Lise London, la ¨²ltima brigadista internacional
La revolucionaria y luchadora espa?ola contra el fascismo del siglo XX muere a los 96 a?os en Par¨ªs
Antes de despedirme de Lise London a finales del pasado mes de noviembre en la buc¨®lica cl¨ªnica para v¨ªctimas del nazismo a las afueras de Par¨ªs, donde se encontraba internada ya muy enferma a sus 96 a?os, tras pasar toda una tarde con ella, le pregunt¨¦ si hab¨ªa valido la pena toda su lucha. El sufrimiento, la tortura y la c¨¢rcel que le provocaron su batalla contra el fascismo durante la Guerra Civil espa?ola junto a las Brigadas Internacionales, en la resistencia contra Hitler en Francia, en los campos de exterminio nazis y en la oposici¨®n al estalinismo; parir a sus hijos en la c¨¢rcel, ser deportada, condenada a muerte y apartada durante a?os de su marido por el r¨¦gimen estalinista checo. Se incorpor¨® de golpe de su cama hospitalaria, se ech¨® la mano en el coraz¨®n, me mir¨® con esos ojos de eterna adolescente y le brotaron de muy dentro sus ancestros aragoneses en un espa?ol con acento franc¨¦s: ¡°?Por supuesto que vali¨® la pena; combatimos por la libertad de Europa! ?Vali¨® la pena!¡±
Lise London, fallecida el 31 de marzo, era la ¨²ltima brigadista internacional; la ¨²ltima mujer entre los 35.000 voluntarios de todo el mundo que llegaron a Espa?a en el oto?o de 1936 para luchar durante m¨¢s de dos a?os contra Franco en los frentes de Madrid, Jarama, Guadalajara, Brunete, Teruel y el Ebro. Artur London, intelectual comunista, veterano de las Brigadas, esposo, camarada de partido y padre de los tres hijos de Lise, dar¨ªa la clave de aquella gesta heroica: ¡°En Madrid, el checo iba a luchar por Praga; el franc¨¦s, por Par¨ªs; el austriaco, por Viena; el alem¨¢n por liberar su pa¨ªs de Hitler y el italiano por expulsar a Mussolini de su pa¨ªs¡±. Un tercio de aquellos rom¨¢nticos que se enfrentaron a Franco cuando todo parec¨ªa perdido para la Rep¨²blica e hicieron inmortal el grito de ¡°?No pasar¨¢n!", reposa en Espa?a en tumbas sin nombre. Muchos iniciaron malheridos la retirada de la derrota a finales de 1938 y murieron en campos de concentraci¨®n franceses. Los que sobrevivieron, entre ellos Lise y Artur, formaron una estrecha comunidad de sangre que nunca nadie logr¨® romper y que junto a los republicanos espa?oles exiliados siguieron enfrent¨¢ndose a Hitler hasta el final de la contienda; fueron los primeros en liberar Par¨ªs con las armas en la mano.
Lise era hija de espa?oles, naci¨® como Elisa Ricol en un pueblo minero franc¨¦s. Los Ricol representaban el prototipo del proletariado de comienzos del siglo XX: pobres, analfabetos, desertores del campesinado y emigrantes. El viejo Ricol era un picador que arrastraba la silicosis y militaba en sindicatos comunistas. Lise naci¨® en 1916. De ni?a vend¨ªa helados por las calles. A los 15 a?os ingres¨® en las Juventudes Comunistas. Era una revolucionaria profesional. Una fuerza de la naturaleza; una mujer valiente que conoci¨® y trat¨® a Stalin, Tito, Pasionaria y Ho Chi Minh. En Mosc¨², donde hab¨ªa sido fichada por la Internacional, se enamor¨® de Artur London, un joven comunista de 19 a?os; alto, guapo, elegante y tuberculoso; un intelectual checo de origen jud¨ªo que contrapon¨ªa al ¨ªmpetu descarnado de Lise un car¨¢cter calmado y reflexivo. Juntos recorrer¨ªan medio siglo convulso de la historia de Europa, del Albacete de la Guerra Civil al Par¨ªs ocupado; de los campos nazis a la Praga que se bat¨ªa por la libertad en los cincuenta. Nunca se rindieron.
Santiago Carrillo y Lise London se conocieron durante aquellos d¨ªas terribles de finales de 1936 con el Ej¨¦rcito de Franco a un tiro de piedra de Madrid. Era el bautismo de fuego de la joven revolucionaria, embarazada de su primer hijo, que perder¨ªa. En aquel Madrid de pesadilla se iba a enfrentar sin pesta?ear a los tableteos de las ametralladoras y los bombardeos sobre la poblaci¨®n civil en la Ciudad Universitaria; ser¨ªa testigo de los miles de mujeres y ni?os refugiados en las estaciones de metro y sentir¨ªa las balas silbando sobre su cabeza en la Universitaria; cuando se despidi¨® de Carrillo, este le regal¨® un Quijote encuadernado en cuero que Lise ha conservado hasta el final de su vida. Su amistad ha resistido 75 a?os. Hoy Carrillo est¨¢ un poco m¨¢s solo y un poco m¨¢s triste. Y la historia un poco m¨¢s hu¨¦rfana.
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