Noruega abre la puerta a inmigrantes cualificados y controla a los refugiados
Un hijo de m¨¦dicos originarios de India se convierte en el secretario de Estado m¨¢s joven del pa¨ªs de la mano de un partido populista de derechas
Himanshu Gulati, 25 a?os, cuenta en su despacho que jam¨¢s sopes¨® afiliarse a otras siglas. A los 15 eligi¨® el Partido del Progreso, derechista, populista, ¡°porque no era muy pol¨ªticamente correcto. Los pol¨ªticos normalmente hablan con un lenguaje muy complicado de muchas palabras y poco significado. ((El FrP)) me parec¨ªa honesto, de mensajes claros y muy directo¡±. Y aunque algunas declaraciones abiertamente racistas de algunos l¨ªderes le disgustaran, prefiri¨® quedarse. Ahora, de estreno como secretario de Estado de Justicia ¡ªel m¨¢s joven de Noruega¡ª, Gulati mide cuidadoso cada palabra. Resulta parad¨®jico que el hijo de un m¨¦dico y una fisioterapeuta de Nueva Delhi, reclutados en los setenta en India para paliar una escasez de personal sanitario que todav¨ªa persiste, sea ahora una de las personas clave para llevar a cabo el endurecimiento de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n y asilo prometida en campa?a por el FrP.
Con su entrada en el Gobierno ¡ªes con siete ministerios el socio minoritario de los conservadores, que ganaron las elecciones en septiembre¡ª el FrP pone fin a cuatro d¨¦cadas de ostracismo en las que fue el partido con el que nadie quer¨ªa gobernar. ¡°Les consideraban moralmente indecentes porque hablaban de la inmigraci¨®n como amenaza al Estado de bienestar y a la cultura; y econ¨®micamente irresponsables¡±, explica Anders Ravik Jupskas, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Oslo experto en extremismo. Econ¨®micamente irresponsables porque hasta hace un suspiro, al llegar al poder, abogaban, contra el criterio mayoritario, por financiar cualquier inversi¨®n gastando m¨¢s dinero de los fabulosos ahorros petroleros que los noruegos guardan para generaciones futuras.
El ascenso de los conservadores, su socio natural, ha catapultado al poder al FrP pese a ser el partido que m¨¢s retrocedi¨® en las generales (ha bajado de 41 a 29 de 169 esca?os). Los votantes ¡ªsuelen ser hombres poco instruidos¡ª le han castigado en las dos elecciones celebradas tras los brutales atentados que espantaron al pa¨ªs en el verano de 2011. Al FrP le incomoda profundamente ser relacionado con el terrorista ultraderechista pero Anders Behring Breivik milit¨® en sus filas siete a?os hasta 2006. ¡°No entiendo por qu¨¦ entr¨® en el partido; pero entiendo muy bien por qu¨¦ se fue¡±, dice Gulati sobre el asesino de 77 compatriotas, la mayor¨ªa chavales de las juventudes laboristas. Breivik, que cumple una pena de 21 a?os, se considera un cruzado contra el multiculturalismo introducido por ese 13% de la poblaci¨®n (cinco millones) que es inmigrante o hijo de extranjeros. La mayor¨ªa ¡ªpolacos, suecos...¡ª lleg¨® por trabajo, pero otros muchos ¡ªsomal¨ªes, iraqu¨ªes...¡ª recibieron asilo al huir de conflictos.
Gulati quiere que quede claro que ni ¨¦l ni su partido decidir¨¢n solos las nuevas pol¨ªticas de asilo e inmigraci¨®n. Tienen que pactar. ¡°Todos los detalles de nuestra pol¨ªtica no est¨¢n decididos porque somos un Gobierno en minor¨ªa y tendremos unas negociaciones con nuestros socios parlamentarios para precisarla¡±. Pero como dirigente del FrP apuesta por facilitar la entrada a los inmigrantes cualificados y dificult¨¢rsela a los que buscan amparo, sin merecerlo, en el derecho de asilo. Quien quiera derechos y libertad, que asuma sus deberes, podr¨ªa ser su lema. Cuando se le pregunta si prefiere la asimilaci¨®n frente a la integraci¨®n pierde lev¨ªsimamente la compostura. ¡°Mire, a m¨ª no me importa qu¨¦ lengua habla la gente en casa; ni me importa qu¨¦ comen... A m¨ª me encanta la comida india, me encantan las pel¨ªculas indias, pero si alguien utiliza eso como una excusa para no trabajar, para no ser una parte activa de la sociedad noruega, del pa¨ªs en el que viven, es un problema¡±.
