El alquimista de Berl¨ªn
Volker Pawlowski compr¨® 150 metros del Muro berlin¨¦s en 1991 y transform¨® el bloque de hormig¨®n en un exclusivo ¡®souvenir¡¯ para turistas de todo el mundo
Todos los turistas que desean saber lo que signific¨® y fue el famoso Muro de Berl¨ªn tienen una cita con la historia en la c¨¦ntrica calle Friedrichstrasse. All¨ª se puede visitar el Check Point Charlie, el m¨¢s famoso paso fronterizo que existi¨® en Berl¨ªn, y donde a¨²n se puede respirar el aire espeso de la Guerra Fr¨ªa. Los que llegan a este lugar m¨¢gico de la capital alemana tambi¨¦n se formulan una pregunta inquietante. ?D¨®nde est¨¢ el Muro? ?Existe alg¨²n lugar donde se puede ver y tocar? El ¨²nico trozo de Muro que existe en el centro hist¨®rico de Berl¨ªn (Niederkirchnerstrasse), iron¨ªa de la historia, est¨¢ protegido por las leyes y la polic¨ªa, que vigila la zona para impedir que un turista despistado se acerque con un pico para llevarse un recuerdo inmortal.
El tramo m¨¢s largo de Muro (1,3 kil¨®metros) fue convertido en museo al aire libre en la East Side Gallery y las autoridades tuvieron el acierto de conservar un tramo de Muro en la Bernauerstrasse, donde se yergue el Centro de Documentaci¨®n y donde el visitante puede apreciar en toda su dimensi¨®n lo que represent¨® para la poblaci¨®n de la ciudad la barrera de acero y hormig¨®n: un instrumento ¨²nico de represi¨®n.
Aunque esa barrera desapareci¨® hace ya casi 24 a?os, su historia sigue cautivando a la gente e hizo posible que el famoso Muro de Berl¨ªn se convirtiera en una codiciada pieza de museo. Casi de la noche a la ma?ana, los restos de lo que fuera un grandioso monumento de la opresi¨®n se convirtieron en un s¨ªmbolo de la libertad y la paz, pero tambi¨¦n en la fuente de ingresos de un berlin¨¦s, que hace dos d¨¦cadas tuvo una idea genial.
Volker Pawlowski ten¨ªa 39 a?os y trabajaba en el ramo de la construcci¨®n en Berl¨ªn Occidental cuando tuvo una visi¨®n que le permiti¨® hacer realidad el legendario sue?o de los viejos alquimistas de la Edad Media, que so?aban con convertir los metales innobles en oro. Hac¨ªa poco que hab¨ªa ca¨ªdo el famoso Muro de Berl¨ªn y Pawlowksi, despu¨¦s de observar con curiosidad c¨®mo decenas de comerciantes callejeros vend¨ªan trozos de muro a los turistas, lleg¨® a la conclusi¨®n de que se pod¨ªa ganar mucho dinero con los restos de la barrera de acero y hormig¨®n que dividi¨® la ciudad hasta la noche m¨¢gica del 9 de noviembre de 1989.
El exobrero hab¨ªa le¨ªdo que, en 1990, una firma de la antigua RDA, Limex, hab¨ªa subastado con ¨¦xito los bloques m¨¢s emblem¨¢ticos en varias capitales europeas. Pawlowski, gracias a su trabajo, conoc¨ªa la direcci¨®n de los dep¨®sitos que albergaban los restos del Muro y tuvo ¨¦xito en comprar, en 1991, cerca de 150 metros de muro, divididos en bloques de 3,60 metros de alto, 1,20 metros de ancho, y casi tres toneladas de peso.
¡°Un d¨ªa visit¨¦ un dep¨®sito y le pregunt¨¦ al encargado si los restos de Muro estaban a la venta. Me dijo que s¨ª¡±, cuenta el exobrero de la construcci¨®n convertido ahora, gracias al Muro, en un pr¨®spero comerciante. ¡°El Muro hab¨ªa sido derribado y nadie ten¨ªa inter¨¦s en saber lo que pasaba con los restos¡±, a?ade durante una entrevista telef¨®nica.
Casi la mitad de su tesoro a¨²n reposa en una bodega ubicado en las afueras de Berl¨ªn. El resto fue convertido, mediante prensas especiales de aire comprimido, en trozos de diversos tama?os que se han convertido en una nueva atracci¨®n tur¨ªstica en las tiendas de souvenirs de la capital y en una eterna fuente de ingresos para Pawlowski. El 90% de los trozos de muro que se venden en Berl¨ªn provienen de las bodegas del exobrero y todos se venden con un certificado de autenticidad.
¡°Tengo material para muchos a?os y espero que la demanda siga siendo alta¡±, dijo Pawlowski. Adem¨¢s de abastecer a las tiendas, el comerciante tambi¨¦n distribuye trozos de muro a los hoteles de lujo y tiene a la venta bloques completos. ¡°Cada bloque cuesta 5.000 euros y se siguen vendiendo¡± confiesa. Y admite que a¨²n conserva unos 40 bloques. ¡°Son los ¨²ltimos que existen¡±, afirma.
Pawlowski vende unos 100.000 trocitos de muro cada a?o solo en Berl¨ªn. Los precios oscilan entre 2.99 y 5 euros. Pero la demanda tambi¨¦n le convenci¨® para ampliar su oferta e incluy¨® en su cat¨¢logo camisetas, tarjetas postales y llaveros que lucen un min¨²sculo trocito de la famosa pared.
El exobrero nunca ha querido revelar la cantidad de dinero que pag¨® por los restos del Muro, pero no oculta que la inversi¨®n lo convirti¨® en un comerciante pr¨®spero. Es posible que Pawlowski no haya pagado m¨¢s de 20 marcos (10 euros) por tonelada, una suma que pagaron los empresarios de la construcci¨®n cuando la barrera de acero y hormig¨®n comenz¨® a ser levantada por las autoridades de la antigua RDA. Gran parte de los bloques del lado oriental fueron utilizados para reparar la autopista que une Berl¨ªn con el mar B¨¢ltico.
Pawlowski cuenta en la actualidad con una tienda electr¨®nica que dirige su hija, especializada en la venta de recuerdos de Berl¨ªn ¡ªincluidos los trozos de Muro¡ª, y un local, tambi¨¦n enfocado a la venta de souvenirs en la exclusiva Friedrichstrasse, a pocos metros del famoso Check Point Charlie. ¡°No tengo idea de por qu¨¦ la gente sigue comprando pedazos de Muro. La venta se ha convertido en un negocio sin l¨®gica¡± dice el comerciante. ¡°Es posible que la gente siga compr¨¢ndolos porque el Muro es parte de la historia de Berl¨ªn y a la gente le gusta tener un poco de historia en sus hogares¡±.
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