Dirceu firma en la c¨¢rcel un contrato como gerente de un hotel en Brasilia
El Supremo decidir¨¢ si acepta que el preso m¨¢s conocido del mensal?o pueda optar a un trabajo en la hosteler¨ªa
El preso m¨¢s famoso y emblem¨¢tica del mensal?o, Jos¨¦ Dirceu, condenado a 10 a?os y 10 meses de c¨¢rcel, no ha perdido tiempo. El exfundador y expresidente del Partido de los Trabajadores (PT) es abogado de profesi¨®n, adem¨¢s de pol¨ªtico, y a los diez d¨ªas de entrar en prisi¨®n ha firmado ya un contrato de trabajo como gerente del St.Peter Hotel de Brasilia con un sueldo de 20.000 reales mensuales (unos 7.000 euros)
El hotel de cuatro estrellas, con 400 habitaciones, se halla a diez minutos del Palacio Presidencial del Planalto, del que tuvo que salir cuando era Ministro de la Casa Civil del primer Gobierno de Lula da Silva, tras explotar el esc¨¢ndalo mensal?o, el m¨¢s grave de corrupci¨®n de la democracia brasile?a.
Por ahora Dirceu tiene derecho en la c¨¢rcel a un r¨¦gimen semiabierto, que le obliga a dormir en ella pudiendo trabajar fuera de d¨ªa si presenta un contrato de trabajo.
El exministro que ha sido siempre un ejecutivo eficiente en todas sus tareas, no ha perdido tiempo y ha conseguido en diez d¨ªas conseguir un contrato de trabajo en toda regla.
Ahora deber¨¢ ser el presidente del Supremo Tribunal Federal, Joaquim Barbosa, qui¨¦n tenga que decidir si acepta o no dicho contrato de trabajo. Tendr¨¢ que analizar antes si Dirceu presenta en su curriculum y formaci¨®n profesional aptitudes para dicho trabajo de gerencia hotelera.
Antes de entrar en la c¨¢rcel, Dirceu actuaba como empresario y consultor de empresas internacionales- lo que le permiti¨® viajar por todo el mundo y conocer los mejores hoteles- para facilitarles su entrada en Brasil sirvi¨¦ndose de los conocimientos y contactos que hab¨ªa acumulado como ministro de la Casa Civil, una especie de primer ministro. En ese cargo le sucedi¨® entonces la hoy presidenta Dilma Rousseff.
C¨¦lebre y significativa fue su respuesta en una entrevista: ¡°Una llamada m¨ªa de tel¨¦fono a Presidencia es una llamada¡±. Se entend¨ªa: una llamada que cuenta.
Al ser abogado de profesi¨®n, Dirceu podr¨ªa haber pedido para trabajar de d¨ªa en alg¨²n bufete. Seg¨²n la prensa, habr¨ªa sin embargo optado por ir por otro camino, ya que existe el peligro de que la Orden de Abogados de Brasil (OAB) anulara su afiliaci¨®n al cuerpo al haber sido condenado en firme por el Supremo.
En su petici¨®n para poder trabajar fuera de la presi¨®n, a la que ha anexado el contrato firmado con el hotel St.Peter Hotel, el detenido explica que necesita trabajar ¡°por necesidad¡± y que ¡°aprecia la hoteler¨ªa y el ¨¢rea administrativa¡±.
Es dif¨ªcil negar que a Dirceu le falte experiencia en administraci¨®n, ya que parece dif¨ªcil? que qui¨¦n ha sido casi? primer ministro y varias veces presidente de su partido no sea capaz de llevar la gerencia de un hotel.
La iron¨ªa y lo simb¨®lico es que Dirceu saliera del palacio presidencial de Brasil como ministro y vuelva ahora a trabajar de nuevo, pero como un preso com¨²n, a dos pasos de all¨ª y en un hotel concurrido por pol¨ªticos amigos y adversarios suyos.
El que fuera joven l¨ªder estudiantil de izquierdas durante la dictadura ha tenido una vida aventurera, por lo que lo de ahora ser¨ªa s¨®lo una an¨¦cdota m¨¢s. Como ya ha advertido, dentro o fuera de la c¨¢rcel, trabaje donde trabaje mientras cumpla su condena, su verdadera pasi¨®n es y ser¨¢ la pol¨ªtica.
Quienes deben estar con una cierta envidia, si el Suprema concede a Dirceu el permiso para gestionar el St.Peter Hotel van a ser, me dicen bromeando unos amigos periodistas de Brasilia, los otros hoteles de la capital ya que un gerente como ¨¦l no dejar¨¢ de aumentar la clientela tanto de pol¨ªticos como de no pol¨ªticos. Brasilia es un mundo de lobbies, un centro de intereses pol¨ªticos y empresariales. Es el coraz¨®n del poder. Dirceu no pod¨ªa haber escogido, desde su punto de vista, una soluci¨®n mejor para pasar el d¨ªa.
Su ¨²nica pena ser¨¢ salir por la noche de aquel hotel de lujo para ir a dormir en la fr¨ªa celda de la c¨¢rcel. Todo ello, sin embargo puede acabar ofreciendo a Dirceu un plus de publicidad y aventura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Dirceu, el hombre que aup¨® a Lula
Archivado En
- Caso mensal?o
- Dilma Rousseff
- STF Brasil
- Financiaci¨®n ilegal
- Partido de los Trabajadores
- Presidente Brasil
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Financiaci¨®n partidos
- Brasil
- Partidos pol¨ªticos
- Casos judiciales
- Corrupci¨®n
- Sudam¨¦rica
- Latinoam¨¦rica
- Presidencia Brasil
- Tribunales
- Gobierno Brasil
- Poder judicial
- Delitos
- Am¨¦rica
- Gobierno
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n Estado
- Justicia
- Administraci¨®n p¨²blica