Georgia, Pensilvania y, fundamentalmente, Florida, donde ya viven cerca de un mill¨®n de puertorrique?os.
La poblaci¨®n de Puerto Rico no tiene derecho al voto mientras reside en la isla, pero s¨ª cuando se traslada al territorio norteamericano. En los 10 ¨²ltimos a?os se ha multiplicado el n¨²mero de los que lo han hecho, y ya son m¨¢s los puertorrique?os que viven en EE UU que los que permanecen en su tierra de origen.
Su participaci¨®n electoral, por tanto, va a ser decisiva en 2012 en Florida, un Estado que Obama gan¨® con un 2% de ventaja en 2008 y que necesita volver a ganar para conseguir la reelecci¨®n. Se espera que, como suele ocurrir, el resultado en Florida se decida por un pu?ado de votos, lo que hace imprescindible que los dem¨®cratas consigan llevar a las urnas al mayor n¨²mero de puertorrique?os posible, puesto que la otra gran comunidad hispana del Estado, los cubanos, no est¨¢n muy contentos con la pol¨ªtica de Obama hacia Cuba.
En cierta medida, llevar a los puertorrique?os a votar es equivalente a llevar al resto de los hispanos. El mensaje de inclusi¨®n que ayer transmiti¨® Obama a Puerto Rico es v¨¢lido para todo un grupo de electores que habla espa?ol y que no acaba de estar satisfecho con la gesti¨®n del presidente. Un 60% de esos votantes se pronuncia por reelegirlo, pero es necesario un apoyo m¨¢s entusiasta para inclinar la balanza a favor de los dem¨®cratas, no solo en Florida, sino tambi¨¦n en Nueva Jersey o Illinois. Los hispanos est¨¢n frustrados por el hecho de que Obama haya incumplido su promesa de presentar una ley de reforma migratoria en sus dos primeros a?os de presidencia, pero no encuentran por ahora entre los candidatos republicanos alguien que les ofrezca m¨¢s confianza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.