La vida, una mina
Toda nuestra existencia puede convertirse en datos, susceptibles de almacenar y explotar
Todo bajo control. Nada ocurre en el espacio p¨²blico sin que una c¨¢mara obtenga una grabaci¨®n. Pronto el cielo estar¨¢ infestado de artefactos voladores teledirigidos que obtendr¨¢n im¨¢genes y mandar¨¢n informaci¨®n y alarmas. Todo lo que hagamos en los ordenadores o m¨®viles, desde llamadas hasta transmisi¨®n de textos, quedar¨¢ registrado, como ya ocurre con cualquier operaci¨®n con nuestra tarjeta de cr¨¦dito, y tal como ya hace con centenares de millones de comunicaciones la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) de Estados Unidos.
Hasta aqu¨ª, es el Gran Hermano, el ojo universal que todo lo vigila. Si todo queda en eso, ya ser¨¢ mucho, demasiado. Pero hay mucho m¨¢s. La dificultad de comprensi¨®n de esta nueva era requiere un lenguaje tambi¨¦n nuevo, pues hay que describir una realidad distinta, en la que estar¨¢ bajo control no solo lo que ocurre sino lo que ocurrir¨¢.
En todos los casos desvelados estos d¨ªas sobre el megaespionaje de la NSA surge enseguida, mitad explicaci¨®n mitad excusa, la expresi¨®n metadatos. El fisgoneo sobre nuestras llamadas telef¨®nicas o nuestras comunicaciones a trav¨¦s de Internet no versa sobre el contenido de los mensajes sino sobre sus caracter¨ªsticas: cu¨¢ndo se comunica, qui¨¦nes participan, d¨®nde se hallan los comunicadores, duraci¨®n de la comunicaci¨®n, etc. Es decir, datos sobre los datos, que es lo que significa metadato. Si se trata solo de eso, nos dicen algunos, no hay motivo para la alarma. La privacidad de la comunicaci¨®n queda a salvo, puesto que su contenido concreto, los datos, no los metadatos, solo pueden desvelarse si hay una orden judicial precisa para cada caso.
El problema es que los metadatos, recolectados en cantidades ingentes y sometidos a la inteligencia matem¨¢tica y probabil¨ªstica permiten prever lo que va a suceder con amplio margen de acierto, algo de enorme utilidad para muchas actividades, desde el comercio hasta la medicina. Los datos se convierten as¨ª en el mineral de un nuevo negocio, que consiste en extraer valor de su acumulaci¨®n masiva y de su tratamiento a trav¨¦s de secretos algoritmos matem¨¢ticos. Big data es la expresi¨®n en ingl¨¦s que designa la nueva realidad de la informaci¨®n cuando disponemos de ella en grandes dimensiones. Data mining o miner¨ªa de datos es el negocio que permite explotarlas. Y datafication la conversi¨®n de todos los aspectos de nuestras vidas en datos, susceptibles de almacenar y explotar.
Snowden nos recuerda que los avances tecnol¨®gicos llegan al uso civil tras nacer y crecer bajo la disciplina militar
?Aplicaciones pr¨¢cticas? Las que queramos y podamos imaginar. A trav¨¦s de las consultas a Google se puede localizar y prever muchas cosas, por ejemplo c¨®mo se extiende una epidemia. Hay portales de internet que utilizan esta t¨¦cnica para buscar los mejores precios en multitud de negocios, sobre todo tur¨ªsticos. Es posible crear un sistema de alarma que se dispara cuando entra en el coche quien no es conductor habitual gracias a una previa recolecci¨®n y procesamiento de datos. Sin olvidar el autocompletar de Google que se avanza a nuestras ideas y es un ejemplo, entre muchos otros, que explican Viktor Mayer-Sch?nberger y Kenneth Curier en Big data. Una revoluci¨®n que transformar¨¢ nuestras vida, nuestro trabajo y nuestro pensamiento, un libro del que ofrece un adelanto Foreign Affairs (junio, 2013).
Edward Snowden viene a recordarnos algo que ya sab¨ªamos respecto a los avances tecnol¨®gicos. Llegan a los usos civiles despu¨¦s de nacer y crecer bajo la disciplina militar, con fines b¨¦licos y de espionaje. M¨¢s de 500 millones de ciudadanos de todo el mundo han sido ya datificados por la NSA, que amplia sin tregua su mina y est¨¢ levantando un colosal archivo en el desierto de Utah donde guardar y procesar nuestras fichas. La realizaci¨®n de inferencias a partir de estos datos permitir¨¢ localizar personas, prever comportamientos y extender sospechas, dar¨¢n pie a actuaciones policiales, ¨®rdenes judiciales o actuaciones letales de los drones.
Tambi¨¦n gracias a Snowden nos hemos enterado de que el Gran Hermano del Gran Dato es una instituci¨®n p¨²blica que trabaja en estrecho contacto con las grandes empresas privadas del sector, Google, Facebook, Microsoft, Apple, Yahoo y Skype, suministradores de datos para la mina de los esp¨ªas, despu¨¦s de recogerlos de todos nosotros, los suministradores primarios e inconscientes de la materia prima. La iron¨ªa est¨¢ en el tortuoso camino que ha tomado el milagro del crowdsourcing, o suministro de contenidos por parte del p¨²blico y el sue?o subsiguiente de utop¨ªas digitales sobre medios sin intermediarios.
El esc¨¢ndalo actual es la otra cara de Wikileaks, una utop¨ªa de la transparencia que abr¨ªa el acceso de los secretos al ciudadano y le convert¨ªa en gestor democr¨¢tico de la informaci¨®n. Ahora estamos ante una distop¨ªa del control absoluto, en la que es la vida incluso ¨ªntima de los ciudadanos la que queda sometida al control del gobierno, gracias a la colaboraci¨®n de unas empresas privadas poco propensas a pagar impuestos y a someterse a la regulaci¨®n. Todo un ¨¦xito del capitalismo. Chino, claro.
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