Los amigos espa?oles del ¡°doctor en odio¡±
El cl¨¦rigo excarcelado en Reino Unido recibi¨® dinero durante a?os de los miembros de la c¨¦lula liderada en Madrid por Imad Eddin Barakat
La cohorte de influyentes amigos y estrechos colaboradores de Abu Qutada en Espa?a, el icono de Al Qaeda en Europa que las autoridades del Reino Unido pusieron ayer en libertad, es larga y significativa. La mayor¨ªa est¨¢n en prisi¨®n, otros huidos o desaparecidos despu¨¦s de haber sido capturados por agentes de la CIA y arrojados a sus agujeros negros y c¨¢rceles secretas.
El cl¨¦rigo palestino residente en Londres cuyas fetuas autorizaban el asesinato de mujeres y ni?os en favor de la yihad global recibi¨® dinero durante a?os de los miembros de la c¨¦lula liderada en Madrid por Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, un sirio nacionalizado espa?ol, de 44 a?os, condenado a 12 a?os de prisi¨®n y uno de los fundadores del movimiento yihadista en Espa?a. La ayuda sirvi¨® para la edici¨®n de libros y revistas en el que el venerado im¨¢n de los autores del 11-S expon¨ªa sus ataques a Occidente. Abu Dahdah visitaba con frecuencia a Qutada en su casa londinense y se alojaba all¨ª con su mujer e hijos. Cuando la polic¨ªa brit¨¢nica detuvo a Qutada y registr¨® su domicilio encontr¨® el pasaporte de su amigo.
El espa?ol que m¨¢s cerca ha estado de Qutada, jefe de los takfir, siniestro y selecto club del odio, fue sin duda Mustaf¨¢ Setmarian, de 52 a?os, otro sirio nacionalizado espa?ol y casado con una madrile?a y padre de cuatro hijos. Despu¨¦s de vivir en Madrid y Granada trabajando en mercadillos donde vend¨ªa ropa usada y objetos ¨¢rabes, Setmarian se traslad¨® con su esposa a Londres y trabaj¨® con el barbudo Qutada durante a?os. Compart¨ªan la misma oficina y la direcci¨®n de la revista del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), el cl¨¦rigo radical como director y el pelirrojo Setmarian como redactor jefe.
La casa de Qutada y la de Setmarian fueron centro de reuniones y visitas en las que ambos anfitriones reunieron durante a?os a los m¨¢s granado del movimiento yihadista europeo. Cuando la polic¨ªa brit¨¢nica comenz¨® a molestar a Mustaf¨¢ este se traslad¨® con su familia a Afganist¨¢n donde trabaj¨® a las ¨®rdenes del mula Omar en el ministerio de Defensa talib¨¢n y alcanz¨® la cima de Al Qaeda. Cerca de Kabul cre¨® su propio campo de entrenamiento terrorista para ¡°los hermanos¡± sirios y huy¨® junto a Osama Bin Laden a las cuevas de Tora Bora en el oto?o de 2001 cuando las tropas de EE UU invadieron Afganist¨¢n tras los ataques del 11-S.
All¨ª, seg¨²n el mismo ha revelado, el jefe de Al Qaeda le encarg¨® una misi¨®n: la nueva yihad, la guerra qu¨ªmica y bacteriol¨®gica, la creaci¨®n de la bomba sucia, una bomba nuclear casera con la que realizar el ataque m¨¢s da?ino contra EE UU y sus aliados. En 2005 Setmarian fue detenido en Pakist¨¢n y entregado a cambio de una recompensa a EE UU. Desde entonces est¨¢ desaparecido. El PA?S revel¨® documentos secretos del Departamento de Defensa de EE UU elaborados en Guant¨¢namo donde se asegura que fue ¡°trasferido a Siria¡±.
Las autoridades no han respondido a los requerimientos de la justicia espa?ola que busca al amigo de Qutada ya que fue imputado por el juez Baltasar Garz¨®n tras una larga investigaci¨®n de cinco a?os en la que se descubrieron las inquietantes relaciones del cl¨¦rigo palestino y los miembros de la c¨¦lula espa?ola que dirig¨ªa Abu Dahdah. Una web siria asegura que Setmarian fue puesto en libertad en diciembre, pero Helena Moreno, su esposa, lo niega: ¡°Ni yo ni su familia en Siria tenemos la m¨¢s m¨ªnima noticia fiable de su supuesta liberaci¨®n. Es una tortura tener a tu marido secuestrado y desaparecido durante seis a?os, pero todav¨ªa peor que se difunda sin ninguna prueba que ha sido puesto en libertad. Nadie sabe lo que estamos sufriendo¡±.
Espa?a pidi¨® en 2003 la extradici¨®n de Qutada, pero el Reino Unido la deneg¨®. Jordania, el pa¨ªs natal del im¨¢n, en el que fue condenado por rebeld¨ªa por participar en dos conspiraciones terroristas en 1999 y 2000, tambi¨¦n lo reclama sin ¨¦xito. Estrasburgo consider¨® que all¨ª no ser¨ªa juzgado con las suficientes garant¨ªas.
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