El plebiscito popular en Brasil se convierte en la manzana de la discordia
La oposici¨®n rechaza la propuesta de la presidenta Dilma Roussef, que intenta dar respuesta a las peticiones de la calle
La clase pol¨ªtica se ha enzarzado en la discusi¨®n sobre el plebiscito popular pedido por la presidenta Dilma Rousseff, un tema que se ha convertido en la manzana de la discordia.
Rousseff, dando respuesta al grito de la calle y sus exigencias de cambio, hab¨ªa anunciado un plebiscito destinado a crear una asamblea constituyente para una reforma pol¨ªtica. La idea dur¨® s¨®lo 24 horas porque fue considerada inconstitucional.
A partir de ah¨ª naci¨® la propuesta del plebiscito sin m¨¢s. En un inicio deb¨ªa destinarse a consultar a la opini¨®n p¨²blica sobre las reivindicaciones pedidas por los manifestantes. Al final se qued¨® en una consulta popular sobre una reforma pol¨ªtica que no estaba en el programa de las peticiones de los manifestantes.
El Gobierno tiene raz¨®n que ese es el tema central para una reforma global de las instituciones. De hecho, desde hace m¨¢s de 20 a?os se habla de ello sin que nadie hasta hoy se atreviera a ponerle el cascabel al gato. Son muchos los intereses en juego.
Sin embargo, la calle no aboga por reformar los partidos. No los quiere ni reformados, o mejor, rechaza a los pol¨ªticos a los que considera los responsables ¨²ltimos del atraso de un pa¨ªs que al mismo tiempo es una potencia econ¨®mica. E incluso hay quien se hace la peligrosa pregunta de si los partidos son indispensables en la esencia de la democracia.
La idea de un plebiscito para la reforma pol¨ªtica ha sido rechazada por la oposici¨®n que, en todo caso, aceptar¨ªa s¨®lo un referendum. Ayres Britto, expresidente del Supremo. y muchos juristas con ¨¦l, preferir¨ªan tambi¨¦n un refer¨¦ndum que ser¨ªa, dicen, menos peligroso.
En el refer¨¦ndum los ciudadanos votar¨ªan s¨ª o no al proyecto de reforma ya elaborado por el Congreso. En el plebiscito se har¨ªan preguntas a la poblaci¨®n que despu¨¦s usar¨ªan los pol¨ªticos para elaborar la reforma. ?Y si rechazaran el resultado del plebiscito?
Dilma cree que el refer¨¦ndum ser¨ªa m¨¢s dram¨¢tico, pues la calle podr¨ªa rechazar en pleno el proyecto ya aprobado y habr¨ªa que empezar de nuevo. Y ella tiene prisa.
Muchos ven adem¨¢s el plebiscito como una forma de introducir por la ventana una peligrosa experiencia de democracia directa a la bolivariana, sin contar que ser¨ªa muy dif¨ªcil a la gente opinar sobre temas tan complejos como el de una reforma pol¨ªtica que hasta los m¨¢s ilustrados, para entenderla, necesitan acudir a los especialistas.
Para el 99% del elector com¨²n en Brasil, las preguntas hechas en un plebiscito sobre la reforma pol¨ªtica les sonar¨ªa a griego, afirma el bloguero m¨¢s seguido del pa¨ªs, Reinaldo Azevedo. Y es que a¨²n restringiendo las preguntas a tres temas: financiaci¨®n p¨²blica de las campa?as pol¨ªticas, sistema de elecci¨®n de parlamentares y voto en lista, cada una de ellas comporta por lo menos tres alternativas: voto distritual, distrital mixto y proporcional; financiamiento p¨²blico, financiamiento mixto, financiamiento con donaciones privadas; voto nominal, voto en lista, voto doble, mezcla de los dos criterios, etc.
El Gobierno, con prisas para acallar a los manifestantes quiere que el plebiscito se realice antes de octubre, porque desea que la nueva reforma sirva para las elecciones del a?o que viene. ?Habr¨¢ tiempo para ello con el laberinto del plebiscito?
Para complicar la cosa, ya hay diputados que han anunciado que desean colocar en el plebiscito la delicada cuesti¨®n del fin de la reelecci¨®n que alcanzar¨ªa tambi¨¦n a la Presidencia de la Rep¨²blica, que actualmente es de dos mandatos.
Se dice, sin embargo, que la nueva norma s¨®lo entrar¨ªa en vigor en 2018 para que la presidenta Russeff pueda representarse para otros cuatro a?os, pero si fuera aprobado en plebiscito, ?no exigir¨ªa la opini¨®n p¨²blica que empezase a ser efectiva ya en 2014? ?Y qu¨¦ har¨ªa Dilma?
Mientras tanto, las manifestaciones aunque menos multitudinarias siguen en pie en todo el pa¨ªs. Ayer tuvieron lugar en 12 ciudades y en la calle se siguen presentando a los pol¨ªticos exigencias concretas, inmediatas, cada vez m¨¢s centradas en la lucha contra la corrupci¨®n y el despilfarro del gasto p¨²blico, muy lejanas de ese ¡°¨¢rido¡± tema del laberinto de la reforma pol¨ªtica a trav¨¦s de un plebiscito que podr¨ªa acabar siendo, en expresi¨®n de Britto, un ¡°cheque en blanco¡± para los actuales pol¨ªticos.
El rompecabezas est¨¢ sobre la mesa y nadie se atreve hoy a adelantar su soluci¨®n.
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