El eje franco-alem¨¢n destapa sus miserias
La ¨²ltima cumbre europea dej¨® al aire una herida: Merkel y Hollande no se entienden En pleno vendaval, esta fisura amenaza la estabilidad de la Uni¨®n
La ¨²ltima cumbre de Bruselas dej¨® una sensaci¨®n clara: Alemania y Francia no se entienden. El lenguaje corporal de la canciller, Angela Merkel, y del presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, caminando juntos por un pasillo y cabeceando en ostensible se?al de desacuerdo, ahuyenta para siempre el fantasma del difunto Merkozy. Alemania y Francia llegaron a la cumbre de la uni¨®n bancaria sin propuestas comunes y el pulso termin¨® con la imposici¨®n del criterio alem¨¢n. Frau Nein dio una patada de 12 meses a la supervisi¨®n conjunta de los bancos europeos y con ello, a la recapitalizaci¨®n directa de las entidades con problemas. Ni una concesi¨®n antes de las elecciones alemanas de septiembre de 2013. Francia, Italia y Espa?a esperaban tener lista la uni¨®n bancaria para el 1 de enero de ese a?o. No hubo modo. ?Supone esto la ruptura del eje Par¨ªs-Berl¨ªn? No, dicen a ambos lados del Rin. En realidad la relaci¨®n entre las dos mayores econom¨ªas de la zona euro es muy tensa desde que Hollande lleg¨® al poder, tras ser ampliamente ninguneado por Merkel. Pero, si es m¨¢s tirante que antes, a?aden, tambi¨¦n es m¨¢s abierta y sincera. Y esto, afirman todas las fuentes consultadas, lejos de ser malo, favorece la transparencia, el debate y la democracia en la Uni¨®n Europea.
El eurodiputado francoalem¨¢n Daniel Cohn-Bendit, jefe de filas de Los Verdes y habitual puente entre los dos pa¨ªses, es uno de los que piensan que Europa es hoy, gracias a la presencia de Hollande y a la ausencia de Sarkozy, m¨¢s rica y plural que antes. ¡°Francia busca socios como Italia y Espa?a para romper el punto de vista unidireccional de Alemania, y esa es justamente la realidad pol¨ªtica de Europa hoy d¨ªa¡±, ha comentado Cohn Bendit al semanario alem¨¢n Die Zeit. ¡°Un pa¨ªs no puede decidir todo junto con otro como pasaba antes¡±, cuando Merkel y Sarkozy pactaban las conclusiones de las cumbres antes de las cumbres. ¡°Ahora las decisiones son m¨¢s globales, tienen grandes mayor¨ªas detr¨¢s¡±.
En la era Merkozy, el presidente franc¨¦s y la canciller alemana se reun¨ªan antes de cada cumbre para formular propuestas conjuntas en las que sol¨ªa pesar mucho m¨¢s la posici¨®n alemana. La semana pasada, el tira y afloja fue m¨¢s evidente que nunca y la puesta en escena qued¨® abierta a la implicaci¨®n de los respectivos aliados: el sur-sur (m¨¢s Irlanda) en el caso franc¨¦s y, en el caso alem¨¢n, los vecinos norte?os con calificaci¨®n triple A: Pa¨ªses Bajos, Austria y Finlandia.
Hollande, al que algunos apodan ya El Inefable, sabe bien que no es f¨¢cil doblegar la voluntad de la canciller. Se ha arrimado a Madrid y, en menor medida, a Roma para hacer presi¨®n. Esa estrategia intenta ¡ªy lo ha logrado a ratos¡ª mover a Merkel de sus posiciones. Vista desde el El¨ªseo, la ¨²ltima cumbre no fue siquiera una derrota, aunque Francia perdi¨® la batalla para recapitalizar directamente a la banca espa?ola, cosa que llevaba persiguiendo desde que lleg¨® al puesto porque Francia cree que la estabilidad del sistema bancario de su primer cliente comercial ¡ªEspa?a¡ª supondr¨¢ un antes y un despu¨¦s en la crisis de la deuda, y porque teme adem¨¢s que si se prolonga el malestar en Madrid, pueda contagi¨¢rsele la gripe.
Francia busca socios como Espa?a e Italia para romper la direcci¨®n unilateral de Alemania. Esa es la realidad de la UE hoy d¨ªa
¡°Todo esto es verdad, pero hay que ver las cosas con perspectiva¡±, trata de matizar un alto funcionario del Gobierno franc¨¦s que exige el anonimato. ¡°Es cierto que no se puso en marcha la uni¨®n bancaria tan r¨¢pido como quer¨ªamos, pero lo fundamental es que se logr¨® un acuerdo y que Hollande ha reorientado la pol¨ªtica europea hacia el crecimiento. La cumbre de junio supuso un paso adelante important¨ªsimo, el mayor en muchos a?os. Hoy estamos mucho mejor de lo que est¨¢bamos en mayo¡±.
Par¨ªs cita entre los logros conseguidos tras la marcha de Sarkozy la tasa Tobin, que impuls¨® el exl¨ªder conservador y que hoy es casi una realidad en diez pa¨ªses, tambi¨¦n gracias a la presi¨®n de los socialdem¨®cratas alemanes sobre Merkel. Adem¨¢s, considera que se ha aclarado el futuro de la UE. Si Alemania quiere m¨¢s uni¨®n pol¨ªtica, ser¨¢ solo a cambio de m¨¢s solidaridad con los Estados m¨¢s pobres, mutualizando la deuda con la emisi¨®n de eurobonos o con un fondo de amortizaci¨®n. Los alemanes han respondido con propuestas maximalistas de armonizaci¨®n fiscal, como la ampliaci¨®n de las atribuciones del Comisario econ¨®mico para que pueda vetar los presupuestos nacionales. Ambos saben que, por ahora, el otro rechazar¨¢ estos ¨®rdagos.
