EE UU entra en quiebra pol¨ªtica
La incapacidad de los dem¨®cratas y los republicanos pone al pa¨ªs al borde de la suspensi¨®n de pagos y al mundo ante un periodo de incertidumbre econ¨®mica
Estados Unidos est¨¢ a punto de sumergir al mundo en un grave periodo de incertidumbre econ¨®mica por culpa de la ingobernabilidad en la que ha entrado su sistema pol¨ªtico. Ambas c¨¢maras del Congreso se muestran incapaces de sacar adelante una ley que evite la suspensi¨®n de pagos, ninguno de los dos partidos ofrece una alternativa v¨¢lida para el otro y, aunque Barack Obama ha pedido urgentemente una soluci¨®n bipartidista, ¨¦l mismo no dispone de los instrumentos y el liderazgo suficiente como para imponerla.
El pa¨ªs se encuentra, como consecuencia, a la espera de un milagro que le salve del cataclismo que puede representar una quiebra de la potencia que domina la econom¨ªa mundial. Ese milagro tiene que llegar antes del 2 de agosto en la forma de un acuerdo parlamentario.
Tanto republicanos como dem¨®cratas dicen ser conscientes de la trascendencia de este momento. Por si acaso, el anuncio de un modesto crecimiento del 1,3% ha venido a recordar a todos que est¨¢ en juego, entre otras cosas, el riesgo de una nueva recesi¨®n. "Estamos en un momento muy fr¨¢gil de la econom¨ªa mundial y no podemos permitirnos hacer nada que dificulte nuestra recuperaci¨®n", ha advertido el jefe del consejo de asesores econ¨®micos de la Casa Blanca, Austan Goolsbee.
En este caso, la amenaza a la econom¨ªa viene por el lado de la pol¨ªtica. Como ha dicho Obama, "hay muchas crisis en el mundo que no somos capaces de evitar, huracanes, terremotos, tornados, ataques terroristas..., esta no es una de esas crisis". Esta es una crisis achacable a la incapacidad de la clase pol¨ªtica de EE UU.
Distintos intentos de soluci¨®n siguen en marcha, pero ninguno con buenas perspectivas. Despu¨¦s del fracaso del jueves por la noche, el presidente de la C¨¢mara de Representantes, John Boehner, trata de nuevo de sacar adelante, con m¨¢s concesiones a la extrema derecha, una ley para permitir que el Gobierno aumente su endeudamiento para cumplir con sus pagos hasta final de a?o. Pero esta es una iniciativa que, en el caso de consumarse, nace ya muy debilitada por el obstruccionismo manifestado por el Tea Party y el rechazo anunciado por la Casa Blanca y los dem¨®cratas, que controlan el Senado.
"Es un plan que nos obligar¨ªa a revivir esta crisis dentro de unos pocos meses, manteniendo de nuevo a la econom¨ªa cautiva de los pol¨ªticos en Washington. En otras palabras, no soluciona los problemas y no tiene oportunidad de convertirse en ley", ha declarado Obama.
Corresponde, pues, a los dem¨®cratas ofrecer una alternativa m¨¢s viable, pero estos tampoco parecen tenerla. El l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, ha anunciado una ley que recorta una cantidad del gasto p¨²blico similar al proyecto de Boehner ?m¨¢s un bill¨®n de d¨®lares de las guerras de Irak y Afganist¨¢n que ya est¨¢, en realidad descontado? y eleva el techo de deuda hasta finales de 2012. "Hay demasiado en juego como para perder un solo minuto m¨¢s, el ¨²ltimo tren est¨¢ saliendo de la estaci¨®n", ha dicho Reid.
Esta propuesta, sin embargo, no ha encontrado hasta ahora el respaldo de los senadores republicanos, que son suficientes como para impedir que sea incluso votada por el pleno. Los dem¨®cratas necesitan el apoyo al menos de siete esca?os de la oposici¨®n para aprobar el texto de su l¨ªder.
Solo queda, por tanto, la opci¨®n de un pacto bipartidista, para lo que los dem¨®cratas deber¨ªan de hacer concesiones que, probablemente, les privar¨ªa del apoyo de la izquierda, y los republicanos se ver¨ªan, seguramente, obligados a romper con el Tea Party en la C¨¢mara de Representantes. Ese pacto tendr¨ªa que establecerse sobre la base de una extensi¨®n del techo de deuda hasta despu¨¦s de las elecciones a cambio de un mayor recorte del d¨¦ficit, por supuesto sin elevar los impuestos, algo a la que ya han renunciado los dem¨®cratas.
Ser¨ªa, por decirlo as¨ª, el pacto de los moderados. Los hay suficientes en ambas C¨¢maras como para poner fin a esta crisis. Pero eso exige una actitud muy decidida de parte de los dos partidos, especialmente de los republicanos, algo que no se contempla en absoluto en estos momentos.
Boehner ha perdido fuerza para conducir ese proceso. Reid nunca ha tenido demasiada. Los puestos de ambos van a estar seriamente en entredicho cuando esta crisis finalice. En cuanto a Obama, su posici¨®n es m¨¢s dif¨ªcil a¨²n. Despu¨¦s de varias semanas de esfuerzos personales que concluyeron, sin frutos, en el discurso auto exculpativo del lunes pasado. Despu¨¦s, ha tratado de protegerse en el hecho cierto de que la responsabilidad de elevar el techo de deuda corresponde exclusivamente al Congreso para tratar de quedar relativamente al margen de la situaci¨®n.
Misi¨®n imposible. El p¨¦simo espect¨¢culo que Washington ofrece a la naci¨®n afecta decisivamente a la imagen del presidente, el m¨¢ximo s¨ªmbolo de la pol¨ªtica, cuya popularidad ha alcanzado este viernes en el sondeo diario de Gallup el m¨ªnimo hist¨®rico del 40%.
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