Holanda entierra el populismo y busca estabilidad para superar la crisis

Apremiada por la crisis, Holanda ha enterrado el populismo y ha dado un giro hacia el centro pol¨ªtico. La apretada victoria de los liberales de derecha sobre la socialdemocracia en las elecciones del mi¨¦rcoles, muestra la b¨²squeda de estabilidad de un electorado cansado de enfrentamientos. A pesar de que ambos partidos defienden programas sociales diferentes, su buena sinton¨ªa en el marco europeo puede facilitar la formaci¨®n de una coalici¨®n. El liberal Mark Rutte, partidario de la disciplina fiscal, ser¨¢ de nuevo primer ministro tras su dimisi¨®n, el pasado mes de abril, al perder el apoyo de la extrema derecha, un trago que no ha olvidado. Por su parte, el socialdem¨®crata Diederik Samsom irrumpe en la alta pol¨ªtica deseoso de dar al pa¨ªs "una cara m¨¢s social". Con 41 y 39 esca?os, respectivamente, juntos tienen mayor¨ªa en un Parlamento de 150. Por separado resultar¨¢ dif¨ªcil formar Gobierno.

Aunque su capacidad para el pacto ir¨¢ vi¨¦ndose en las pr¨®ximas semanas, Rutte explora ya a las dem¨¢s fuerzas en busca de posibles coaliciones. La presidenta del Congreso saliente, la socialdem¨®crata Gerdi Verbeet, hizo ayer una primera ronda de llamadas a todos los partidos. Es preciso dar sensaci¨®n de transparencia ahora que la reina Beatriz ha dejado de participar en el proceso de formaci¨®n del Gabinete. En nombre de la democracia m¨¢s directa, el informador (que prepara las discusiones) y el formador (que media entre los grupos) ser¨¢n nombrados por el Parlamento.

En cuanto Rutte se siente con Samsom, comprobar¨¢ el margen de maniobra de que disponen. El hueso es la pol¨ªtica nacional, con tres frentes abiertos: los recortes sanitarios, la reforma del mercado de viviendas y la subida de la pensiones. Holanda firm¨® el pacto de estabilidad europeo para contener el d¨¦ficit por debajo del 3%. Las cuentas deben cuadrar dentro y tal vez se precise otro ajuste de envergadura. Ser¨ªa el tercero tras los 18.000 millones de euros recortados en 2010 y los 16.000 pactados este mismo a?o.

La noche electoral del mi¨¦rcoles abri¨® un panorama inesperado, con dos grandes partidos fuertes y otros desarbolados. Geert Wilders, paralizado casi por la derrota, no pudo evitar emocionarse y enjug¨® alguna l¨¢grima. Su verbo ¨¢cido y las llamadas a salir de la UE por las malas han sido contraproducentes. Desde 2006, ha planeado sobre la pol¨ªtica nacional con diverso grado de influencia. Lleg¨® a ser el tercer grupo, apoyaba al Gobierno sin desgaste personal y manejaba a su gusto el ministerio de Inmigraci¨®n. Ahora es uno m¨¢s en el Parlamento.