La pol¨¦mica sobre Akin lleva el aborto al centro de la campa?a electoral en EE UU
El Partido Republicano presenta una propuesta de prohibici¨®n total del aborto que ser¨¢ aprobada en la Convenci¨®n de Tampa
Sacudido por la inesperada pol¨¦mica desatada por el congresista Todd Akin y su controvertido concepto de la violaci¨®n, el Partido Republicano ha incluido en la plataforma electoral que ser¨¢ aprobada la pr¨®xima semana en su Convenci¨®n de Tampa una propuesta de prohibici¨®n total del aborto, sin excepciones por violaci¨®n, incesto o peligro de la vida de la madre.
La propuesta, que fue aceptada un¨¢nimemente por el comit¨¦ que prepara la Convenci¨®n, es id¨¦ntica a las que fueron aprobadas, tambi¨¦n solicitando la prohibici¨®n constitucional sin excepciones, en las dos ¨²ltimas convenciones republicanas, en 2004 y en 2008. La diferencia en esta ocasi¨®n es que las declaraciones de Akin han colocado el asunto del aborto y los derechos de las mujeres en el primer plano de la campa?a.
El Partido Dem¨®crata ha tomado las declaraciones de Akin sobre las "violaciones leg¨ªtimas¡± y la reducci¨®n dr¨¢stica del margen en el que una mujer puede considerarse sexualmente asaltada como una prueba de cu¨¢l es la posici¨®n de los republicanos respecto a la protecci¨®n de las mujeres. Algunos dirigentes dem¨®cratas han dicho que Akin se ha atrevido a decir lo que la mayor¨ªa de su partido piensa. ¡°Si esto no es una guerra contra las mujeres, yo no s¨¦ qu¨¦ es¡±, ha manifestado la senadora dem¨®crata Barbara Mikulski, una de las m¨¢s activas defensoras en el Capitolio de los derechos de las mujeres.
Consciente del peligro que este caso representa en sus aspiraciones de victoria en noviembre, el Partido Republicano ha pedido pr¨¢cticamente en bloque la retirada de Akin, actualmente miembro de la C¨¢mara de Representantes, de su campa?a para senador por el Estado de Misuri, pero el congresista se resiste a satisfacer lo que considera una actuaci¨®n hip¨®crita y oportunista de sus compa?eros. Se le ha negado igualmente la participaci¨®n en la Convenci¨®n de Tampa.
Tambi¨¦n el candidato presidencial, Mitt Romney, y su aspirante a la vicepresidencia, Paul Ryan, hacen esfuerzos por marcar distancias con Akin. ¡°Romney y Ryan est¨¢n en desacuerdo con la declaraci¨®n de Akin y una Administraci¨®n Romney-Ryan no se opondr¨ªa al aborto en caso de violaci¨®n¡±, afirma la nota oficial hecha p¨²blica por la campa?a republicana.
Los temores a que un cambio de Gobierno en Washington propicie una pol¨ªtica extremista contra el aborto no se despejan simplemente con una nota oficial
Pero los temores a que un cambio de Gobierno en Washington propicie una pol¨ªtica extremista contra el aborto no se despejan simplemente con una nota oficial. Akin y Ryan tienen una larga historia de colaboraci¨®n en el aborto. Hasta 20 veces han votado juntos sobre esa materia desde que ambos est¨¢n en el Congreso, seg¨²n el recuento hecho por medios de comunicaci¨®n. Akin y Ryan eran patrocinadores de la propuesta que este a?o fue aprobada en la C¨¢mara en la que se inclu¨ªa el concepto de ¡°violaciones forzadas¡± como excepci¨®n para el aborto, lo que claramente deja abierta la posibilidad de que existan otro tipo de violaciones no forzadas. En diversas ocasiones los detractores del aborto se han quejado de que algunas mujeres denuncian una violaci¨®n falsa para poder abortar.
Romney est¨¢ algo m¨¢s a salvo de esta pol¨¦mica. Su posici¨®n siempre ha sido la de la iglesia mormona, a la que pertenece: rechazo al aborto con la excepci¨®n de violaci¨®n, incesto o peligro de la vida de la madre. Su problema en este caso, como en otros, es m¨¢s bien el de la volatilidad de su postura, puesto que en el pasado, cuando se jugaba su puesto en el progresista Estado de Massachusetts, mostr¨® una posici¨®n mucho m¨¢s tolerante respecto al aborto.
Los dem¨®cratas van a insistir en este debate porque saben que puede ser capital: no solo ahuyenta de los republicanos a las mujeres, sino que pone en evidencia el radicalismo de la lista opositora. Alrededor de un 75% de los norteamericanos, seg¨²n encuestas recientes de Gallup, favorecen el aborto en caso de violaci¨®n.
La Convenci¨®n de Tampa ser¨ªa el lugar perfecto para que Romney espantara esos temores. Pero, al mismo tiempo, como demuestra la plataforma electoral que ser¨¢ aprobada, la convenci¨®n est¨¢ ya en manos de los extremistas. El presidente del comit¨¦ que elabora esa plataforma es el gobernador de Virginia, Bob McDonnell, precisamente el hombre que quiso obligar a las mujeres a someterse antes de un aborto a una ecograf¨ªa interna y a escuchar el sonido del feto.
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