La comunidad internacional, preocupada por la tensi¨®n en Mozambique
El reparto desigual de la riqueza y la subrepresentaci¨®n en el Ej¨¦rcito reactiva los rencores que llevaron a 16 a?os de combates
Mozambique est¨¢ hoy por hoy lejos de una guerra civil pero la comunidad y los inversores internacionales miran con atenci¨®n las consecuencias de que el principal partido de la oposici¨®n y antigua guerrilla antimarxista Renamo (Resistencia Nacional Mozambique?a) haya dado por finiquitado el acuerdo de paz de 1992. Pero esta ruptura unilateral no responde a una voluntad de iniciar otra lucha sin cuartel porque la formaci¨®n no tiene ni capacidad militar ni apoyo popular de una sociedad a¨²n traumatizada por 16 a?os de salvaje batalla y casi un mill¨®n de muertos. M¨¢s bien, es el s¨ªntoma visible de que el pastel de los beneficios de los recursos naturales mozambique?os no est¨¢ llegando a todas las bocas y el descontento porque no se les ceda m¨¢s representaci¨®n en el Ej¨¦rcito.
El pa¨ªs y el panorama internacional han cambiado en estos 20 a?os en que Mozambique ha empezado a reconstruir su econom¨ªa y situarse en crecimientos del m¨¢s del 7%, gracias a las minas de carb¨®n y a la descubierta de una de las mayores reservas de gas. Este enriquecimiento no ha tenido reflejo en la poblaci¨®n, y la mitad contin¨²a sufriendo pobreza severa y es analfabeta.
Adem¨¢s, Mozambique es el tercer pa¨ªs m¨¢s pobre del mundo y uno de los m¨¢s corruptos pero en este tiempo de paz ha salvado el r¨¦gimen democr¨¢tico en el que Renamo sigue sin ara?ar el poder de Frelimo (Frente de Liberaci¨®n de Mozambique), que gana por mayor¨ªa aplastante desde las elecciones de 1994.
Renamo y Frelimo se enfrentaron en una de las guerras civiles m¨¢s cruentas de ?frica y tras que el primero perdiera a sus mayores patrocinadores, la Sud¨¢frica del Apartheid y Rodesia (hoy rebautizada como Zimbabue), se acord¨® firmar la pipa de la paz en octubre de 1992.
Sin embargo, los enfrentamientos y controversias se han mantenido entre ambos y se han recrudecido en los ¨²ltimos meses. El Ej¨¦rcito atac¨® la semana pasada una base militar de Renamo en Gorongosa, una zona selv¨¢tica en el centro del pa¨ªs como represalia al asesinato de siete soldados.
La respuesta lleg¨® el lunes cuando los de Renamo perpetraron un ataque contra un cuartel y con la sentencia de que ¡°la paz se ha terminado¡± pronunciada por su portavoz, Fernando Mazanga, y que resucit¨® los temores de muchos. Sin embargo, ese fin no se traduce en guerra, insisten los analistas.
Renamo ¡°no tiene capacidad de rearmarse, log¨ªstica ni apoyo de ning¨²n tipo¡± para iniciar una guerra civil. Gwinyayi Dzinesa, experto en Mozambique del Instituto para los Estudios de Seguridad en ?frica Austral. ¡°M¨¢s bien quiere llevar al pa¨ªs a una situaci¨®n de ingobernabilidad con la excusa de que el Gobierno no gestiona bien los recursos naturales, se ha enriquecido il¨ªcitamente y ha despilfarrado la riqueza¡±, am¨¦n de otras acusaciones como poca transparencia pol¨ªtica o fraude electoral.
Renamo tan s¨®lo tiene 51 de los 250 diputados pero goza de apoyo electoral en el norte y centro del pa¨ªs. Es ah¨ª donde podr¨ªa jugar su baza de ¡°perturbar la normalidad con una t¨¦cnica de guerra de baja intensidad¡±, apunta Elisabete Azevedo-Harman, investigadora del programa de ?frica del instituto Chatham House, con sede en Londres.
Primero, a nivel econ¨®mico, dificultando o bloqueando directamente la salida por carretera o ferrocarril de las exportaciones de carb¨®n en las regiones que controla. El mercado de gas, en cambio, est¨¢ a salvo porque la gran reserva se encuentra en el sur.
A nivel pol¨ªtico, llamando al boicot de las elecciones municipales del 20 de noviembre, haciendo valer su ascendencia en las peque?as aldeas, donde existe un mayor malestar popular porque el aumento del PIB no ha mitigado la pobreza. El resultado puede envalentonar a la formaci¨®n a entorpecer los comicios legislativos del 15 de octubre de 2014.
Azevedo-Harman, que ser¨¢ una de las observadoras del proceso en las elecciones locales, asegura que lo que m¨¢s le sorprende de este nuevo cap¨ªtulo es que por primera vez Renamo ¡°ha roto con el proceso institucional y democr¨¢tico¡± que ¨¦l mismo ayud¨® a construir con la firma del acuerdo de paz de Roma. En 2009, la formaci¨®n traslad¨® su sede de Maputo a la norte?a localidad de Nampula y a principios de este a?o, pasaron a Gorongosa, donde ha instalado un campo de entrenamiento.
En este punto, Dzinesa pone el foco en qu¨¦ har¨¢n los 51 diputados en el Parlamento nacional, aunque, a su juicio, lo m¨¢s probable es que se distancien de la posici¨®n m¨¢s radical de su l¨ªder, Afonso Dhlakama, que en su cuenta de Twitter asegur¨® que estaba ¡°bien en un sitio seguro¡± tras el ataque militar del lunes. Mientras, el presidente insiste en que el ¨²nico camino es ¡°el di¨¢logo¡±.
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