El Gobierno acaba de prometer que aumentar¨¢ las deportaciones de quienes vean rechazada su solicitud de asilo. Otras medidas incluidas en el pacto de gobierno son aumentar los centros cerrados para demandantes de asilo, endurecer las normas para la reunificaci¨®n familiar al exigir m¨¢s ingresos y m¨¢s edad, asegurarse de que aprueban un examen sobre su conocimiento del idioma y las leyes y dar prioridad a los refugiados derivados por la ONU. Jon Ole Martinsen, de Noas (Organizaci¨®n Noruega de Solicitantes de Asilo), pronostica que el margen de maniobra del nuevo Gobierno es escaso porque los partidos que le dan apoyo parlamentario no respaldar¨¢n ¡°nuevas leyes que dificulten el asilo¡±. Augura que el FrP ¡°se sorprender¨¢ de lo restrictivo que es ya¡± y destaca que Noruega es uno de los pocos pa¨ªses europeos que jam¨¢s ha realizado una regularizaci¨®n de inmigrantes sin papeles. Martinsen critica con dureza que las nuevas autoridades pretendan elegir ¡°a los refugiados mejor formados y no a los m¨¢s vulnerables¡±. ¡°M¨¢ndeme solo ingenieros que hablen ingl¨¦s¡±, ironiza.
El lenguaje belicoso de los dirigentes del FrP contra la inmigraci¨®n se ha suavizando. La l¨ªder del partido y ministra de Finanzas, Siv Jensen, no ha vuelto a repetir aquello de 2009 sobre la ¡°sinuosa islamizaci¨®n¡± que sufr¨ªa el pa¨ªs, aunque tampoco ha pedido perd¨®n como muchos le pidieron, y este verano, ante la llegada de rumanos gitanos, espet¨® que hab¨ªa que ¡°montarlos en autobuses y mandarlos de vuelta a los Balcanes¡±. Y el l¨ªder del Partido de Progreso en Oslo, Christian Tybring-Gjedde, todav¨ªa insisti¨® hace nada en que Noruega ¡°est¨¢ perpetrando un suicidio cultural¡±, recuerda el polit¨®logo Jupskas. Este se pregunta si son las palabras de un paria o parte de un doble lenguaje para contentar a unos y a otros.
En Oslo los inmigrantes e hijos de parejas for¨¢neas suponen un tercio de los vecinos, concentrados al este del r¨ªo que divide la ciudad. ¡°Uno creer¨ªa que la gente en Oslo votar¨ªa m¨¢s por el FrP pero no es as¨ª, se est¨¢n yendo con los conservadores¡±, explica Frithjof Jacobsen, jefe de opini¨®n del diario Verdens Gang. Jacobsen considera que la integraci¨®n en Noruega es bastante buena comparada con otros pa¨ªses: ¡°Aqu¨ª no hay disturbios como en Suecia o en Francia¡±. Al d¨ªa siguiente de que un solicitante de asilo matara a cuchilladas a tres personas en un autob¨²s, el editorialista menciona otros hechos que generan inquietud ante los for¨¢neos: los servicios secretos estiman que entre 30 y 40 noruegos han ido a combatir a Siria o un noruego de origen somal¨ª particip¨® en el asalto islamista a un complejo comercial en Nairobi (Kenia) en septiembre. No es raro que se vincule extranjero y delincuente ¡ªun tercio de los reclusos son extranjeros¡ª pero no son exactamente los for¨¢neos que muchos imaginan: los m¨¢s numerosos son los lituanos, seguidos por polacos, rumanos y nigerianos, seg¨²n la prensa local.
?El periodista Jacobsen destaca que los electores antiinmigraci¨®n votan por el FrP pero a?ade que otros les apoyan porque prometen mejorar la nefasta red viaria ¡ªen este riqu¨ªsimo las distancias de coche se miden en horas, no en kil¨®metros y entre Oslo y Bergen no hay autopista¡ª, bajar los impuestos, reducir la burocracia o aumentar las matem¨¢ticas y la f¨ªsica en el curr¨ªculo escolar.
?Gulati, que asegura no haberse sentido nunca discriminado ni distinto, es un fiel reflejo de que Noruega ya no es aquel pa¨ªs homog¨¦neo, blanco y luterano. ?l y sus colegas del FrP en el Gobierno no representan la corriente antiinmigraci¨®n ni la facci¨®n populista, asegura el experto en extremismo Jupskas, sino que son los dirigentes m¨¢s profesionalizados. El origen del ahora n¨²mero dos de Justicia fue noticia hace un a?o cuando se convirti¨® en el primer l¨ªder de las juventudes de un origen distinto a lo que aqu¨ª se denomina ¨¦tnico noruego. Llam¨® la atenci¨®n que fuera precisamente el FrP quien diera el paso.
La mera insinuaci¨®n de si su piel morena y su pelo negro han impulsado a Gulati tan lejos y tan pronto es recibida por sus partidarios (y por sus cr¨ªticos) con una defensa clara de su val¨ªa profesional. Buen orador, empez¨® medicina, pas¨® por una escuela de cine en India y acab¨® licenci¨¢ndose en una escuela de negocios. Al ser solo dos socios de Gobierno y no cuatro como pretend¨ªa inicialmente la primera ministra, la conservadora Erna Solberg, el FrP se tuvo que esmerar para encontrar suficiente personal para cubrir los cargos que le correspondieron. ¡°Tuvieron que buscar muy bien en el partido para encontrar gente competente. Por eso [los nombrados por el Partido del Progreso] son tan j¨®venes¡±, explica Jupskas. Gulati es un ejemplo extremo de la precocidad de los pol¨ªticos noruegos; sus 25 a?os llaman la atenci¨®n incluso en un gabinete con un tercio de ministros a¨²n treinta?eros.
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