La UE certifica la primera rebaja presupuestaria de su historia
La Euroc¨¢mara acepta una ca¨ªda del 3,5% hasta 2020 a cambio de flexibilidad
La Uni¨®n Europea se adentra por primera vez en la senda de los recortes presupuestarios. Varios a?os despu¨¦s de que los pa¨ªses comunitarios comenzaran a aplicar la dura medicina de la austeridad, las cuentas de la UE para los pr¨®ximos siete a?os no han podido escapar a esa tendencia. Han hecho falta, eso s¨ª, nueve meses de intensa negociaci¨®n para que el Parlamento Europeo d¨¦ su visto bueno a lo que en principio le parec¨ªa inaceptable: ampliar el espectro de sus pol¨ªticas con menos recursos para desarrollarlas.
El voto final que este martes emiti¨® la Euroc¨¢mara ha permitido desbloquear el marco presupuestario del periodo 2014-2020. Las grandes l¨ªneas ya las hab¨ªan trazado los jefes de Estado y de Gobierno en una tormentosa cumbre de principios de febrero, pero los nuevos poderes que el Tratado de Lisboa otorga al Parlamento Europeo hac¨ªan imprescindible su aprobaci¨®n. "El Parlamento Europeo hubiera preferido un marco financiero mucho m¨¢s ambicioso", admiti¨® el presidente de esta instituci¨®n, Martin Schulz, que pese a todo celebr¨® el acuerdo.
Los recursos disponibles hasta el a?o 2020 suponen un retroceso del 3,5% respecto a los que se han empleado en el periodo anterior, 2007-2013. El descenso ha sido una imposici¨®n de los Estados miembros, que llevan a?os restringiendo sus pol¨ªticas de gasto y exig¨ªan lo mismo en el presupuesto comunitario. La Comisi¨®n Europea, partidaria al menos de mantener los fondos, argumentaba lo contrario: en un escenario de austeridad, el dinero de la UE puede dinamizar el crecimiento y el empleo. "Nosotros propon¨ªamos financiar m¨¢s Europa con el mismo dinero. Ahora nos enfrentamos a la realidad de tener m¨¢s Europa con menos dinero", lament¨® el comisario responsable de Presupuestos, Janusz Lewandowski. Sobre ese marco com¨²n (un techo de gasto de 960.000 millones de euros, un 1% del PIB europeo), el Parlamento y el Consejo deber¨¢n acordar las cuentas comunitarias para cada ejercicio.
Los entresijos del pacto permiten clamar victoria a todas las partes. Por un lado, los l¨ªderes comunitarios exhiben el gesto pol¨ªtico de haber frenado el gasto en un periodo en el que a Bruselas se le van a exigir m¨¢s competencias. Por otro, el Parlamento se agarra a las dos principales condiciones que ha arrancado miembros para dar su brazo a torcer. La primera es una mayor flexibilidad a la hora de asignar los fondos europeos, de forma que si no se gastan en el a?o previsto, puedan transferirse a las cuentas del siguiente e incluso asignarse a otras partidas. Hasta ahora, el dinero que no se gastaba revert¨ªa en los Estados miembros, lo que a la larga ocasionaba una brecha entre el gasto previsto y el gasto real, inferior al primero.
Pese a todo, tambi¨¦n las cuentas de 2014-2020 encierran una trampa de ese tipo: los cr¨¦ditos comprometidos son superiores a los autorizados como gasto efectivo (908.000 millones), un desfase que deber¨¢ ser gestionado en alg¨²n momento pero que por ahora permite a cada parte interpretarlo de la forma m¨¢s conveniente.
El otro compromiso que ha ara?ado la Euroc¨¢mara a los Estados miembros ha sido una revisi¨®n de este marco en 2016. Entonces podr¨¢n presentarse cambios en funci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica. Con las cifras de partida actuales, Espa?a seguir¨¢ recibiendo m¨¢s fondos de los que aporta, aunque la reconsideraci¨®n de 2016 puede modificar el escenario.
El descenso presupuestario se concentra en las dos partidas hist¨®ricamente m¨¢s poderosas del presupuesto: pol¨ªtica de cohesi¨®n y agricultura. A cambio, mejoran las ligadas a empleo y la innovaci¨®n. Tambi¨¦n disminuyen los recursos destinados a la remuneraci¨®n de funcionarios, una victoria de algunos Estados miembros, especialmente Reino Unido, que ayer se vio ratificada en el ¨¢mbito de la justicia europea. El tribunal de Luxemburgo ha quitado la raz¨®n a la Comisi¨®n, que hab¨ªa apelado por la negativa de los Estados miembros a subir el salario de los funcionarios europeos un 1,7% en 2011, como establec¨ªa la norma de revalorizaci¨®n. El tribunal de considera que corresponde a los pa¨ªses decidir si activan la cl¨¢usula extraordinaria que exime de aplicar ese aumento en momentos de crisis.
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