Durante la era Merkozy, Merkel se acostumbr¨® a dejar que Francia se colgara medallas negociadoras, merecidas o no. Ante Europa, Alemania necesita al El¨ªseo como contrapeso intelectual de una preponderancia cada vez m¨¢s evidente. Por eso, Berl¨ªn insiste oficialmente en que el eje con Par¨ªs sigue vivo y tan saludable como siempre. Fuera de micr¨®fono, las cr¨ªticas veladas al ¡°anquilosamiento¡± econ¨®mico franc¨¦s denotan cierta jactancia de alumno aventajado pero responsable.
Integraci¨®n solidaria
Parece dudoso que la filosof¨ªa inventada por Hollande para Europa, la integraci¨®n solidaria, pueda abrirse paso a corto plazo. El mismo funcionario franc¨¦s opina que ¡°la relaci¨®n con Berl¨ªn no ha cambiado de forma sustancial, ya que cada pa¨ªs necesita al otro¡± y aunque haya diferencias lo fundamental es que seguimos llegando a acuerdos que permiten avanzar a Europa¡±. Pero tambi¨¦n reconoce que, a ratos, Par¨ªs se pregunta si Merkel es consciente del ¡°sufrimiento¡± que viven los pa¨ªses del sur. ¡°Entendemos que lo ven desde su punto de vista, pero no pueden no darse cuenta de lo que est¨¢ pasando, porque la econom¨ªa alemana empieza a notar los efectos. Son conscientes adem¨¢s de las tensiones sociales y pol¨ªticas que esto puede provocar. Pero luego responden seg¨²n su historia, su cultura y, a veces, como todos, tambi¨¦n seg¨²n su calendario electoral¡±.
Lo que nadie niega es que hoy las cartas est¨¢n boca arriba y corre el aire. Tras cinco meses en el cargo y media docena de encuentros cara a cara con Merkel, Hollande convoc¨® la semana pasada a la prensa internacional para tratar de ganar la mano a la canciller antes de la cumbre. Incluso descubri¨® el truco del ministro de Hacienda alem¨¢n, Wolfgang Sch?uble: recurre a la ret¨®rica del federalismo europeo como cortina de humo ¡ªo chantaje¡ª para no resolver lo que Francia, Espa?a o Italia consideran ¡°cuestiones urgentes¡±. Hollande asume que a Merkel le resbala que le hayan pillado, y la sensaci¨®n en Par¨ªs es que la canciller har¨¢ de su capa un sayo mientras pueda, al menos hasta las generales del a?o pr¨®ximo.
El final del club exclusivo Par¨ªs-Berl¨ªn cambia las fichas del tablero. Hollande se alinea poco a poco con los pobres, como un contrapeso de los m¨¢s ricos, y les anima a hacer los deberes que manda Berl¨ªn, mientras el sur boquea para hacerse o¨ªr y llegar a fin de mes. La relaci¨®n es, a la vez que central e indispensable para Europa, desigual. Alemania es el vecino rico al que esta crisis ha habituado a mandar e imponer sus tiempos y soluciones, a menudo pautadas por las citas dom¨¦sticas ¡ªincluso las regionales¡ª con las urnas. Francia, acogotada por el paro y la deuda, pasa grandes fatigas para aguantar el ritmo y no perder influencia.
Pero, en general, las cosas entre Berl¨ªn y Par¨ªs siguen igual. ¡°No hay ninguna ruptura, solo diferencias de criterio¡±, afirman fuentes galas para tratar de rebajar la tensi¨®n. Y el Gobierno alem¨¢n, que recuerda que en junio no se acord¨® una fecha para la supervisi¨®n y dice que quienes pensaban en el 1 de enero de 2013 ¡°se hab¨ªan entregado a una quimera¡±, se quita toda culpa: ¡°Siempre hubo divergencias¡±.
Si se insiste mucho, en Berl¨ªn aluden a la ¡°inexperiencia¡± de ¡°algunos¡± l¨ªderes europeos, sin se?alar, y alertan sobre la endeble situaci¨®n econ¨®mica de una Francia cerrada a las reformas. Par¨ªs asume el reto: ¡°Alemania tiene que ser el motor de la actividad econ¨®mica europea y nosotros tenemos que mejorar nuestra competitividad y nuestra credibilidad presupuestaria. Estamos los dos en ello¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Crisis deuda europea
- Crisis econ¨®mica
- Euro
- Fran?ois Hollande
- Angela Merkel
- Tasa Tobin
- Recesi¨®n econ¨®mica
- Zona euro
- Movimiento antiglobalizaci¨®n
- Uni¨®n Europea
- Coyuntura econ¨®mica
- Moneda
- Movimientos internacionales
- Globalizaci¨®n
- Finanzas internacionales
- Crisis financiera
- Espa?a
- Organizaciones internacionales
- Econom¨ªa europea
- Finanzas
- Relaciones exteriores
- Econom¨ªa
- Pol¨ªtica