La defensa de Assange incide en que todo fue sexo consentido
El editor australiano comparece ante el Tribunal Superior de Londres para oponerse a su extradici¨®n y alega que la orden de arresto no es v¨¢lida
La orden de arresto internacional que condujo a la detenci¨®n de Julian Assange en diciembre no se ajusta a los hechos, no se corresponde con el relato de Miss A. y Miss W. en comisar¨ªa, no es v¨¢lida. Este fue uno de los argumentos clave de la defensa del fundador de WikiLeaks, ayer en Londres, en la primera sesi¨®n para examinar su recurso ante la orden de extradici¨®n a Suecia. La jornada depar¨® un relato de detalles un tanto escabrosos: la defensa de Assange quiso dejar claro que una cosa es lo que ocurri¨® (seg¨²n las propias denunciantes) y otra lo que la orden de arresto emitida desde Suecia refleja.
El editor australiano se enfrenta a tres denuncias por agresi¨®n sexual y una por violaci¨®n leve.
Los abogados de Assange incidieron, una y otra vez, en que los cuatro episodios en los que se basan las cuatro denuncias fueron de sexo consentido. Pero en las leyes suecas, explicaron, la cuesti¨®n del consentimiento no es clave, como lo es en las leyes brit¨¢nicas. "Si las circunstancias se hubieran producido en Londres, no habr¨ªa delito", enfatiz¨® el sobrio pero incisivo abogado Ben Emmerson, del equipo de la legendaria Gareth Peirce.
Emmerson declar¨® que la orden de arresto contra Assange no es correcta y que resulta "sorprendente y preocupante" que los jueces de distrito suecos que solicitaron su extradici¨®n pudieran haber sido conducidos a conclusiones err¨®neas. Las alusiones a la violencia que se desprenden de la orden de arresto internacional, sostuvo, no se corresponden con los hechos.
El nuevo equipo legal de Assange cambi¨® el tono de la defensa. Abord¨® m¨²ltiples cuestiones t¨¦cnicas, de procedimiento. Y mostr¨® un perfil conciliador. Emmerson, experto en procesos ligados a la defensa de derechos humanos, insisti¨® en que en ning¨²n caso querr¨ªa denigrar a las denunciantes, ni trivializar el episodio. Dio entender que la conducta de Assange pudo ser "poco respetuosa, ausente de cortes¨ªa" o "perturbadora", pero que eso no significa que cometiera un delito.
Emmerson intent¨® desmontar ante el tribunal el cuarto cargo, el m¨¢s grave, el que podr¨ªa conducir a Assange a cuatro a?os de prisi¨®n. Recurri¨® a la declaraci¨®n de Miss W. en comisar¨ªa para desmontar la idea de que se tratara de una violaci¨®n. Este fue su relato: Miss W. est¨¢ medio dormida despu¨¦s de una noche en que ya ha tenido tres encuentros sexuales con Assange en su apartamento; el australiano la penetra sin protecci¨®n mientras ella est¨¢ "medio dormida", seg¨²n dice la defensa que asumi¨® la propia Miss W; cuando ella se da cuenta le pregunta si se ha puesto cond¨®n, ¨¦l le dice que no, ella le responde que espera que al menos no tenga el VIH, pero le deja continuar hasta que ¨¦l eyacula. Este es uno de los puntos clave para la defensa: Miss W. le dej¨® continuar. "Luego se arrepinti¨® de haberlo hecho", enfatiz¨® Emmerson. "Esta es la verdad de la circunstancias de los incidentes".
Emmerson desgran¨® cada uno de los cuatro episodios para intentar demostrar que no ser¨ªan delito en suelo brit¨¢nico. Recurri¨® a detalles para evidenciar que fueron episodios de sexo consentido. De hecho, con respecto a la denuncia de Miss A., enfatiz¨® que el estudio al que invit¨® a Assange a pasar sus d¨ªas en Estocolmo solo ten¨ªa una cama sencilla.
La orden de arresto internacional no describe adecuadamente la conducta de Assange, por lo que la decisi¨®n del juez Riddle de conceder la extradici¨®n el pasado el pasado mes de febrero est¨¢ basada en un relato inadecuado, sostiene la defensa.
Adem¨¢s, el equipo de abogados intent¨® socavar la decisi¨®n de extraditar a Assange arguyendo que la sospecha no es suficiente para extraditar a una persona: Assange es reclamado en Suecia para ser interrogado. Sostienen que la orden de arresto solo puede ser emitida para alguien que est¨¢ acusado de un delito.
La defensa intenta demostrar que la justicia brit¨¢nica no debe conceder autom¨¢ticamente la extradici¨®n considerando que son delitos equiparables a los de su legislaci¨®n. Que debe entrar a valorar en profundidad los hechos para dar por buena la orden emitida por Suecia que, se?alan, se basa en un testimonio de parte.
Ma?ana le llegar¨¢ el turno a la implacable fiscal Clare Montgomery, que defender¨¢ la necesidad de conceder la extradici¨®n.
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